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El papel del trabajo: la Unión Europea 23 de agosto de 2004


CEDER DERECHOS PARA MANTENER EL EMPLEO

En la Unión Europea no existe una política laboral común, pero todos los países buscan mantener los niveles de empleo y acrecentar la competitividad de sus economías. Esto representa la necesidad de ajustes en las relaciones de trabajo que impondrán presiones sobre los sindicatos para evitar el desplazamiento del empleo a otras zonas o incluso hacia regiones de la propia Europa, con salarios menores.

Adela Mac Swiney González,  Madrid

Sin poder afirmar que hay una política común laboral en la Unión Europea (UE), los países de la región ­y más aún con la inclusión de 10 nuevos miembros desde el 1º de mayo pasado­, se enfrentan a la necesidad imperiosa de reformar sus legislaciones en la materia para poder enfrentar las cambiantes condiciones de la competencia en el mercado del trabajo.

En vista de la desaparición de algunas empresas, de la pérdida de puestos de trabajo y de la recesión económica que se puede producir ­que de hecho ocurre en algunos países­ los empresarios, las autoridades gubernamentales y los sindicatos debaten sobre la necesidad de renunciar a ciertas conquistas alcanzadas, especialmente en el marco del llamado estado de bienestar. Así, discuten sobre la urgencia de establecer mayor flexibilidad en la jornada laboral y aumentar horas de trabajo sin que esto necesariamente conlleve a aumentos de salario, lo cual ocurre ya hace tiempo, en detrimento de la situación de la clase trabajadora.

Hace cinco años en Europa ya se polemizaba sobre el reparto del tiempo de trabajo para crearIgmetBN1 empleo. Lionel Jospin, en aquel entonces primer ministro francés, aprobaba la jornada de 35 horas por semana. Ahora, en toda la región se viven momentos de regresión y ampliación de las horas de trabajo.

Las dos principales economías de la eurozona, Francia y Alemania, no terminan de consolidar la recuperación y sus respectivos gobiernos piden a los trabajadores que para aumentar la competitividad se incremente la duración de la jornada. El conservador presidente de Francia, Jacques Chirac, aseguró el pasado 14 de julio que se mantendrá la jornada en 35 horas, pero instó a que en los convenios colectivos se negocien horas extraordinarias. En Alemania, el canciller Gerhard Schroeder, socialdemócrata, ha pedido a los trabajadores que renuncien a una semana de las seis que disponen en las vacaciones de verano.

Por si fuera poco, el debate de las 35 horas en Europa se ha recrudecido con el outsourcing o deslocalización de empresas, que se refiere a la salida de compañías de la zona para instalarse en países con menores costos, como los del Este europeo o de Asia. Los empresarios apuestan por aumentar la jornada y en caso contrario aseguran que los costos laborales impedirán a las empresas mantener su nivel de producción.

Como caso emblemático se puede citar el del grupo industrial alemán Siemens, que el pasado junio selló con el sindicato IG Metall un acuerdo que deberá evitar el traslado de miles de puestos de trabajo desde las plantas germanas a países de Europa del Este y de Asia.

A cambio, IG Metall admitió ampliar por vez primera, aunque sólo sea en casos específicos, de 35 a 40 horas la semana laboral. Como primera consecuencia, Siemens mantendrá durante al menos dos años 2 mil puestos de trabajo en dos fábricas de teléfonos móviles en el oeste del país, Kamp-Lintfort y Bocholt. Originalmente, estos empleos iban a ser trasladados a Hungría.

Actualmente, el debate europeo sobre el tema laboral se centra en la necesidad de unificar criterios. "En la UE, no hay una política laboral común y no se observa desde el punto de vista legislativo que vaya a adoptarse, pero se percibe una tendencia que se puede ir extendiendo en los países de la zona, en lo que podría llamarse aspectos sociales. No es asunto político, sino una realidad a la que habrá que hacer caso, un futuro, una misma dirección para los países que quieran competir y quieran tener sanas sus economías", comenta Sandalio Gómez, investigador del Instituto de Estudios Superiores de Empresa de la Universidad de Navarra.

Uno de los puntos centrales de la reforma laboral en la UE es la flexibilidad en la jornada de trabajo con énfasis en la ampliación de las horas, para poder adaptarla a lo largo del año a las condiciones que el mercado demande a fin de mejorar la productividad.

De hecho, la palabra clave de esa reforma es la flexibilidad: en la jornada de trabajo, en los salarios, en las funciones que desempeñan los trabajadores (es decir, en la capacidad de poder cambiarlos de actividad dentro de la empresa), en el marco profesional para lograr una mejor formación. En suma, que la nueva legislación no impida a los distintos países de la región adaptarse a las exigencias del mercado.

Por otro lado está el tema de la contratación y sus modalidades, las indemnizaciones a la hora de la finalización de las relaciones laborales ya sean individuales o colectivas y, por supuesto, las reformas de seguridad social y las pensiones.

Uno de los temas más polémicos en cuanto a los distintos tipos de contratación es el del trabajo por tiempo parcial, pues en los últimos 10 años se observa un aumento de este tipo de empleo en relación al total en la UE, donde en promedio alcanzó 17.7 por ciento en 2000. El crecimiento de la tasa de empleo a tiempo parcial para el periodo 1991-2000 en la región fue de 27 por ciento.

Los países que en este momento dan los primeros pasos, son aquellos que estaban más atrasados en cuanto a limitaciones en su propia legislación: Francia y Alemania, naciones que dentro de la UE enfrentan un déficit público ­por encima del umbral máximo de 3 por ciento del Pacto de Estabilidad y Crecimiento suscrito dentro de la zona­, así como una abultada deuda pública.

Las presiones sociales, como reacción a las reformas, harán necesario que la atención se centre en combinar los aspectos del bienestar de la población con los beneficios económicos de las empresas, impulsando una reforma laboral gradual, que ponga fin al sistema de grandes acuerdos plurianuales, pero que favorezca el incremento de la productividad y competitividad en la zona§

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