México D.F. Martes 31 de agosto de 2004
Crecimiento y empleo, subordinados a la disciplina
fiscal y monetaria
Habrá alta prioridad
para las políticas que mejoren la competitividad del país
Panorama de política económica 2004-2005
Economist Intelligence
Unit /The
Economist
La política económica se enfocará
en mantener la disciplina fiscal y monetaria, subordinando los objetivos
a largo plazo de altas tasas de crecimiento y creación de empleos
a la contención del déficit fiscal, el control de la inflación
y el manejo de la deuda.
Se dará alta prioridad a las políticas orientadas
a mejorar la competitividad, pero el progreso en muchas de ellas (como
la reforma energética) se verá limitado por la resistencia
política.
La liberalización eléctrica sólo
tendrá pequeños avances en el periodo de pronóstico.
El progreso en hacer más competitivos los costos de la electricidad
y mejorar la eficiencia y seguridad de la oferta será, por tanto,
mínimo.
De
manera similar, cualquier reforma fiscal que se adopte antes del fin del
periodo de Fox se quedará corta respecto de las expectativas del
gobierno, las cuales se centran en aumentar la eficiencia fiscal y reducir
la dependencia de los ingresos petroleros.
Otras reformas estructurales, en particular la desregulación
del mercado laboral y la liberalización de las telecomunicaciones,
serán degradadas antes de su aprobación y no lograrán
el grado previsto de flexibilidad y mejora de la competitividad.
Ante tales dificultades, la estrategia del gobierno de
Fox será continuar la presión en favor de las reformas liberalizadoras
para ganar poco a poco mayor proporción de la opinión popular.
Este enfoque sentará las bases para los cambios en el ambiente de
políticas a mayor plazo.
Ingresos petroleros superiores a lo presupuestado apoyarán
el avance de una serie de proyectos de obras públicas, sin poner
en peligro las metas fiscales. Entre ellos se cuenta la expansión
del aeropuerto de la ciudad de México y el mejoramiento de la red
nacional de caminos, que ayudará a impulsar la competitividad a
largo plazo.
Política fiscal
Puesto que los precios del petróleo se mantendrán
al menos 50% arriba de lo previsto, la meta de déficit fiscal de
0.3% del PIB en 2004 se cumplirá con facilidad y es muy probable
que se rebase.
En 2005 el encarecimiento del servicio de la deuda (reflejo
del aumento global en las tasas de interés) y la reducción
en los ingresos petroleros causarán que el déficit se amplíe
ligeramente, sobre la presunción de que los precios globales del
petróleo disminuirán.
El programa gubernamental de manejo de deuda ayudará
a reducir a largo plazo los costos del servicio de la deuda. El enfoque
se centra en alargar el vencimiento promedio de los bonos domésticos
y reducir el costo global del servicio de la deuda.
La aprobación a principios de agosto de una reforma
a la Ley del Instituto Mexicano del Seguro Social representa también
un paso adelante en la mejora de los fundamentos fiscales a largo plazo,
al colocar las finanzas del IMSS en una ruta más sustentable. Sin
embargo, se prevé que el sindicato de ese organismo opondrá
fiera resistencia a la reforma, lo que probablemente produzca cambios legales
que retrasen su puesta en práctica.
Es poco probable que las reformas necesarias para reducir
la dependencia de los ingresos petroleros (que representan 25% del total)
se materialicen antes del final del sexenio de Fox, en 2006. Las consultas
realizadas en la recientemente creada Convención Nacional Hacendaria
(CNH), que terminaron en julio, no fueron concluyentes, lo cual pone de
relieve las dificultades inherentes a la construcción de un consenso
en la materia.
Como foro interpartidista para ampliar el debate en torno
a la reforma fiscal, al involucrar a gobernadores y alcaldes, la CNH debe
apoyar los esfuerzos del gobierno federal por obtener mayor respaldo para
profundizar la reforma estructural fiscal a largo plazo, reduciendo su
politización. Sin embargo, el calendario electoral y las complicaciones
de la dinámica interna de los partidos restringirán el ritmo
del avance en el periodo de pronóstico.
Las tasas de interés en México han ido en
pauta ascendente durante el segundo trimestre del año, en respuesta
al aumento en las tasas globales y a las crecientes presiones inflacionarias
domésticas. La tasa de los Cetes a 28 días se elevó
de 6.1% a fines del primer trimestre a 6.6% a fines del segundo y 6.8%
a fines de julio.
The Economist Intelligence Unit prevé que el Banco
de México (BdeM) continuará enfocando la política
monetaria en alcanzar la meta fijada de 3% de inflación (más
o menos un punto porcentual) en el periodo de pronóstico.
Como las presiones inflacionarias aumentan, las tasas
de interés pueden elevarse en forma constante durante el resto de
2004. En el periodo de pronóstico, prevemos que continuarán
apegándose a las tasas de EU, las cuales se proyecta que crecerán
más en 2005.
El BdeM continuará trabajando con la mira de fijar
directamente las tasas de interés para remplazar el corto, mecanismo
menos transparente, como su principal herramienta de política monetaria,
pero antes establecerá un registro más amplio de su control
inflacionario mediante ese recurso. El corto es la cantidad que el BdeM
retira al sistema bancario de su demanda diaria de dinero (por tanto, una
elevación del corto drena liquidez al mercado de dinero y presiona
al alza las tasas de interés). Puesto que se prevé que el
crédito tenga un mayor papel en el periodo de pronóstico,
la capacidad de fijar tasas directamente se volverá cada vez más
importante.
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