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Leonardo García Tsao

Emociones congeladas

LA UNICA PELICULA hollywoodense del cineasta Ang Lee que no tuvo exhibición en salas nacionales ha sido La tormenta de hielo (1997) que -gran ironía- quizá sea la más satisfactoria hasta la fecha. Ahora acaba de ser editada por Universal en DVD que, ante la escasez de opciones, se ha vuelto la mejor forma de apuntalar la cinefilia.

NO SE TRATA de un anticipo de El día después de mañana, como podría pensarse, sino un drama familiar situado en 1973, en el contexto de la clase media de Nueva Inglaterra. Basada en la novela de Rick Moody, que incursiona en el terreno antes explorado por el escritor John Updike, la realización de Ang Lee establece un clima de incertidumbre moral ante la crisis de valores representada por Watergate, la revolución sexual, la liberación femenina, la experimentación con drogas, entre otras consecuencias de la convulsión sesentera.

EN ESENCIA, LEE utiliza ese ambiente de neurosis e insatisfacción existencial para abordar nuevamente el peso de la familia sobre el individuo, tema que ha estado presente en toda su filmografía (hasta en Hulk, su cinta más fallida). Durante la celebración de un Día de Acción de Gracias saldrán a flote los conflictos de un par de matrimonios, vecinos en la comunidad privilegiada de New Canaan, Connecticut, pero el enfoque será sobre los hijos adolescentes de ambos, inseguros ante su despertar sexual porque sus propios padres no parecen tenerlo muy resuelto. Al mismo tiempo, la tormenta del título lleva las acciones a un simbólico congelamiento; se trata de una sociedad en la que lo emocional está cubierto de escarcha.

LA PRIMERA CANCION que se escucha en la emblemática banda sonora es Dirty love, de Frank Zappa. En efecto, la súplica "Dame tu amor sucio" caracteriza las relaciones desarrolladas en La tormenta de hielo: el sexo como algo prohibido; deseable, pero culposo de alguna manera. Es evidente que ninguno de los personajes obtendrá algo de amor, sucio o limpio, al final de la película.

AUNQUE LOS ADULTOS son interpretados por actores tan solventes como Kevin Kline, Joan Allen y Sigourney Weaver (más dura y hostil que en toda la serie de Alien), el reparto juvenil permite ver a Katie Holmes, Tobey Maguire, Elijah Wood y Christina Ricci cuando aún eran adolescentes. Es decir antes de que se convirtieran en una estrella televisiva, el Hombre Araña, Frodo y la freak favorita del cine independiente, respectivamente. Lo de Maguire es en especial curioso: su personaje lee una historieta de los Cuatro Fantásticos a lo largo de un viaje en tren, haciendo reflexiones sobre los paralelos entre los superhéroes y la vida real. Cinco años después el actor interpretaría al héroe más popular de las historietas Marvel, mientras que Ang Lee probaría el fracaso con su adaptación de Hulk. Un extraño contenido profético que tal vez nadie había calculado.

EL DVD DE La tormenta de hielo no contiene material adicional. Y los únicos subtítulos son en castellano. Pero la calidad de la imagen es estupenda y se han respetado las proporciones del widescreen.