México D.F. Viernes 17 de septiembre de 2004
No compensa pérdidas por la eliminación del programa de apoyo a los estados
El impuesto local sólo agravará las desigualdades regionales: analistas
DAVID ZUÑIGA
La propuesta de que estados y municipios cobren un impuesto local de 3 por ciento al consumo de bienes y servicios no generará más recursos para el combate a la pobreza y sólo agravará las desigualdades regionales, advirtió la consultora a-regional.
Los especialistas advirtieron que la iniciativa incluida en el paquete económico para 2005 sólo beneficiaría a Aguascalientes, Colima, Coahuila, Distrito Federal, Nuevo León, Tamaulipas y Veracruz. Con excepción de esta última, todas tienen gran dinamismo económico y desarrollo manufacturero y turístico, numerosas empresas formales y bajos niveles de migración.
El Distrito Federal sería la entidad más beneficiada, pues recibiría alrededor de 4 mil 200 millones de pesos, casi la mitad de lo recaudado en todo el país por ese concepto. En segundo lugar quedaría Tamaulipas, con mil 300 millones de pesos.
En cambio, las entidades menos favorecidas serían Zacatecas, Oaxaca, Chiapas y Tlaxcala, que están entre las más marginadas y que captarían menos de 20 millones de pesos.
El documento destaca que el gravamen propuesto por el Ejecutivo no compensa las pérdidas que sufrirán 29 estados debido a la eliminación del Programa de Apoyo al Fortalecimiento de las Entidades Federativas (PAFEF) en el presupuesto de 2005.
La propuesta sobre el impuesto al valor agregado (IVA) plantea reducir la tasa general de 15 a 12 por ciento a cambio de que los estados recauden un impuesto sobre ventas y servicios al público de 2 por ciento y los municipios otro de uno por ciento.
En una primera etapa este gravamen sería federal y posteriormente se convertiría en un impuesto local administrado por los estados. La ley actual permite a los estados administrar los impuestos federales. Aquellos que han firmado con la Federación convenios de coordinación fiscal reciben participaciones equivalente a 95 por ciento de la recaudación de sus respectivos territorios. Si establecieran su propio impuesto al consumo, la proporción sería de cien por ciento
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