México D.F. Martes 31 de agosto de 2004
El escenario en que se presentó el sábado
fue impropio para apreciar el zapateado
Jarocho llega por fin a su espacio natural:
el puerto de Veracruz
El espectáculo es un recorrido visual, vertiginoso,
por la historia local Critica el gobernador Miguel Alemán las
modificaciones a planes de estudio; "es absurdo borrar la parte prehispánica"
ARTURO CRUZ BARCENAS ENVIADO
Veracruz, Ver., 30 de agosto. El espec-táculo
Jarocho, producción de la Universidad Veracruzana (UV), llegó
por primera vez a su espacio-tiempo natural: el puerto, punto de llegada
y partida. A diferencia de las primeras funciones, bajo la dirección
del irlandés Richard O' Neal (River Dance), ahora tiene modificaciones
y es más jarocho que nunca; los pasos celtas, propios de O'Neal,
casi han desaparecido, para solaz satisfacción de quienes tienen
en este estado su orgullosa residencia.
En el estreno, en Guanajuato el año pasado, O'Neal
había logrado una fusión de estilos de zapateado que mostraba
los grandes paralelismos entre lo irlandés y lo jarocho. La fuerza
de las ejecuciones, el cuello erguido, lo mismo que la columna vertebral,
los desplazamientos simétricos, con gran fuerza en su armonía,
con música que aumenta su ritmo en planos circulares y elipsoidales,
han dado paso a un espectáculo cargado a la estética cotidiana
de este puerto.
Por lógica, también ha variado la música.
Los ritmos irlandeses son dos cuadros. La fusión, centro de la narración
cuadro por cuadro, se ahogan ante El colás, La bruja, Jarjazz,
Raíces y El fandango. Por el sentimiento de orgullo por
"la patria chica", cosecha aplausos el espectáculo, que se ha alejado
de su idea original y puede decirse que quienes vieron el primero ahora
han visto dos, pues este Jarocho, ante los jarochos, es diferente
del planteado por O'Neal.
Fusiones
El gran telón que es parte de la escenografía
maravilla. Es un símbolo de mexicanidad. Es el típico paño
con el que por décadas los campesinos se han secado el sudor en
largas jornadas bajo el sol. En el World Trade Center de esta ciudad, amplio,
a las 21 horas del pasado sábado, todo estuvo listo para comenzar
la función. Ya están en su lugar el gobernador Miguel Alemán
y el rector de la UV, Víctor Arredondo. Más cientos de invitados.
El
sitio no es el adecuado para ver este espectáculo. La sillería
colocada en un solo nivel hace que el zapateado no pueda apreciarse, y
menos a quien le tocó la mala suerte de tener enfrente a una persona
alta. El zapateado es la parte esencial del espectáculo, y si éste
no puede verse, se tendrá una vista parcial de la propuesta escénica.
Unicamente torsos y cabezas.
Músicos en vivo con atuendos jarochos, con instrumentos
ídem, dan realce, pero lo que sale de varios de esos generadores
musicales son notas modernas. Ahí no ha sido posible alterar la
idea de O'Neal. La fusión musical sigue. Instrumentos de palo con
sonidos electrónicos.
La obertura inicial provoca una sensación de que
algo profundo aparecerá. Figuras de jarochos jóvenes y saludables
emergen y haces de luz los revelan en medio de la oscuridad. El lenguaje
de las luces marcará el contexto propositivo de O'Neal y Víctor
Zapatero en la iluminación. Toda la secuencia es para la foto.
A esto sucederá una muestra del ritmo frenético
de la danza celta, que será eclipsada por El colás,
en versión estilizada. La bruja, que se oye a diario en los
portales de este puerto, se escucha a lo new age. En un alarde de
estilización, los bailarines llevan veladoras en las manos, lo que
da un aire de ceremonia y solemnidad.
Jarocho es un recorrido visual, vertiginoso, por
la historia de Veracruz, desde el primer avistamiento de un indígena
y un español; muestra la raíz negra en la presencia de Yanga,
quien encabezó la rebelión contra los dueños de esclavos.
El cuadro dancístico es el de mayor violencia escénica. Así
tiene que ser.
Sobrevienen otras influencias, como la española,
marcada sobre todo en el baile flamenco de María Juncal, belleza
que ha presentado su espectáculo Instantes en México y ha
engalanado con su talento sitios como Gitanerías, en el Distrito
Federal. La primera parte del espectáculo se llama Aventurar
el alma, a la que sigue Recuperar el destino.
El cierre de la función hace a algunos reflexionar
si les gustó más la primera parte o la segunda. Acaba todo
con La bamba, tocada en varias posibilidades estilísticas.
Sólo falta la de Valens, rocanrolera. Jarocho, se concluye,
es una "llama trémula".
Para el gobernador Miguel Alemán el espectáculo
refleja "una faceta de todos los veracruzanos. La música la traemos
todos en el alma; las costumbres indican nuestras tres raíces: la
indígena, la negra y la europea.
"Yo sé zapatear; a todos los veracruzanos desde
chiquitos no enseñan. Aquí, en Jarocho, se refiere
la raíz negra, que es muy importante en Veracruz. Llega con lo bueno
y lo malo de esa raza, más la cultura afroamericana y afrocaribeña.
Cuando fray Bartolomé de las Casas va a defender a los indígenas,
que son pequeños y débiles, y a quienes les ponen una marca
con un hierro, ante Carlos V, en Flandes, sólo le dan media hora
de audiencia.
"La respuesta del rey fueron barcos cargados con negros
de Africa que llegaron a Veracruz para ayudar a los encomenderos. Así
se creó la comunidad llamada Mandinga, de donde se oye hablar de
Yanga y otros grandes hombres, que se fueron al norte de Veracruz y a la
ciudad de México, fundamentalmente a Guerrero, Oaxaca y Tabasco.
Yanga fue un liberador.
"Aquí en Veracruz no quitamos nada de la historia
de México. Quizás en el Distrito Federal sí. Las modificaciones
a los libros de historia están mal. Es absurdo borrar la parte prehispánica.
Somos el único estado que tiene en sus planes de estudio la materia
de civismo. En música estamos bien; somos los únicos con
un Instituto Nacional de Música, más la sinfónica
y otras orquestas.
"Jarocho se suma a la oferta de manifestaciones
como el Ballet Folcklórico de Amalia Hernández. En Jarocho
hablamos de la parte española, gitana, afroantillana, afrocubana,
caribeña e indígena."
El director O'Neal aceptó que ha tenido que hacer
cambios a su propuesta original del espectáculo. "Llevo meses aprendiendo
lo que es la cultura jarocha. Los bailes de Veracruz tienen mucho que dar
para no usar lo de River Dance. Jarocho ha cambiado en el concepto."
-¿Ha tenido presiones para cambiar el contenido?
-Sí, me han hecho sugerencias, para que quede en
lo que para ellos es jarocho. Estaré aquí aún varios
años. En 2005 iniciaremos una gira internacional para llevar este
espectáculo a varios foros. Serán seis años de trabajo
con esta compañía. Luego regresaré a Irlanda. Tengo
propuesta de otros países para hacer algo similar, como China.
Aceptó que no sabía nada de la cultura de
México hasta que lo invitaron a participar en este proyecto.
-La primera función de Jarocho, en Guanajuato,
para muchos tuvo más fuerza que la de aquí...
-La atmósfera en Guanajuato fue así porque
fue en un teatro; aquí fue más interactiva.
Jarocho está casi listo para presentarse
en el extranjero, lo cual es la idea original del espectáculo. Quizás
O'Neal se vea obligado a hacer más modificaciones. No obstante,
Jarocho seguirá siendo una "llama trémula".
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