México D.F. Martes 24 de agosto de 2004
Se fortalece la hipótesis de que fue
un robo por encargo, evalúa la crítica de arte
Inestabilidad política en Noruega por el hurto
de dos obras de Munch, dice Tibol
La sustracción de El grito y La Madonna
no debe atribuirse a la falta de vigilancia en el museo, opina Confía
en que las autoridades de aquel país recuperarán esos cuadros
YANIRETH ISRADE
La
relevancia y el valor cultural de las obras de Edvard Munch hurtadas el
domingo en la capital de Noruega refuerzan la hipótesis de que se
trató de un robo por encargo que, por lo pronto y más allá
de las estimaciones económicas, causó ya un clima de inestabilidad
política en un país que destaca por su actividad petrolera,
advierte la crítica de arte Raquel Tibol.
La sustracción de El grito y La Madonna
no le parece a la especialista una maniobra ligada al mercado negro
de obras artísticas ''¡no!, ¿qué es eso? No
va por ahí", tampoco se adhiere al coro de opiniones que acusan,
velada o directamente, a las autoridades del Museo Munch de no proveer
las medidas necesarias de protección, pues las obras no tenían
seguro contra robo, como reveló hoy la prensa local.
''No, no puede atribuirse el hecho a la falta vigilancia
ni a la carencia de seguro, pues en este caso el dinero no cuenta. Es el
carácter de símbolo nacional lo que importa. Hoy por hoy,
el latrocinio de piezas de arte apela al máximo ingenio criminal.
Se han producido hurtos en el Museo Van Gogh, en el Louvre, ¿dónde
no?
Tibol informa que el recinto de Oslo, escenario del robo
del domingo, resguarda en cajas fuertes, ''en una sección muy importante",
las placas originales de las obras del Munch, pues él dejó
una prohibición expresa en su testamento referente a impedir las
reproducciones.
Hace tres lustros, Raquel Tibol montó en ese museo
noruego una exposición dedicada al oaxaqueño Rufino Tamayo.
''Las piezas de Munch fueron descolgadas para alojar el
trabajo pictórico de Tamayo, en total 125 cuadros", fue un gran
honor, de modo que tengo muy presente las obras que se han robado: dos
cuadros de primerísimo nivel.
''Vale la pena decir que cuando se presentó la
muestra de Tamayo, a la semana se duplicó el número de visitantes,
y en los fines de semana se triplicó. ¿Sabe por qué
hago alusión a esto?, la razón es que de todos los países
europeos, el que más difundió a Tamayo fue Noruega, es decir
que hay un lazo fraternal muy fuerte entre ambas naciones; entonces para
quienes conocemos ese vínculo fraterno, se trata de un momento de
duelo, pero creo que no durará, estoy segura que las autoridades
noruegas recuperarán las obras."
Críticas al gobierno de Oslo
Hasta el momento la policía no tiene ninguna pista
de los responsables del hurto, mientras la prensa de Noruega daba la impresión
de unificar críticas contra las autoridades.
''Casi tan fácil como robar un quiosco", publicó
el diario Aftenposten en su primera página. Remató:
''Los cuadros no estaban ni siquiera asegurados contra el robo". La ministra
de Cultura noruega, Valgerd Swarzstad, reconoció: ''No hemos protegido
bien nuestros tesoros artísticos".
Con un valor estimado en 66 millones de dólares,
El grito únicamente tenía un seguro que lo amparaba
contra daños por fuego y agua causados dentro del edificio del museo,
explicó John Oeyaas, director de la compañía Forsikring
AS, encargada de asegurar las propiedades y valores del ayuntamiento de
Oslo.
''La empresa que represento hizo una valoración
de las pinturas que debían ser aseguradas contra robo y sustracción,
pero el ayuntamiento -que administra el museo- dijo que sería demasiado
costoso", añadió.
En su defensa, el director del recinto, Gunnar Soerensen,
respondió: ''Se trata de lograr un equilibrio entre seguridad y
accesibilidad: si aseguramos los cuadros, serían inaccesibles para
el público. Y nosotros deseamos ser un museo abierto".
El espacio de exhibición tiene guardias no armados
y los cuadros están colgados de la pared con alambres que activan
una alarma en una comisaría cercana si se tira de ellos. El domingo
del hurto no sonó ninguna alarma.
La mayoría de las especulaciones apuntaban a que
los ladrones pedirían un rescate por estas obras, debido a que son
demasiado conocidas para venderlas.
Autoridades del museo pidieron a los responsables del
robo que pongan cuidado en el manejo de las piezas. Se teme por los daños
que puedan ya haberse producido, pues los ladrones se deshicieron de los
marcos, cuyos fragmentos se hallaron en la calle.
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