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México D.F. Domingo 5 de septiembre de 2004
La modificación a pensiones del instituto,
medida ideológica, no técnica, sostiene
La reforma a la Ley del Seguro Social debe derogarse,
señala López Obrador
Califica a Levy y a Gil de extremistas fanáticos
y fundamentalistas del neoliberalismo
ANGEL BOLAÑOS SANCHEZ
El gobierno federal debe restablecer el diálogo
con los trabajadores del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) para
llegar a un acuerdo en el conflicto por la reforma a la Ley del Seguro
Social -que modificó el sistema de pensiones del instituto-, en
el marco de la "tregua" que propuso el presidente Vicente Fox en su Informe
el pasado miércoles, consideró el jefe de Gobierno del Distrito
Federal, Andrés Manuel López Obrador.
El mandatario capitalino consideró que dicha reforma
no es una medida técnica, cuyo propósito sea corregir una
crisis financiera en la institución. Se trata, advirtió,
de un asunto ideológico del director del IMSS, Santiago Levy, y
del secretario de Hacienda, Francisco Gil Díaz, a quienes llamó
"extremistas fanáticos" y "fundamentalistas del neoliberalismo",
que así envían un mensaje contra la seguridad social.
Consideró
que hay dentro del gobierno federal quien se opone a eso y "entonces, ahora
que está la tregua, ojalá se llame a los trabajadores, se
reinicie el diálogo, se busque un acuerdo y se resuelva en definitiva
esa imposición absurda; esa reforma que no conduce a nada y debe
derogarse".
Más tarde, durante la entrega de tarjetas del programa
de pensión universal para personas adultas mayores, en la plancha
del Zócalo, el mandatario capitalino señaló que dichos
apoyos económicos son apenas el inicio de lo que debe ser una verdadera
justicia social y se pronunció por defender los derechos sociales.
Refirió que en los países desarrollados
el ideal que tienen es "que haya seguridad desde la cuna hasta la tumba,
eso es buen gobierno y esa, una buena sociedad, el que no vivamos angustiados,
que estemos libres de temores; el que se tengan los mínimos de bienestar,
sobre todo educación, salud, vivienda y el derecho a una pensión".
Apenas iniciado el acto, un anciano se puso de pie y gritó
en solitario: "¡Arriba el futuro presidente de la República
Mexicana!" y tras llamar la atención del mandatario capitalino,
quien le hizo un gesto de saludo, se animó a añadir: "¡Nos
levantamos en armas si te quieren quitar!", lo que provocó en torno
suyo un coro de "¡No estás solo! ¡No estás solo!",
que se fue apagando conforme hablaba la secretaria de Salud, Asa Cristina
Laurel.
Ante más de 6 mil beneficiarios del programa, la
funcionaria distinguió entre el significado de la "contrarreforma"
a la Ley del IMSS, propuesta por el gobierno federal y que aprobaron los
legisladores de los partidos Revolucionario Institucional y Acción
Nacional, y los postulados básicos del proyecto alternativo de nación
que el jefe de Gobierno presentó el domingo pasado en el acto del
PRD en el Zócalo, donde dijo que es responsabilidad del Estado y
de una sociedad solidaria la protección económica de todo
adulto mayor.
Advirtió que lo más grave es que la jubilación
es vista como un problema de los trabajadores, donde ni el patrón
ni el Estado están obligados a aportar. "Que no se confunda nadie,
eso es lo que dice la reforma, que el trabajador pague su pensión,
que haya un ahorro obligatorio que se le quita cada mes y que lo administren
las Afore (administradoras de fondos para el retiro) y las aseguradoras
privadas."
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