México D.F. Sábado 4 de septiembre de 2004
Los excluyen de la ayuda oficial por carecer de papeles, señala dirigente laboral
Sin apoyo, mexicanos afectados por el anterior huracán en Florida
Si en verdad le interesamos, Vicente Fox debería hablar con el gobernador Jeb Bush, expresa La buena noticia es que el Charley no mató a connacionales, enfatizan los consulados en la entidad
JIM CASON Y DAVID BROOKS CORRESPONSALES
Washington y Nueva York, 3 de septiembre. Miles de inmigrantes mexicanos fueron afectados por el segundo huracán más destructivo de la historia de Florida, el Charley, y casi tres semanas después son los que menos apoyo reciben sólo por el hecho de que no tienen papeles, algo que según dirigentes laborales es una injusticia ante la que debería intervenir de manera directa el presidente Vicente Fox.
"Si en verdad le interesamos al presidente Fox, debería hablarle al gobernador (de Florida, Jeb Bush) para pedirle que no practique la discriminación y otorgue asistencia a los mexicanos sin papeles que están aquí", afirmó Lucas Benítez, dirigente de la Coalición de Trabajadores de Immolakee, organización de jornaleros y promotora de una de las campañas nacionales por la defensa de los trabajadores inmigrantes de mayor perfil nacional.
"La gente que ha trabajado toda su vida para comprar una casa móvil se ha quedado sin nada. A los anglos que perdieron todo los están ayudando, a los inmigrantes no", declaró Benítez en entrevista telefónica con La Jornada.
Los dos consulados mexicanos en el estado de Florida informaron que la buena noticia es que hasta la fecha no hay registro de ningún connacional muerto o herido por el huracán. Pero la pérdida de vivienda y de fuentes de empleo fue severa en algunos casos.
Aunque los dos consulados mexicanos informaron que no hubo falta de agua y alimentos básicos y otras necesidades de emergencia, el problema grave es que los indocumentados no tienen derecho a beneficiarse con la asistencia pública para reparar o reponer sus viviendas.
Jorge Lomónaco, cónsul general de México en Miami, informó que los problemas fundamentales, a 20 días del huracán, son resolver la seguridad de las comunidades -ya que están expuestas a robos- e impedir abusos de los dueños de vivienda, en gran medida casas móviles rentadas por inmigrantes. Hay casos en los que los dueños demandan a los inmigrantes seguir pagando renta, a pesar de que la casa fue destruida, o incluso que limpiaran los escombros, con la amenaza de lanzarlos, destacó.
Lomónaco informó que se comunicó con Jeb Bush para plantearle los problemas que él había visto en las zonas afectadas, y "el gobernador Bush me llamó para confirmar que no habría discriminación por situación migratoria" en torno de servicios de asistencia de emergencia, como atención médica, albergues y sanidad.
El cónsul informó que por los esfuerzos del consulado y la oficina del gobernador, han mejorado las condiciones de seguridad y han disminuido los abusos de dueños de las casas. En la entrega de agua y alimentos, ambos cónsules en Florida señalaron que las comunidades mexicanas no han sufrido discriminación por su calidad migratoria.
El impacto del huracán fue menor a lo que podría haber sido, ya que una zona afectada era de mexicanos que se dedican a servicios o a trabajar en invernaderos, y de los campos de cítricos la mayoría había migrado, como de costumbre en esta temporada, a trabajar en los campos de Carolina del Norte y Ohio, para regresar después.
Gilberto Velarde, encargado del consulado en Orlando, dijo a La Jornada que en temporada de pizca de cítricos en esa zona hay entre 10 y 15 mil mexicanos, pero que ahora sólo hay una décima parte. El cónsul Lomónaco calcula que en su zona están directamente afectados unos 500 mexicanos. Ambos señalaron que son aún cálculos muy generales y se está realizando un esfuerzo para lograr una contabilidad más precisa.
Las autoridades federales de la Agencia Federal de Administración de Emergencia (FEMA, por sus siglas em inglés) han insistido en que los inmigrantes son bienvenidos en los sitios de atención médica y albergues. Voceros de FEMA dicen que no están verificando la calidad migratoria de los afectados, pero expresaron preocupación porque muchos migrantes no tienen información sobre cómo beneficiarse de estos servicios y otros temen acudir ante cualquier autoridad por falta de papeles.
Pero sí existe un problema grave y es que los indocumentados, por leyes estatales y federales, no pueden recibir asistencia de vivienda temporal ni créditos o bonos de ayuda para resarcir sus pérdidas. Por el momento, las autoridades han señalado que la única manera de beneficiarse de este tipo de apoyo es que por lo menos haya un miembro de la familia que pueda comprobar su estancia legal en este país. El cónsul Lomónaco dijo que tal vez para su zona este mecanismo pueda resolver el problema inmediato para la mitad de los afectados.
Sin embargo, según ambos funcionarios, se está negociando un tipo de excepción a estas limitaciones debido a la emergencia causada por fuerzas naturales, pero aún se espera esa posibilidad.
Para Lucas Benítez, los primeros días después del huracán que golpeó a Florida a mediados de agosto fueron angustiantes, ya que había comunidades mexicanas "olvidadas" -como una cerca de Pine Island, de unas 500 personas, casi todas mexiquenses- y aunque han mejorado las cosas en términos de hacer llegar -por esfuerzos de su organización junto con los consulados, otras ONG, iglesias y la Cruz Roja- el problema mayor es la falta de acceso de los mexicanos a la asistencia de FEMA para recuperar lo perdido.
"FEMA no da ayuda a los que no tenemos número de seguro social, a los que no tienen papeles", declaró Benítez. Se han hecho promesas y ofrecimientos por parte de las autoridades y el gobernador, pero "la realidad no es así", añadió. "El gobierno del estado -agregó- hace promesas pero no las cumple", para los que no tienen papeles.
Benítez calcula que los mexicanos afectados de alguna manera por el huracán en el estado podrían ser unas 15 mil personas. Estas, dijo, sufren desde la pérdida de sus pocas pertenencias y vivienda hasta las fuentes de trabajo.
Aunque reconoció los esfuerzos de los consulados, con quienes ha trabajado para evaluar las consecuencias del huracán, ubicar a comunidades afectadas y en la entrega de asistencia de emergencia, dijo que la gente más vulnerable -los trabajadores indocumentados- ahora son más vulnerables que nunca y con gran necesidad de que sean tratados igual que los otros afectados por el desastre natural. Por eso, reiteró, es hora de que el presidente Fox intervenga de manera más directa con el hermano de quien "visitó en su rancho en Texas", para insistir en un trato igualitario para los connacionales en Florida.
En los 25 condados de Florida designados hoy como zonas de desastre federales a causa del huracán Charley, se calcula que hay 110 mil trabajadores indocumentados, según un estudio federal de 2000. En general la población hispana en estos condados ha crecido hasta llegar a un total de 630 mil, según cifras del más reciente censo federal. Pero nadie sabe con precisión cuántos trabajadores indocumentados estaban en la región cuando el huracán golpeó esta zona.
Lo que sí se sabe es que los trabajadores mexicanos, entre otros inmigrantes, son los que hacen que Florida sea el segundo estado en producción de vegetales frescos del país, y también líder en producción de cítricos en el mundo. Benítez y su grupo, la Coalición de Trabajadores de Immokalee, han luchado durante años por salarios y trato digno, como derechos laborales básicos para los jornaleros -trabajo reconocido por grupos de derechos humanos nacionales e internacionales.
Ahora está por verse si continuará el trato desigual entre los afectados por el huracán Charley, sólo por carecer de papeles. Aunque las autoridades podrán discriminar, el huracán por lo menos trató a todos igual.
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