México D.F. Martes 17 de agosto de 2004
Alejandro Nadal
La pequeña gran especulación
La familia de las nanotecnologías se anuncia
como una gran promesa para el redespliegue de fuerzas productivas. Las
nanotecnologías trabajan sobre estructuras 100 mil veces más
pequeñas que un cabello humano y pueden organizar los átomos
en estructuras de distintas formas y geometrías para dotarlas de
propiedades eléctricas, ópticas y físicas novedosas.
Por su capacidad para manipular materiales a escala atómica, dotarles
de propiedades novedosas y permitirles funciones asombrosas, las nanotecnologías
han sido vistas como una poderosa fuente de crecimiento para la economía
mundial y se han convertido en el centro de atención de los inversionistas.
Por eso, cuando Nanosys, una empresa que desarrolla nanotecnologías,
anunció que lanzaría su primera oferta de colocación
de acciones (OCA) en Nueva York, se pensó que estaba llegando la
hora de la verdad. Con el permiso de la Comisión de Valores (SEC,
por sus siglas en inglés) de Estados Unidos y como agentes financieros
a Merryl Lynch y Lehman Brothers, la incursión de Nanosys en el
Nasdaq fue vista como un parteaguas. Se esperaba que por lo menos una docena
de empresas basadas en la nanotecnología, animadas por el ejemplo
de Nanosys, también lanzaría su OCA.
No es muy feliz la analogía con el caso Netscape.
Después de todo, el fenómeno de las empresas punto.com
mostró que la tasa de mortalidad puede ser muy elevada entre las
empresas que cotizan en el Nasdaq, el mercado accionario para empresas
de alta tecnología.
Quizás hubiera sido más atinada la analogía
con las empresas de biotecnología, donde los inversionistas han
tenido que soportar el costo descomunal de promesas que nunca cristalizan
en productos comerciales rentables. Mientras las relaciones públicas
les alimentan la esperanza de ingresos extraordinarios a futuro, hoy sólo
tienen una pesada carga financiera.
Nanosys es una empresa que ha desarrollado semiconductores
de nanocristales inorgánicos, y se le consideraba la primera empresa
real de nanotecnologías que iría al mercado accionario. Aunque
todavía no ha colocado ni un solo producto en el mercado, pudo reunir
55 millones de dólares de capital de riesgo y hacerse de un paquete
impresionante de 250 patentes. Tiene convenios con gigantes como Intel,
Matsushita y Dupont, además de In-Q-Tel, una empresa de la CIA.
Hoy la estrategia de Nanosys consiste en obtener fondos
para construir una estructura productiva y respaldar así su paquete
de propiedad intelectual. Sin esa base productiva, Nanosys seguirá
siendo una empresa de capital de riesgo y su destino final será
igual al del pez chiquito en un mar de tiburones.
Nanosys presume que sus proyectos pueden desembocar en
productos como una película de material hidrofóbico tan eficaz
que las gotas de agua rebotan en su superficie: haría obsoletos
los limpiaparabrisas de un coche, y podría permitir usar ropa en
la lluvia que siempre permaneciera seca. También está desarrollando
un líquido fotovoltaíco capaz de convertir el techo de un
edificio en un panel generador de energía solar.
Pero mientras esas grandes promesas no se conviertan en
productos que realmente se coloquen en el mercado, la historia de las empresas
de nanotecnología es sólo un cuento. O un espejismo: Nanosys
tiene pérdidas acumuladas de 25.8 millones de dólares. Aún
así, la SEC autorizó la OCA de 6.5 millones de títulos
con un precio de alrededor de 16 dólares. De haberse cumplido ese
escenario, la capitalización de mercado de Nanosys habría
superado los 371 millones de dólares, unas 120 veces más
que el valor de sus ''ventas''. La relación precio a ventas (120:1)
para este paquete accionario es descomunal y recuerda las peores burbujas
especulativas de la década pasada en las que muy prometedoras empresitas
punto.com se convirtieron en hoyos negros para los ahorros de los
inversionistas incautos.
Por eso no me sorprendió que Nanosys retirara su
OCA el 4 de agosto. La empresa alegó que las condiciones del mercado
no habían sido buenas. Es una frase piadosa; en realidad, el índice
Nasdaq perdió 8% en julio y las acciones de otras dos empresas de
nanotecnología (Nanogen y Nanophase Tech) sufrieron pérdidas
importantes. ¿Qué significa esto para la industria de las
nanotecnologías?
Esto revela que el ánimo de los inversionistas
sigue muy frío, aún entre los más propensos a aceptar
riesgos en el Nasdaq. Pero más allá de eso, nos dice que
las nanotecnologías, así como sus parientes en la biotecnología,
se encuentran en una fase todavía muy inmadura. Y, lo más
importante, han sido objeto de críticas muy severas por parte de
organizaciones de la sociedad civil por sus implicaciones ambientales y
para la salud humana. Por ejemplo, el Grupo ETC (www.etcgroup.org)
ha sido clave para demostrar que las nanopartículas ofrecen riesgos
que no están cubiertos por la reglamentación vigente en materia
de salud y alimentos. Eso ha echado un balde de agua helada hasta en el
candente mercado de capital de riesgo, donde los montos destinados a los
nanotecnologías siguen en caída libre.
* Economista e invetigador del El Colegio de México
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