Se busca rendir tributo viviente a los pueblos nativos del continente

Inauguran nuevo Museo Nacional de los Indígenas Americanos en Estados Unidos

DPA

Washington, 20 de septiembre. Cuando se comenzó a planear el nuevo Museo Nacional de los Indígenas Americanos en Estados Unidos, el objetivo era que se convirtiera en un tributo viviente a los pueblos nativos que formaron las primeras culturas del continente, en el norte, el centro y el sur.

La idea contrasta por completo con el acercamiento tradicional a los indígenas en los museos, en los que los expertos y curadores ven a menudo su trabajo como la preservación de artefactos de culturas muertas. Por ese motivo, los indígenas tienen una relación bastante negativa con ese tipo de lugares.

Pero cuando este martes se inaugure el museo número 18 de la Sociedad Smithsoniana, se convertirá no sólo en un monumento de las culturas vivas y activas que retrata, sino que encarnará la idea de que los indígenas del hemisferio occidental deben decidir cuál es la esencia de ese centro.

''Los americanos nativos dirigen el diseño, planteamiento, conducción y construcción en el museo", afirmó el secretario de la Sociedad Smithsoniana, Lawrence Small.

Esta organización pasó cuatro años consultando con los pueblos de toda América. El museo es el edificio más cercano al Congreso en el National Mall de Washington, una irónica posición en vista del activo papel jugado por los sucesivos gobiernos para llevar a los indígenas al borde de la extinción.

Los aborígenes son los curadores de la mayor parte de las exhibiciones, ayudaron en el diseño y hasta construyeron el edificio, e insistieron en que su colección de más de 80 mil objetos sea accesible y que no esté encerrada en vitrinas como artefactos anticuados.

''Los visitantes no sólo percibirán el rico pasado de los nativos de América, sino su vitalidad presente y su rica cultura", dijo Small acerca del museo de 23 mil metros cuadrados y un costo de 200 millones de dólares.

La tarea del recinto es monumental: representar a decenas de millones de personas que hablan cientos de lenguas diferentes, que viven desde el Círculo Polar Artico en el norte hasta Tierra del Fuego, y cuya historia comenzó mucho antes de que existiera la escritura.

Allí se cuentan, entre otras, historias la de los nahuas en México, que se oponen a la construcción de un dique que inundará sus pueblos.