México D.F. Domingo 5 de septiembre de 2004
Están cada vez más expuestas a explotación sexual y tratos crueles o degradantes
Sufren agresiones físicas 25% de las mujeres en el mundo
Informe del Unifem alerta que muchos gobiernos toleran e inclusive perpetran violaciones a los derechos humanos de niñas Las crisis sociales fomentan los abusos: investigador
LAURA POY SOLANO
La violencia contra las mujeres no sólo se incrementó a índices alarmantes, sino que un mayor número está expuesto a sufrir explotación sexual, tratos crueles y degradantes, pues se estima que una de cada cuatro mujeres en todo el mundo sufrió alguna agresión física y cerca de 2 millones son víctimas del tráfico de personas, revela un informe sobre la violencia de género difundido por el Fondo de Desarrollo de las Naciones Unidas para la Mujer (Unifem).
Las agresiones físicas y sicológicas contra las mujeres y las niñas, agrega, "aún es una práctica común en el hogar y la comunidad, ya que es tolerada o perpetrada por muchos estados en el mundo", pues a pesar de que se ha construido un marco legal sólido para defender los derechos humanos de las mujeres "su incumplimiento es la norma".
En el informe denominado Integración de los derechos humanos de la mujer y la perspectiva de género. La violencia contra la mujer, el Unifem señala que en un balance reciente sobre las condiciones de vulnerabilidad en la que se encuentran las mujeres involucradas en conflictos armados, existe una "epidemia de violencia", pues se estima que más de 70 por ciento de las víctimas mortales entre la población civil corresponde a mujeres y niños, "al ser considerados sistemáticamente como foco de atención de los cuerpos militares, lo que se traduce en diversos tipos de tortura, abuso sexual, secuestro y esclavitud".
En cuanto al número de mujeres que se han visto obligadas a dejar sus hogares ante la inestabilidad política y social en su país de origen, el Unifem estima que de los 40 millones de desplazados a escala internacional, más de 80 por ciento corresponde a mujeres y niños, mientras que 25 millones más son obligadas a huir de sus casas pero permanecen dentro de sus países de origen, "expuestas a toda clase de abusos y vejaciones, sin que cuenten con el apoyo de la comunidad internacional".
La falta de acceso a la justicia que sufren las víctimas de abusos y violaciones a sus derechos humanos genera que "los crecientes niveles de violencia hacia las mujeres se sigan elevando, pues la actividad criminal prolifera donde el cumplimiento a la ley es débil y raramente hay un sistema judicial que sea efectivo".
La responsabilidad de las sociedades y de los estados por los crímenes cometidos en contra de las mujeres, sostiene el Unifem, "significa más que el castigo a los autores del delito. Es establecer el cumplimiento de las leyes y un orden social y político que sea justo, pues sin ello no puede haber una paz duradera".
Al respecto, René Jiménez Ornelas, miembro del Instituto de Investigaciones Sociales de la Universidad Nacional Autónoma de México, aseguró que los crímenes sistemáticos contra mujeres, como el caso de Ciudad Juárez o Guatemala, si bien tienen un origen multifactorial, "se ven fortalecidos por condiciones sociales de crisis en las que no existen expectativas económicas o laborales para la mayoría de la población, y donde subsiste una cultura misógina y machista que tolera la impunidad".
Especialista en el estudio de la violencia social y la delincuencia, agregó que existe un "vínculo estrecho entre una cultura machista que no se adapta a una sociedad en crisis, donde la mujer ha comenzado a desplazar su papel en la familia y consolida su independencia económica".
Es preocupante, indicó, que las agresiones físicas contra las mujeres sigan aumentando en el país, pues a pesar de que los hombres son las principales víctimas de delitos como homicidio, "en algunas ciudades del país se registró un incremento de 40 por ciento en el número de casos que involucran a una mujer como víctima", al mismo tiempo que creció la participación de la mujer en actividades delictivas y el consumo de drogas, "lo que genera el círculo vicioso del delito, donde la adicción genera un mayor número de actos delictivos".
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