México D.F. Domingo 5 de septiembre de 2004
El ejercicio, parte del programa de protección
civil de la dependencia
El INBA aprovecha el ensayo público de Tosca
para organizar un simulacro
ERICKA MONTAÑO GARFIAS
Ensayo general de la ópera Tosca, abierto
al público. Viernes por la tarde en el Palacio de Bellas Artes.
Es el final del primer acto. Scarpia canta victoria sobre Tosca, Mario
y Angelotti. Se cierra el telón, se encienden las luces y suena
una alarma. Nadie se sobresalta. Todo estaba pactado desde el principio:
es un simulacro de sismo.
Las autoridades del recinto realizaron este ejercicio
bautizado con el rimbombante nombre de Simulacro con hipótesis
de sismo con conato de incendio en el foro del teatro, uno de los tres
que se han efectuado este año en ese lugar (los anteriores fueron
por inundación y falla eléctrica), y fue parte del programa
de protección civil del Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA),
dependencia que realiza 58 de estos simulacros anualmente en todos sus
edificios.
De
acuerdo con las cuentas del INBA, en este simulacro participaron 2 mil
600 personas y se desalojó todo el edificio, incluyendo museos y
oficinas.
Todos estaban preparados para salir cuando sonó
la alarma, apenas audible dentro de la sala principal, así que es
de suponerse que cualquier siniestro ocurrirá sólo cuando
la orquesta deje de tocar, los cantantes dejen de cantar o la ceremonia
entre en un break.
"¿Esa es la alarma?", "casi no se escucha" fueron
algunos de los comentarios dentro de la sala, y eso que ya había
bajado el telón del primero de los tres actos de la ópera
de Puccini.
El inicio del simulacro fue como se esperaba: todos salieron
en orden haciendo caso del eslogan "No corro, no grito, no empujo", impreso
en unos volantes que fueron entregados a los asistentes antes de la función.
El público, trabajadores y visitantes fueron a
dar a la explanada que está frente al Palacio de Bellas Artes, y
aunque los cantantes sí fueron movilizados, no salieron a la calle
para cuidar sus voces. ¿Y si en verdad hubiera temblado?
Los brigadistas de protección civil ataviados con
los inconfundibles chalecos naranja daban instrucciones: "Vaya por allá",
"camine para acá", "no se detenga" (En pocas palabras circulando,
circulando). Algunos portaban unos letreros que decían "punto de
concentración" que indicaban la zona a la que había que dirigirse
para estar a salvo en el simulacro de sismo con conato de incendio.
Todos los puntos de concentración se concentraron
en un solo punto, mientras las personas participantes se desperdigaron
por la explanada. Algunos aprovecharon para fumarse un cigarrito, otros
para platicar o para saludar a sus conocidos.
Veinte minutos afuera y entonces comenzó el regreso,
que fue más bien caótico. Muchos corrieron hacia las puertas
para llegar más pronto a sus lugares. Unos cuantos empujones y ya
todos estaban adentro.
Tuvieron que pasar otros 20 minutos para que iniciara
el segundo acto de Tosca, ópera que se estrenó en Roma en
1900 y un año después en México; en esta ocasión
es montada por la Compañía Nacional de Opera del INBA con
la Orquesta del Teatro de Bellas Artes bajo la dirección de Alfredo
Silipigni. El director de escena es Hernán del Riego, mientras que
la escenografía, de corte minimalista, está a cargo de Gabriel
Pascal.
La primera función de Tosca, con Olga Romanko,
Octavio Arévalo y Carlos Almaguer en los papeles principales, será
hoy en el Palacio de Bellas Artes a las 17 horas, con otras tres presentaciones:
el martes y jueves próximos a las 20 horas y el domingo 12 a las
5 cinco de la tarde. Los boletos cuestan entre 150 y 650 pesos.
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