México D.F. Martes 14 de septiembre de 2004
Castro reitera que no aceptará ayuda
de países que han golpeado la economía de la isla
Azota Iván extensa franja de Cuba; más
de un millón de personas evacuadas
Rachas de viento de 300 kph en Pinar del Río;
Sandino, de los municipios más afectados
GERARDO ARREOLA CORRESPONSAL
La Habana, 13 de septiembre. Aunque su centro avanzaba
sobre el extremo más occidental de Cuba, el huracán Iván
azotaba con fuerza el lunes en la noche una extensa franja de la isla,
entre las provincias de Pinar del Río y La Habana, con tormentas
torrenciales y ráfagas de viento de 200 kilómetros por hora,
inundaciones en la costa sur y daños en plantíos y viviendas.
Pinar del Río, que padeció hace dos años
el golpe seguido de los huracanes Isidore y Lili, estaba
en la penumbra, después de que se suspendió el servicio eléctrico
para evitar mayores percances.
Así recibió el castigo de aire y agua del
flanco derecho del meteoro, que llegó a Cuba crecido una vez más
a la máxima categoría de cinco niveles de la escala Saffir-Simpson,
con vientos sostenidos de 260 kilómetros por hora y rachas superiores
a los 300 kilómetros por hora en su núcleo.
La primera secretaria del Partido Comunista en la provincia,
María del Carmen Concepción González, dijo que fueron
evacuadas 234 mil 627 personas, 32 por ciento de la población en
la zona, y pidió a los pinareños mantenerse a resguardo en
la larga noche que les espera.
En Sandino, el municipio más occidental del país,
y uno de los que quizá reciba mayor perjuicio, el presidente Fidel
Castro ratificó al mediodía su anuncio de que rechazará
ayuda externa para paliar los daños del huracán, de parte
de Estados Unidos y otros países que hayan "tomado medidas" contra
Cuba.
En declaraciones a la prensa, Castro aludió al
plan del gobierno estadunidense de mayo pasado para limitar viajes y remesas
de los cubanos emigrados a la isla, como "medidas para golpear la economía
del país" y así rendirlo "por hambre".
"En tales circunstancias, de aquellos que tomaron medidas
contra Cuba, de antemano decimos que no aceptaremos ayuda", dijo Castro.
"No sólo Estados Unidos. Hay otros países que no voy a mencionar".
No es cuestión de cantidad
También
recordó que después del paso del Charley, hace exactamente
un mes, y que causó pérdidas por más de mil millones
de dólares, Washington ofreció una ayuda de 50 mil dólares.
"No es cuestion de cantidades. Pero aunque nos ofrecieran
todo lo que era necesario, no lo habríamos aceptado", agregó.
Castro estuvo por la mañana en Pinar del Río,
capital provincial, donde habló con la cúpula regional de
la Defensa Civil (DC). Luego, celular en mano, recibió reportes
de la situación en la Isla de la Juventud y poco más tarde
se dirigió a las poblaciones de San Juan y Martínez, Guane
y Sandino.
El implacable meteoro estremecía esta noche la
Península de Guanahacabibes, tramo de territorio cubano de tupida
vegetación, que en los mapas aparece como un pequeño gancho
en el extremo izquierdo, y en cuya punta está el Cabo de San Antonio,
el sitio de la isla más cercano a México.
Iván entró a Cuba por el Cabo y avanzaba
pesadamente, a un paso de 17 kilómetros por hora, descargando su
fuerza con su diámetro de 700 kilómetros.
La zona por donde transita el anillo central del huracán
fue desalojada masivamente. Incluso los trabajadores de un faro y de un
radar de observación meteorológica dejaron sus posiciones
para ponerse a salvo.
Las bocanadas de vientos huracanados, superiores a 117
kilómetros por hora, sacudieron la Ensenada de Cortés, en
el extremo suroccidental cubano, las poblaciones de Sandino, Guane, Isabel
Rubio, Las Martinas y San Juan y Martínez y los enclaves pesqueros
de Cabo Francés, La Coloma y Boca de Galafre, una zona donde esta
noche ya había árboles caídos, cables eléctricos
derrumbados, inundaciones y grandes oleajes de hasta tres metros de alto,
que habían llevado el mar hasta 500 metros dentro de la costa.
La Isla de la Juventud, también a oscuras, sufría
prolongados aguaceros, que causaron inundaciones y azotes de viento que
derrumbaron postes y platanales. En la provincia de La Habana, al sur de
la capital, la lluvia también fue permanente el lunes.
Con más de un millón 300 mil evacuados,
el 10 por ciento de la población y el transporte terrestre, ferroviario,
aéreo y marítimo suspendido, Cuba esperaba esta noche lo
peor de Iván, sea lo que sea.
La suspensión de vuelos nacionales e internacionales
de las líneas cubanas se prolongó hasta el martes, aunque
las empresas extranjeras quedaron en libertad de decidir sus operaciones
ese día.
La ciudad de La Habana vivió hoy una segunda jornada
de excepción. Por sus calles desiertas circularon principalmente
vehículos de auxilio, bajo un cielo plomizo y una llovizna pertinaz,
que arreció por momentos.
Pinar del Río, la Provincia La Habana, la capital
y la Isla de la Juventud, permanecían en alarma ciclónica
El centro y el oriente cubano sólo fueron rasguñados
de lejos por Iván, pero el impacto en esa zona ilustró
su capacidad destructora.
En la provincia surcentral de Cienfuegos el mar llegó
a 200 metros dentro de la costa y el hotel Rancho Luna perdió su
único muelle. La carretera que conecta la capital provincial, del
mismo nombre, con la autopista nacional, tuvo que ser cerrada al tránsito
por las averías provocadas por vientos y lluvias.
Las provincias de Granma y Santiago de Cuba, en la punta
oriental del país, quedaron incomunicadas por tierra, al sufrir
fuertes averías la carretera que las conecta.
|