México D.F. Martes 17 de agosto de 2004
La oposición, entrampada ante el aval
de Jimmy Carter y César Gaviria
Se impone el no a la revocación del mandato
de Chávez con 57.8% de votos
Votan 10 millones de venezolanos Amplio espacio en
la tv privada a denuncias de fraude
ARTURO CANO ENVIADO
Caracas, 16 de agosto. A la una y media de la tarde,
la opositora Coordinadora Democrática recibe la puntilla: "Nuestra
información coincide con los resultados parciales anunciados esta
madrugada por el Consejo Nacional Electoral (CNE)", dice el ex presidente
estadunidense Jimmy Carter en una rueda de prensa que comparte con el secretario
general de la Organización de Estados Americanos, César Gaviria.
Pasadas las cuatro de la madrugada, efectivamente, el
CNE había anunciado, con poco más de 70 por ciento de las
actas, el triunfo del no en el referéndum revocatorio convocado
para decidir la permanencia del presidente Hugo Chávez en el poder,
un acto electoral largamente acariciado por el amplio abanico de oposición
que va de la izquierda radical a la ultraderecha.
Según el primer reporte del CNE, 4 millones 991
mil 483 electores (58.25 por ciento) se manifestaron por la permanencia
de Chávez, en tanto que 3 millones 576 mil 517 (41.74 por ciento)
lo hicieron por su salida.
Por la tarde, el CNE da cifras diferentes sin que se modifique
la tendencia, con 74 por ciento de las actas: el no consigue 4 millones
917 mil 279 votos (57.8 por ciento) y el sí 3 millones 584
mil 835 (42.6). La participación, informa el CNE, supera los 10
millones de electores, de un listado de 14 millones
Desde
horas de la madrugada y durante todo el día, la oposición
canta en todos los tonos el "fraude electoral" mientras, en la acera de
enfrente, los chavistas celebran la victoria electoral.
La oposición, que amarró su estrategia al
respaldo internacional, queda entrampada, debido a que no puede descalificar
a observadores internacionales a quienes avaló en reiteradas ocasiones
y a quienes consideró el factor esencial para lograr que Chávez
aceptara el referéndum.
Los líderes de oposición quedan entre dos
fuegos debido a que convencieron a buena parte de su base social, especialmente
las clases medias caraqueñas, de que el referéndum era un
mero trámite para sacar a Chávez.
Poco antes del mensaje de Carter y Gaviria, los dirigentes
opositores convocan a la población de Caracas a salir a las calles
para protestar contra el "fraude". El empresario Rafael Alfonzo dice que
"la realidad es que el pueblo venezolano votó por el sí"
y advierte que no reconocerán la legitimidad del gobierno. "¡Todos
los venezolanos afuera!", grita.
Centenares de opositores se congregan en la Plaza Altamira,
su emblema, porque ahí permanecieron durante semanas militares opuestos
a Chávez.
Al lugar llega un grupo de individuos montados en motocicletas,
quienes exigen pasar por la vía bloqueada. Los opositores los identifican
como chavistas. Al no conseguirlo, disparan contra la gente. El saldo es
de ocho heridos.
Entre los no graves se encuentra el diputado de Solidaridad,
Ernesto Alvarenga. "Lo que nos falta es vivir la noche de los cuchillos
largos", dice desde el hospital Luis Miquelena, dirigente de Solidaridad,
coordinador de la campaña de Chávez en 1998 y hoy uno de
sus adversarios.
El presidente, durante una rueda de prensa vespertina,
asegura haber ordenado una investigación inmediata de los hechos
y sugiere que "no sería nada extraño que los mismos que mandaron
a la gente a la plaza" hayan enviado al "francotirador".
La televisión
Desde la madrugada, apenas se conocen los resultados preliminares,
líderes de la CD, toman el camino de la confrontación. Las
televisoras privadas interrumpen la transmisión del mensaje de Chávez
para dar paso a la declaración opositora: "Se ha perpetrado una
estafa gigantesca contra la voluntad popular y vamos a demostrar el fraude",
dice Henry Ramos Allup, dirigente de Acción Democrática.
Muy de mañana, las televisoras privadas se hacen
eco de la versión del "fraude" y dan amplio espacio a las denuncias
opositoras.
El canal Globovisión, que sólo transmite
noticias, dedica largos minutos, en diversos bloques, a mostrar "recorrridos
por el oeste de Caracas". Una unidad móvil transmite, en vivo, el
paisaje callero de la mañana, con un fondo musical tétrico.
Pero las escenas son de una ciudad que vive la cruda de la larguísima
jornada electoral: calles semivacías, con menos movimiento de lo
normal, algunos transeúntes y vehículos. Las imágenes,
siempre tomadas detrás de los vidrios de una camioneta, pretenden
¿demostrar que los chavistas están escondidos preparando
maldades?
La conductora de Globovisión comenta las imágenes
y habla de los "resultados sorprendentes" del referéndum. La cámara
enfoca a un solitario barrendero que hace su trabajo. La conductora dictamina:
"Son imágenes más de tensión que de celebración".
Los chavistas, dicen los conductores, deben estar celebrando,
pero es sospechoso que no se les vea por ninguna parte.
Quizás a esas horas de la mañana los chavistas
están dormidos, porque el presidente mantuvo a varios miles de ellos
en Miraflores casi hasta el amanecer. El mismo Chávez dirige el
canto del himno nacional y agradece a Dios "por esta victoria limpia, transparente
y contundente".
Chávez ofrece diálogo y a la conciliación
con los votantes del sí, pero también lanza algunas
de sus arengas que provocan urticaria en parte de sus opositores: Venezuela
ha enterrado para siempre a la IV República y se dispone a enfrentar
al "neoliberalismo salvaje que nos han querido inmponer desde Washington".
Y también habla, claro, del tema venezolano por
excelencia: "Mi gobierno garantiza la estabilidad de Venezuela y del mercado
petrolero mundial como más nadie lo garantizaría".
Este mismo lunes, los precios del petróleo, que
han llegado a su techo histórico registran un ligero descenso. Los
analistas dicen que es una situación efímera, pero el efecto
Chávez ya logró lo que el presidente venezolano quería.
Que se abran los paquetes
De madrugada, los dos rectores (consejeros) del CNE cercanos
a la oposición dicen que ni la CD, ni la empresa Smartmatic -encargada
de la votación electrónica- ni los observadores tuvieron
acceso a las actas de escrutinio que aún no habían llega
a la sede comicial, que no se instaló el comité para el conteo
final y que los técnicos de la CD no participaron en la auditoría
de una muestra de las mesas.
A lo largo del día la oposición insiste
en esos argumentos y exige la comparación entre los votos físicos
y los resultados emitidos por las máquinas. Cada elector utilizó
una pequeña máquina donde aparecían las dos opciones,
eligió la de su preferencia y al oprimir la opción "terminar",
el aparato le entregó una papeleta que se depositó en una
urna. Es decir, los opositores quieren, dicho a la mexicana, que se abran
los paquetes.
Por la tarde, el rector del CNE Jorge Rodríguez
dice que están abiertos a cualquier auditoría. "Es completamente
imposible que se haya podido suscitar un evento fraudulento", asegura.
El problema de los opositores es que la encuesta a boca
de urna que encargaron a la asociación Súmate les dio la
victoria del sí por una cómoda ventaja. Lo curioso
es que, según informa Jimmy Carter, Súmate también
hizo un conteó rápido donde el no resultó ganador
por 10 puntos.
El primer pendiente es una auditoría a una muestra
de 192 mesas elegidas al azar.
La transparencia y la legitimidad
Los datos del segundo reporte del CNE, indican que sólo
en los estados Miranda -que abarca parte de Caracas- y Táchira -limítrofe
con Colombia- triunfó el sí, aunque por margen reducido.
Los más beligerantes de la oposición insisten,
sin embargo, en que ganaron. Otros, plantean, para decirlo de nuevo a la
mexicana, la necesidad de "limpiar la elección".
"Perdió su legitimidad, va a tener serias dificultades
para gobernar", amenaza el empresario Rafael Alfonzo.
Chávez lamenta, por su lado, que los dirigentes
opositores comiencen "una vez más a alentar, a tratar de llevar
al país a desobedecer las leyes", y los llama a aceptar "los resultados
claros, transparentes y cristalinos" del referendo.
Se verá en los próximos días cuál
oposición se impone. Mientras, aunque las cámaras de las
televisoras privadas no los vean, los chavistas cierran la noche de Caracas
con recorridos por el este antichavista en caravanas de autos y motocicletas,
al son de claxonazos.
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