México D.F. Martes 17 de agosto de 2004
Presenta informe especial sobre los hechos del
pasado 28 de mayo en Guadalajara
Confirma la CNDH retención ilícita y
torturas contra altermundistas
Las autoridades se apartaron de la legalidad e incurrieron
en uso abusivo del poder, señala
MATILDE PEREZ U.
Las
autoridades policiales -estatales y municipales- de Jalisco incurrieron
en retenciones ilegales, tratos crueles, degradantes, torturas físicas
y sicológicas en contra de las personas que el pasado 28 de mayo
ejercieron su derecho de asociación y manifestación durante
la tercera Cumbre de América Latina, el Caribe y la Unión
Europea, realizada en Guadalajara, asentó la Comisión Nacional
de Derechos Humanos (CNDH) en el informe especial en torno al caso.
Al dar a conocer el informe, el ombudsman nacional,
José Luis Soberanes, apuntó que los casos de tortura y tratos
crueles están sustentados en el Protocolo de Estambul.
Asentó que copias del documento fueron entregadas
al presidente Vicente Fox; al secretario de Gobernación, Santiago
Creel, para que se haga justicia, y a los legisladores, para que desde
el Congreso de la Unión se apoye el informe.
''Parecían sospechosos''
Soberanes Fernández reprobó la actitud de
las autoridades de Jalisco por no brindar las facilidades necesarias a
la CNDH ni a la Comisión Estatal de Derechos Humanos (CEDH), a las
que se impidió el acceso a las instalaciones donde fueron llevados
y sujetos a interrogatorios los 118 detenidos. Puntualizó que si
bien ese día algunos de los participantes rebasaron los límites
de su derecho a manifestarse y de obedecer la ley, los funcionarios de
la seguridad y vigilancia de la cumbre se excedieron en el uso de la fuerza
pública y vulneraron los derechos relativos a la dignidad humana,
integridad física, legalidad y seguridad jurídica.
Incluso, después de disolverse la manifestación
y hasta las dos de la madrugada del 29 de mayo, elementos de seguridad
pública de Guadalajara y del estado realizaron razias en
los alrededores del centro histórico y detuvieron a personas que
''parecían sospechosas'' por su forma de vestir, color de ropa,
apariencia física o porque se creía que habían participado
en la manifestación. Ese 28 de mayo, 73 personas fueron retenidas
ilegalmente, 55 sujetas a tratos crueles y degradantes, 73 incomunicadas
y hubo 19 casos de tortura; esta última consistió en sufrimientos
físicos y sicológicos como amarrar las manos a la espalda
con cinta canela, esposarlos e hincados colocarles una bolsa de plástico
en la cabeza para provocarles asfixia momentánea y se declararan
responsables de la comisión de diversos delitos.
De acuerdo con el informe especial, una persona -quien
solicitó se mantuviera su nombre en reserva- narró que elementos
de seguridad pública del estado lo golpearon, lo trasladaron a las
instalaciones de su corporación y a las oficinas de la Procuraduría
General de Justicia de Jalisco. Allí fue encerrado en una celda
y le colocaron una bolsa de plástico en la cabeza en cuatro ocasiones,
hasta que proporcionó información que los dejó satisfechos;
después le cubrieron el cuerpo con otra bolsa de plástico
negro y la cabeza con una de papel; posteriormente lo llevaron celda por
celda para que señalara a algunas de las personas detenidas como
responsables de la comisión de algún ilícito.
Otros detenidos declararon que, después de ser
detenidos, elementos policiacos los golpearon, subieron a la parte posterior
de las camionetas pick up y los colocaron boca abajo, unos encima de otros,
sin importar si estaban heridos, sexo, ni edad; quienes quedaron en contacto
con la lámina de las camionetas refirieron que ésta les quemaba
el cuerpo.
Al llegar a las instalaciones de la Dirección General
de Seguridad Pública del Estado fueron separados hombres, mujeres
y extranjeros, y tuvieron que pasar entre filas de policías, quienes
los patearon y golpearon con manos y toletes, y les ordenaron que se colocaran
boca abajo con los codos apoyados en el piso y las piernas cruzadas; permanecieron
así varias horas.
Las mujeres, incluso algunas menores de edad -se apunta
en el informe especial-, fueron sujetas a una revisión indigna,
ya que las colocaron viendo hacia la pared y con las manos en la nuca;
después las llevaron a los separos, de dos en dos; allí,
mujeres policías las obligaron a desnudarse y a realizar sentadillas;
mientras efectuaban esos ''ejercicios'' los policías varones abrían
las puertas para observarlas.
La CNDH destacó que las autoridades de la seguridad
y vigilancia se apartaron de los principios de legalidad, eficiencia y
profesionalismo que les son exigibles, abusaron de la fuerza e incurrieron
en violencia, ''desviaciones que pueden conducir al uso abusivo del poder''.
Recomendación al gobernador
En el informe especial, la CNDH recomendó al gobernador
de Jalisco, el panista Francisco Ramírez Acuña, gire las
instrucciones necesarias para iniciar el procedimiento administrativo de
responsabilidad en contra de los servidores públicos de la Dirección
General de Seguridad Pública, de la Procuraduría General
de Justicia y de las autoridades del Reclusorio Preventivo de Jalisco;
a estas últimas por el trato denigrante a las personas detenidas
el 28 de mayo.
Demandó que se dicten los lineamientos necesarios
y oportunos para prevenir y evitar que, en el ejercicio de su cargo, los
empleados de seguridad pública, de la procuraduría estatal
y de la Secretaría de Seguridad Pública del municipio de
Guadalajara sometan a particulares a retenciones ilegales, incomunicación
y tratos crueles, degradantes o cualquier otro contrario a los derechos
humanos. También, que se inicie la averiguación previa respectiva
para que se deslinden las responsabilidades a que haya lugar.
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