México D.F. Martes 21 de septiembre de 2004
Crean el primer museo en el mundo dedicado a
la cultura e historia de los pueblos indios
Rinden tributo en Estados Unidos al legado de las comunidades
indígenas
Destaca en la muestra, a inaugurarse hoy, la participación
de huicholes y nahuas
JIM CASON Y DAVID BROOKS CORRESPONSALES
Washington,
20 de septiembre. Aproximadamente 11 mil indígenas de Estados
Unidos, México y las Américas realizarán este martes
una procesión de naciones indígenas por el centro de esta
capital para celebrar la inauguración del primer museo en el mundo
dedicado exclusivamente a la cultura, historia y realidad contemporánea
de los pueblos indios del hemisferio occidental.
El nuevo Museo Nacional del Indio Americano, financiado
en parte por contribuciones de comunidades indígenas en Estados
Unidos, también intentará ser sede de la colección
más amplia del mundo sobre los pueblos indígenas de las Américas.
Aunque su inauguración está enfocada sobre Estados Unidos,
dos comunidades indígenas de México -los nahuas del río
Balsas y los wixárikas (huicholes) de Bancos de Calitique- se encuentran
entre los 24 pueblos que fueron invitados a diseñar las tres exhibiciones
principales para estrenar el recinto.
"Se trata de la historia y el pasado", se explica en un
letrero en la sala de exhibición que se encuentra al ingresar al
Museo Nacional del Indio Americano. Esta muestra, como gran parte del museo,
intenta ofrecer la historia indígena en primera persona. "El pasado
nunca cambia, pero la forma en que lo entendemos cambia constantemente",
afirma el texto. Agrega que "para los pueblos nativos, la historia misma
se convirtió en otro campo de batalla, otra arma de conquista. Las
historias oficiales frecuentemente ignoraron por completo a los indios".
En la explicación de la sala dedicada a "Dar voz
a nuestras historias" se menciona: "esta sala está haciendo historia
y, como todas las otras historias, tiene una agenda".
La agenda en este nuevo museo es tan compleja como útil.
Al ubicar este enorme edificio curvado y esculturado de 40 metros de altura
en uno de los lugares más prominentes de Washington -justo abajo
del Capitolio-, el Congreso esperaba otorgar un reconocimiento largamente
aplazado a los primeros habitantes de este hemisferio y dar un paso para
reconocer su contribución a este país.
"Este tributo viviente a los primeros habitantes de este
hemisferio ya está muy retrasado", declaró Lawrence Small,
el director de la Institución Smithsoniana, organización
dedicada a museos e historia financiada por el gobierno federal que construyó
y administra este centro cultural.
"Este museo es mucho más que una celebración
del pasado, es un testimonio continuo de la vitalidad de estas comunidades
hoy día", dijo, y señaló que la colección permanente
incluye tanto objetos contemporáneos como otros creados hace más
de 10 mil años.
Muro de evidencias
La primera sala empieza con una exhibición de bellos
objetos de oro, hueso y otros materiales. "Este muro de evidencias demuestra
que ya había una civilización floreciente antes de la llegada
de los europeos en 1492", explicó Bruce Bernstein, director asistente
del museo, en entrevista con La Jornada.
Otro muro en la misma sala describe el "huracán"
que según Bernstein resultó de este primer encuentro entre
europeos y los americanos. "Los encuentros entre ambas culturas cambiaron
a ambos. No es tan desigual como parecía." Al hacerse eco de un
tema que caracteriza la exhibición, Bernstein agregó que
todo, desde el alimento hasta la música y lo que se celebra, fue
afectado por los encuentros entre los dos mundos.
¿Y el resultado de ese encuentro?, se le pregunta.
"En general, en los pasados 500 años las comunidades indígenas
perdieron 95 por ciento de su población", respondió Bernstein.
La exhibición sobre la pérdida de la población aún
estaba bajo construcción cuando a los reporteros les fue ofrecido
un recorrido por el edificio, pero los materiales que acompañan
esta sala describen en gran detalle las matanzas, violación y saqueo
de las comunidades indias por los conquistadores. Bernstein, como muchos
historiadores, dice que el encuentro entre europeos e indígena fue
mucho más mortal que otros de esta naturaleza en el mundo por la
contribución de la enfermedad.
El museo también tiene exhibiciones de armas, copias
de tratados y otras pruebas de promesas hechas pero incumplidas entre los
europeos y las comunidades indígenas. Para intentar mostrar la diversidad
de esta historia a través de las Americas, el museo solicitó
a ocho comunidades indígenas ayudar a crear exhibiciones que cuentan
10 historias claves que impactaron sobre su destino como pueblos.
Entre estas ocho tribus y comunidades, hay cuatro de Estados
Unidos, dos de Brasil y dos de México. Los wixárikas fueron
escogidos en parte -explica Bernstein- porque son una de las comunidades
indígenas más pequeñas de las Américas, mientras
los nahuas fueron seleccionados porque integran el tercer pueblo indígena
de Mesoamérica por su tamaño.
Los representantes de los wixárikas o huicholes,
de Bancos de Calitique, decidieron contribuir con cuentos de su creación
y de sus primeros encuentros con los españoles. "Las tierras huicholas
se han reconocido desde hace mucho: los títulos coloniales delinearon
las tierras huicholas, incluyendo una en 1725 que otorgó a San Andrés
Cohomiata hasta 200 mil hectáreas", explica la exhibición.
Después de informar que estas comunidades se desintegraron a partir
de 1850, la exhibición documenta cómo las reformas agrarias
federales en los años cuarenta otorgaron la tenencia de tierras
indígenas a nuevos terratenientes.
Este espacio, inundado de música indígena,
incluye un mapa de 1958, el cual documenta que 129 mil 250 hectáreas
pertenecían a San Andrés Cohamiata, y después señala
que un resolutivo presidencial de 1965 redujo esta tierra a sólo
74 mil 940 hectáreas. Aunque las luchas por la tierra son tema común
en casi todas las exhibiciones, los wixárikas también describen
los orígenes de su música con muestras de un violín
y una guitarra. La Virgen de Guadalupe escucha la música de esta
guitarra cuando es tocada por diferentes comunidades, pero sólo
empieza a bailar cuando los wixaritari tocan ese instrumento, se indica.
La exhibición sobre el pueblo nahua empieza con
actos recientes. Al inicio hay una enorme imagen horizontal de los líderes
de la comunidad llevando una manta y protestando contra una presa hidroeléctrica
en el río Balsas. "Organizamos un grupo cuando nos enteramos de
que el gobierno está construyendo una presa. No sabíamos
si éramos socios o si hablábamos el mismo idioma", escriben
en el texto que acompaña esta foto. "Después se unieron todos
los pueblos. Nuestra fuerza cultural reside en actividades como esta protesta."
La exhibición seleccionada sobre el pueblo nahua
se enfoca en la lucha por la tierra, en el traslado de tierras comunitarias
en manos de indígenas durante siglos a propiedad privada de un pequeño
grupo de terratenientes no indígenas.
Pero la sección "Nuestros pueblos", donde se encuentran
estas exhibiciones, sólo forma una pequeña parte de esta
enorme estructura de cuatro pisos que incluye secciones dedicadas a la
cosmología indígena, la relación entre la humanidad
y la naturaleza, así como sobre las comunidades indias contemporáneas
y colecciones tradicionales de arte popular indígena.
Al mantener el énfasis sobre la cultura viva, el
museo también ofrece varias exhibiciones de los trabajos de artistas
indígenas modernos y obras preparadas especialmente para esta colección.
Los curadores dicen que también están intentando cambiar
las perspectivas históricas que tanto han influido en este país
sobre la identidad indígena, particularmente a través del
cine y la televisión, como el programa El Llanero solitario
(en el cual su compañero indígena tenía en Estados
Unidos el nombre de Tonto, en español).
También hay una exhibición llamada "¿Qué
es un indio?", que describe cómo el gobierno estadunidense negó
la autodeterminación y autodefinición de los pueblos indígenas,
y los cambios legales y culturales a lo largo de la historia. Otra sección
se dedica a algunos de los debates ocurridos sobre los indígenas
en este país. "Durante los pasados 500 años, a los americanos
nativos nos han robado la mayoría de nuestras tierras y herencia.
Mientras las Américas incluyen algunas de las naciones más
ricas del mundo, sus pueblos indígenas están entre los más
pobres de los pobres".
La exhibición describe el debate entre comunidades
indígenas sobre los casinos. En Estados Unidos varias comunidades
indias se han hecho ricas al instalar casinos en sus tierras, y una tribu
seleccionó la inauguración de un casino como uno de los 10
actos más importantes de su historia. Otras tribus han rechazado
los casinos como algo contrario a la vida indígena.
Pero la ironía de los casinos se deja como algo
implícito. La realidad es que algunas comunidades indígenas
aquí, cuya tierra y riqueza fueron robadas y que sufrieron la brutalidad
de los nuevos habitantes, ahora usan los casinos para recuperar dinero
del hombre blanco. Ese dinero ha sido empleado, por algunas comunidades
para comprar nuevamente sus tierras y, por cierto, fue fuente importante
para el financiamiento de este nuevo museo.
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