México D.F. Domingo 5 de septiembre de 2004
Cuenta con 6 albergues, uno especial para madres
adolescentes
Cumple Casa Alianza 16 años de asistir a niños
y jóvenes de la calle
ANGELES CRUZ MARTINEZ
Los primeros niños llegaron en busca de comida
y un lugar para pasar la noche. Hoy, luego de 16 años, suman miles
los que han recibido el apoyo de la Fundación Casa Alianza para
dejar la calle y reincorporarse a sus familias o a una vida independiente
y productiva.
Con seis albergues, de los cuales uno es para madres adolescentes,
el organismo atiende de manera permanente a 170 jóvenes, de los
cuales 80 por ciento asiste a algún sistema escolarizado y el resto
es población fluctuante.
Ayer,
el festejo inició con una ceremonia en la que el presidente del
patronato, Luis Creel, recordó los primeros años de trabajo
de Casa Alianza y el interés de entonces, que ahora continúa,
por promover un cambio de vida en los niños que han tomado la calle
como un espacio para vivir.
Recordó la labor del padre franciscano, Bruce Ritter,
en Nueva York, Estados Unidos, para dar origen a la organización
internacional no gubernamental, laica y apolítica, que atiende a
niños y niñas de la calle. El concepto de Alianza se debe
a que "para iniciar cualquier proceso de recuperación de un joven
o un niño en desamparo, se necesita una actitud de aceptación
y amor sin presiones ni hostigamientos".
Sólo en 2003, Casa Alianza en México atendió
a casi 3 mil jóvenes de 12 a 18 años de edad, como parte
del programa en apoyo a la recuperación de los niños.
La directora nacional, Sofía Almazán, explicó
que de los seis albergues, uno es para madres adolescentes, dos para niñas,
uno para niños de nuevo ingreso, otro más es un centro de
rehabilitación para retirarlos de las adicciones y el último
está dirigido a los jóvenes en proceso de reintegración
social.
Ante las decenas de jóvenes que ayer se reunieron
en el inmueble de Paseo de la Reforma, la sede principal de Casa Alianza,
el presidente del patronato recordó algunas anécdotas ocurridas
hace 16 años. Eran los orígenes del proyecto, el cual se
instaló en una casa en la Zona Rosa, la cual en muy poco tiempo
fue insuficiente para albergar a los niños de la calle que solicitaban
ayuda.
Muchos niños han tocado las puertas de Casa Alianza
y se les ha abierto y se seguirá haciendo, con la esperanza de que
"algún día podamos extender la mano al último niño
que viva en la calle", señaló Creel.
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