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México D.F. Miércoles 11 de agosto de 2004
Reconoce ombudsman apoyos del GDF
Faltan políticas públicas más amplias para apoyar a viejos
SUSANA GONZALEZ G.
En el arranque de la campaña por la no discriminación hacia las personas adultas mayores de la Comisión de Derechos Humanos del Distrito Federal (CDHDF), Rosa María Polanco, de más de 60 años, hizo un llamado a la gente a que "no amarren ni encierren a los ancianos, no se avergüencen de nosotros ni nos etiqueten, pero tampoco nos hagan invisibles", ya que, aseguró, la peor discriminación que sufre este grupo poblacional es el olvido.
Por la falta de políticas públicas para la atención de las personas de la tercera edad, la vejez se está convirtiendo en sinónimo de pobreza, alertó a su vez Emilio Alvarez Icaza, presidente del organismo, y dijo que los ancianos sufren un proceso de discriminación muy dolorosa, silenciosa y demoledora porque llegan a ser despojados de sus bienes por sus familiares, a través de procesos legales, pero no legítimos, además de que se les excluye del mercado laboral y de los servicios de salud.
En una sociedad donde la juventud es vista como valor y, por el contrario, la vejez como defecto, a los ancianos parecen no quedarles más opciones que la miseria, "y las pensiones se vuelven un sistema de miseria extendido", pero todo ello puede agravarse ante el envejecimiento de la población y el incremento de la expectativa de vida.
Hay casos tan dramáticos, refirió, como el de una señora que es obligada a dormir debajo de las escaleras de la casa y no se le permite hablar ni opinar nada, o de un matrimonio de ancianos que fueron lanzados de su propia casa por su bisnieto, pero lamentó que los mismos ancianos no conciban que esto es discriminación, pues la CDHDF solamente tiene cuatro quejas al respecto presentadas por este grupo, de un total de 64 registradas este año.
Ernesto Padilla Nieto, presidente de la Fundación Bienestar para el Adulto Mayor, hizo hincapié en la situación de las mujeres mayores de 60 años, sobre todo de las que trabajaron en el hogar y no se incorporaron al mercado laboral, por lo que actualmente no cuentan con pensión ni ingreso alguno, además de que por las condiciones económicas vuelven a convertirse en "cuidadoras del hogar" al encargarse de los nietos, mientras las hijas deben trabajar.
El DF, pionero
"Tenemos un déficit como sociedad democrática, no se vale que los adultos mayores no tengan derecho a una vejez digna y al reconocimiento social", dijo el ombudsman, aunque aceptó que el Distrito Federal ha sido "pionero" en políticas sociales de apoyo a la gente de la tercera edad.
Si bien consideró que haber convertido en ley la pensión alimentaria para los adultos mayores representa "un paso muy importante sin precedentes en el país", acotó que ante la dimensión del problema que enfrentan los ancianos, el gobierno capitalino debe diseñar una política social "mucho más agresiva", además de medidas de prevención.
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