México D.F. Sábado 4 de septiembre de 2004
Son al menos 200 los muertos y 704 los heridos,
informa Moscú
Termina en matanza la toma de la escuela en
Osetia del Norte
Fallecen en la refriega 27 integrantes del comando checheno,
entre ellos 10 extranjeros: Kremlin
Las fuerzas especiales rusas intervinieron luego de
confuso incidente en que rehenes intentaron huir
JUAN PABLO DUCH CORRESPONSAL
Moscu, 3 de septiembre. El drama de los rehenes
en Osetia del Norte, que durante 51 horas y media mantuvo en vilo a Rusia
entera, acabó hoy en matanza.
Más de 200 muertos, al menos, y 704 heridos hospitalizados,
se-gún datos del Ministerio de Salud de esa república caucásica,
fue el precio de la libertad de los cautivos que retenía un comando
armado, identificado con el ala más ra-dical del separatismo checheno.
El jefe del FSB (antiguo KGB) en Osetia del Norte, Valeri
Andreyev, no precisó cuántos atacantes tomaron la escuela,
pero en cambio aseveró que, de los 27 secuestradores muertos, "10
eran extranjeros, nueve de ellos ciudadanos de países árabes
y uno negro", con lo cual quiso apuntalar la tesis del Kremlin de que Rusia
se enfrenta al "terrorismo internacional".
En
un primer balance de este trágico desenlace, salta a la vista que
la cifra de secuestrados resultó en realidad muy superior al nú-mero
oficial que estuvieron dando las autoridades rusas.
Desde el miércoles anterior, cuando comenzó
el calvario de los niños, familiares y maestros que se reunieron
en el patio de la escuela de Beslán para festejar el comienzo del
ciclo escolar, los voceros oficiales rusos aseguraron que había
entre 300 y 400 rehenes, número que a partir del pasado jueves se
fijó en 354 personas, la mayoría niños de entre seis
y 17 años de edad.
A pesar de la censura impuesta por el Kremlin a los medios
de comunicación locales, invocando la reformada "ley de lucha contra
el terrorismo" que prohíbe difundir información que teóricamente
podría ser utilizada por los plagiarios, en el supuesto que estuvieran
monitoreando los medios electrónicos, a primera hora de este viernes
un rumor devino en clamor: había más de mil rehenes.
Trascendió el dato por el testimonio de dos mujeres
que ayer fueron liberadas, en el grupo de 26 madres con sus bebés
menores de dos años, y que se atrevieron a romper la "recomendación"
de no hacer declaraciones públicas.
Zalina Dzandarova dijo al pe-riódico Kommersant:
"Allá no hay 300 personas, sino que puede haber hasta mil 500. La
gente está acostada unos encima de otros. Nos separaron. A los que
están peor, los llevaron al guardarropa".
Por su parte, el diario Ezhednievnaya Gazeta publica
las palabras de Adel Itskayeva, otra de las mujeres liberadas, quien, igualmente,
afirmó que había más de mil cautivos.
Las autoridades, amparándose en la misma ley, que
asimismo proscribe difundir en Rusia cualquier exigencia de un secuestrador,
lo que puede ser tipificado de "apología del terrorismo", dirán
que no quisieron exacerbar los ánimos en Beslán si hubieran
dado el número verdadero de rehenes.
Sin embargo, la concentración permanente de miles
de personas en la plaza principal de esa ciudad de 40 mil habitantes, en
angustiosa espera de noticias, sugería que ahí todos sabían
cuántas personas había dentro de la escuela.
La cifra de mil rehenes también fue mencionada
por Ahmed Zakayev, emisario de los separatistas chechenos en Gran Bretaña,
quien aseguró desde Londres que se lo dijo Ruslán Aushev,
ex presidente de Ingushetia que ayer fue clave en la liberación
del primer grupo de mujeres y niños.
Según Zakayev, Aushev le te-lefoneó -y poco
después lo hizo el presidente de Osetia del Norte, Aleksandr Dzasojov-
con el propósito de que transmitiera a Aslan Masjadov, líder
checheno desconocido por Moscú, la petición de interceder
ante los secuestradores para liberar a los rehenes.
Zakayev, cuya extradición a Rusia bajo el cargo
de ser "terrorista" fue denegada por Dinamarca y, luego, por Gran Bretaña,
se ofreció a viajar a Beslán, a cambio de garantías
de que no sería apresado apenas pisara territorio ruso.
Mientras Dzasojov buscaba el visto bueno del Kremlin para
otor-gar esas garantías, se produjeron en Beslán lamentables
hechos que hicieron inútil continuar cualquier tipo de negociación.
Todo parece indicar que, a di-ferencia de lo sucedido
hace casi dos años en el teatro Dubrovka, de Moscú, las autoridades
rusas no lanzaron una operación de rescate, sino tuvieron que intervenir
cuando los secuestradores chechenos empezaron a matar rehenes.
Se sabe a ciencia que la matanza comenzó hacia
las 13 (hora local) de este viernes, cuando una ambulancia con cuatro enfermeros
rusos se acercó a la escuela pa-ra recoger los restos de los muertos
en los primeros enfrentamientos, que estaban ahí desde el miércoles
anterior por la mañana.
La acción se concertó con los plagiarios
y se consideraba paso previo a la reanudación de negociaciones,
suspendida durante la madrugada, esta vez con Aslambek Aslajanov, asesor
del presidente Vladimir Putin, cuya llegada a Beslán coincidió
con las primeras víctimas.
El principio del fin
Al parecer, el trágico desenlace se precipitó
por la desesperación de los rehenes, que -extenuados por el hacinamiento,
deshidratados por falta de agua y hambrientos después de dos días
sin probar alimento- trataron de huir cuando vieron la ambulancia.
Como los accesos a la escuela estaban minados, uno de
los cautivos pudo haber provocado en su huida la primera explosión,
que los secuestradores interpretaron como el comienzo de una operación
de rescate.
Un grupo de 30 mujeres y ni-ños consiguió
escapar, mientras los plagiarios mataban a otros que corrían presas
de pánico.
Las fuerzas rusas empezaron a disparar contra los atacantes,
al tiempo que dos mujeres del co-mando checheno hicieron explotar bombas
de potencia equivalente a 10 kilogramos de TNT cada una, lo que desplomó
parte del techo del gimnasio donde estaba la ma-yoría de los cautivos.
Sólo en ese momento comenzó propiamente
el asalto de las fuerzas especiales rusas a la escuela, pero no hubo factor
sorpresa ni condiciones de luz favorables, ni cientos o miles de efectivos
cumpliendo un solo plan de acción ni otros elementos que apunten
a que las autoridades hayan tomado la temeraria decisión de intentar
re-solver esta crisis mediante una operación de rescate.
Por ello, hasta el cierre de esta edición las fuerzas
rusas seguían buscando en Beslán a algunos se-cuestradores
que, en medio del caos y llevando rehenes como es-cudos humanos,
lograron romper el cerco en la escuela.
Mientras, al filo de las 5 horas de la mañana de
este viernes, el presidente Putin llegó a Beslán, y de inmediato
se dirigió a un hospital, donde visitó a algunas de las víctimas.
En el contexto del elevado nú-mero real de muertos
y heridos entre los rehenes, que no fue posible evitar, las autoridades
del Kremlin eluden de nuevo el problema de fondo, que es la guerra en Chechenia.
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