México D.F. Domingo 12 de septiembre de 2004
Debido al actual clima político, nulas
posibilidades para el IVA de 4% en alimentos: Banamex
Difícil, que se apruebe propuesta de reforma
fiscal, prevén analistas
Ingresos petroleros cubrieron la debilidad en la recaudación
fiscal, considera BBVA-Bancomer
El Ejecutivo pretende dejar sólo al Congreso
la responsabilidad de cambios estructurales: Serfin
ROBERTO GONZALEZ AMADOR
La última oportunidad del gobierno del presidente
Vicente Fox Quesada de impulsar una nueva oleada de reformas de apertura
y liberalización económica es vista con poco optimismo por
los tres principales grupos financieros que operan en México, controlados
por extranjeros y con alta influencia en el mundo.
En
momentos en que empresarios locales han cuestionado la efectividad de la
clase política mexicana para lograr acuerdos, los grupos financieros
no esperan avances significativos en cuanto a la realización de
las llamadas reformas estructurales, orientadas a elevar la recaudación
de impuestos, abrir aún más a la inversión privada
la industria energética nacional y reducir los derechos laborales.
"Dado el clima político existente, es difícil
prever que se vaya a aprobar una propuesta de reforma fiscal", consideró
en un reporte el grupo financiero Banamex-Citigroup, el más importante
del país, en alusión al planteamiento -derivado de la Convención
Nacional Hacendaria, concluida el mes pasado y apoyada por el gobierno
y diputados del Partido Acción Nacional- de aplicar una tasa de
4 por ciento de impuesto al consumo de alimentos. .
En la propuesta de programa económico para 2005,
entregada el miércoles pasado por el gobierno federal a la Cámara
de Diputados, el presidente Vicente Fox plantea una agenda de reformas
que desea desahogar en los siguientes meses, enfocadas a seis sectores
que considera "prioritarios": energético, laboral, fiscal, sistema
de pensiones, cambiar el régimen fiscal de Petróleos Mexicanos
y redefinir el proceso presupuestal.
De acuerdo con el Grupo Financiero BBVA Bancomer, después
de dos intentos por negociar una reforma hacendaria, el Presidente "está
consciente de que un numeroso grupo de diputados se resiste a aceptar que
los impuestos al consumo sean una manera eficaz de fortalecer las finanzas
públicas. Mientras, la reciente alza en el precio del petróleo,
aunque no sea sostenible, hace que los legisladores y gobernadores reclamen
recursos adicionales para sus proyectos predilectos. En todo caso, es importante
que el cambio estructural reciba la atención que merece".
Oficialmente, y de acuerdo con la información remitida
el miércoles pasado a la Cámara de Diputados, el gobierno
federal calcula que en 2004 los ingresos adicionales derivados de un mayor
precio en el petróleo de exportación sumarán 107 mil
millones de pesos. Esta cantidad, por sí sola, contribuyó
a reducir el déficit fiscal y permitió un mayor nivel de
gasto público, por lo que no fue tan notoria la debilidad de la
captación de ingresos fiscales.
"A diferencia de hace un año, el Ejecutivo federal
ahora optó por no impulsar, al menos de manera directa, algunas
de las reformas estructurales pendientes", comentó BBVA Bancomer.
En los documentos enviados a la Cámara de Diputados
el miércoles pasado, el gobierno federal trata de recuperar la visión
de largo plazo establecida en el Programa Nacional de Financiamiento al
Desarrollo (Pronafide), anunciado en el primer año de la administración.
El problema para que se logren las metas de eliminación
del déficit fiscal, crecimiento económico y fortalecimiento
de las finanzas públicas, planteadas en el Pronafide, es la "viabilidad
de las proyecciones, la cual no es tan clara en ausencia de las reformas
estructurales", comentó Banamex.
Lo que resta de 2004, última llamada para el
proyecto foxista
Aunque no está explícito en este documento
cabe recordar que, de acuerdo al Pronafide, los objetivos de finanzas públicas
deben cumplirse aun en ausencia de una reforma fiscal que otorgue ingresos
extra al gobierno federal.
El tiempo que falta para que concluya este año
parece ser el límite para la concreción de los cambios propuestos
por el gobierno, según analistas. Ello se debe a que en 2005 el
clima político estará dominado por el proceso previo a la
selección de candidatos y el inicio de campañas políticas
con miras a la elección presidencial de mediados de 2006.
De acuerdo con un reporte de Santander Serfin, operador
de la tercera red de proveedores de servicios financieros en el país,
el hecho de que la propuesta formal de ingresos y gastos del gobierno federal
para 2005 no incluya de manera explícita ninguna iniciativa de reforma
estructural, ni la propuesta de aplicar el impuesto al consumo a alimentos
implica que el gobierno desea dejar a la responsabilidad del Congreso incorporarlos
a la propuesta económica del siguiente año.
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