México D.F. Sábado 4 de septiembre de 2004
Fuera del encordado, la lucha entre hijo y nieto
de El Santo
El primero quiere elegir a su sucesor, "enmascarado de
plata" número tres
CARLOS HERNANDEZ
El Santo, el legendario "enmascarado de plata",
se retiró de la lucha libre en septiembre de 1982. Veintidós
años después, su hijo y su nieto luchan también, pero
abajo del cuadrilátero.
En
una batalla que ha ido más allá de las tres caídas,
El Hijo de El Santo ha recurrido a llaves legales, heredadas y deportivas
para impedir que el nieto mayor de Rodolfo Guzmán Huerta realice
su carrera a la sombra de la máxima leyenda de la lucha libre mexicana.
El Santo tuvo cinco hijos varones. El más
pequeño de ellos se interesó en seguir sus pasos y debutó
en octubre de 1982. Le ha ido bien, ya que ha mantenido vigente la leyenda,
llegó a tener cuatro títulos mundiales al mismo tiempo y
se ha consolidado a pesar de las voces que decían que nunca segundas
partes fueron buenas.
Expresa: "El Santo tuvo cinco hijos y a mí
me heredó el nombre porque vio que tenía cualidades. Durante
22 años sólo he honrado su nombre y no voy a permitir que
nadie se cuelgue de su fama. Y así como él decidió
quién le siguiera, yo voy a decidir quién va a ser el tercer
Santo. Pero tiene que ser mejor que yo y que mi papá, no
un luchador del montón, aunque sea su nieto. Y si nadie tiene las
condiciones, ni modo, en la historia sólo quedarán padre
e hijo".
En la otra esquina, el nieto -uno de los 28- asegura que
tiene el "derecho de sangre" de utilizar un nombre relativo a su abuelo
y asegura que su tío lo ha obstaculizado.
"Después de un año de intentos por trabajar,
recurrí a las instituciones legales competentes para regresar a
los encordados con el nombre de El Nieto de El Santo, apelativo
que me corresponde y que he usado desde 1992, fundamentado en mi legítimo
derecho de sangre como nieto mayor y primer descendiente de la tercera
generación, trámite iniciado en febrero del presente año",
explica en un comunicado, y adelanta que a partir de ahora trabajará
con el apelativo de Axel, El Nieto de Rodolfo Guzmán Huerta El
Santo.
Así, dos décadas después del adiós
más importante en este deporte, el hijo y el nieto luchan sin límite
de tiempo.
"Semejanzas fonéticas"
En un boletín, Axel se queja de "los deliberados,
continuos y dolosos ataques" de su tío, El Hijo del Santo. Asegura
que ha bloqueado su carrera y no lo ha dejado combatir con nombres relativos
al legendario enmascarado, como El Plateado, Sangre de Plata, Silverman,
Guerrero de Plata y Caballero de Plata.
No los pudo registrar "debido a que el Instituto Nacional
de Derechos de Autor argumenta, lo que resulta por demás curioso,
semejanza fonética y gramatical con el nombre de El Hijo de El
Santo".
Axel decidió entonces recurrir a la justicia para
utilizar el seudónimo de El Nieto de El Santo. "Empero, una
vez más mi tío intenta bloquearme y solicitó la reserva
de derechos sobre el personaje humano de caracterización El Nieto
de El Santo el 28 de julio pasado".
Además, menciona que su tío ha amenazado
con demandar a las empresas que lo programen y que tampoco pudo obtener
la licencia con el nombre respectivo en la Comisión de Lucha Libre
del Distrito Federal, "lo cual deja en entredicho la honorabilidad, rectitud
y hombría que debiera caracterizar a quienes descendemos de El
Santo".
El tercero de la dinastía
Por su parte, El Hijo de El Santo recuerda: "Yo
no me agencié el nombre; mi padre en vida me lo dio".
Y
asegura: "El Santo ha seguido vivo porque yo lo he mantenido vivo.
No he dejado morir su nombre en las arenas con triunfos, con disciplina,
con entrega y sacrificio. Me ha costado mucho trabajo llevar honradamente
su nombre. A mi padre lo veo como algo sagrado, como si fuera un rey que
heredó a su hijo. El eligió al más pequeño
de todos y creo que he cumplido. Entonces, si alguien tiene el derecho
a ser el tercer Santo, tiene que ser un hijo mío".
El luchador afirma que sí ha apoyado a su sobrino.
"Pregúntale a Antonio Peña (el más famoso promotor
luchístico en la actualidad). Yo le dije que lo programara y él
lo impulsó, pero después me dijo: 'la verdad, este chavo
no sirve'. Lo ayudé con varias empresas, pero hay límites".
Ese, el nivel luchístico, dice, es el problema principal.
"El ha luchado con muchos nombres durante 15 años
y no ha logrado nada. Ahora sólo quiere aprovecharse del nombre
de El Santo. Puede decir que tiene menos edad (asegura que cumplirá
33 años el próximo 28 de octubre), pero no puede engañar
a la familia. El modificó su acta de nacimiento, ya tiene 36 años.
Imagínate, quiere empezar una carrera a esa edad; si ya no la hizo,
no la va a hacer nunca. El tercer Santo, para empezar, debe ser
un gran deportista, un buen luchador, y este chavo no lo es."
Asegura que no se trata de dinero, sino de respetar la
imagen de su padre. "Todos (en la familia) tienen derecho a las regalías
de las películas de El Santo", indica, mientras que su esposa
y representante, Gabriela Obregón, señala que el gladiador
ha rechazado dinero por permitir que surjan personajes luchísticos
como El Minisanto y La Santa.
En tanto, El Hijo de El Santo va a más y
asegura ser mejor luchador que su padre.
"Esto nunca lo he dicho -enfatiza-: técnicamente
soy mejor luchador que El Santo, yo no soy una copia y este chavo
sólo sería un remedo. Sé lo que valgo: soy un buen
luchador. Aclaro que como luchador, no como figura, porque mi padre fue
un idolazo."
Resalta también que mientras él siga activo
no habrá otro Santo y rechaza el calificativo de Axel, de
ser "el nieto primogénito", porque "creo que eso de primogénito
sólo se aplica a los hijos".
El Hijo de El Santo tiene dos herederos, pero le
ve tamaños al más pequeño, de ocho años de
edad, quien ha practicado gimnasia olímpica, taekwondo y natación,
los mismos deportes que a él le gustaban.
Termina: "Si él quiere, lo voy a apoyar, pero para
llamarse El Santo va a tener que ser mejor que yo y que mi papá".
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