México D.F. Lunes 18 de octubre de 2004
REPORTAJE /LOS FRENTES DEL PPP
El mercado eléctrico regional abrirá
las puertas a la inversión extranjera
Buscar la participación privada, meta de la
"interconexión mesoamericana"
Mediante la concreción de esta iniciativa se creará,
según adelanta el BID, un espacio comercial en el cual los "agentes
habilitados" podrán libremente realizar transacciones de compraventa
dentro o fuera de su país, "accediendo sin discriminación"
a las redes transmisoras con el pago de un peaje
ELIZABETH VELASCO C. /III
El mercado eléctrico regional (MER), que dará
apertura a la inversión extranjera directa en Centroamérica,
tendrá una generación equivalente a alrededor de 7 mil millones
de dólares en la próxima década. Ha sido constituido
ya y estará en operación en 2007, al concluirse la red del
Sistema de Interconexión Eléctrica para América Central
(Siepac), línea de transmisión de alta capacidad que unirá
los sistemas del sector desde Panamá a México, y de México
a Estados Unidos.
Para la construcción del Siepac ya se cuenta con
un financiamiento de 337 millones de dólares y se han creado instancias
supranacionales (órganos reguladores y operadores del sector energético
regional), con los que se dan "pasos firmes" para la operación del
MER.
Este tendrá una "capacidad de intercambio entre
los países de 300 megavatios, en una red de mil 830 kilómetros",
consigna el informe ejecutivo sobre los avances de las iniciativas del
Plan Puebla-Panamá (PPP), del 25 de marzo de 2004.
El Siepac se inscribe en la Iniciativa Mesoamericana de
Interconexión Eléctrica (IMIE) del PPP, la más avanzada
en términos de diseño jurídico-institucional y asignación
de inversiones.
Su objetivo, consigna el Banco Interamericano de Desarrollo
(BID), es crear "una interconexión mesoamericana que atraiga la
participación del sector privado (sobre todo en generación)
para el desarrollo del mercado eléctrico de la región".
En el Siepac se incluye la conformación del MER,
que -según el BID- es "un espacio comercial de ámbito regional
en el cual los agentes habilitados para ello pueden realizar libremente
transacciones de compraventa de electricidad dentro o fuera de su país,
accediendo sin discriminación alguna a las redes de transmisión
con el pago de un peaje".
Además, este sistema "facilitará la convergencia
con el futuro desarrollo de la industria del gas natural en la región",
al promover "la instalación de plantas de generación eléctrica
con tecnologías avanzadas (...) creando los incentivos para la construcción
de gasoductos y una integración energética más amplia
con países vecinos, como México y Colombia, potenciales suministradores
de gas natural a la región".
En ese contexto, el MER "se inscribe en una fuerte tendencia
internacional hacia la creación de mercados eléctricos regionales
o supranacionales para mejorar la eficiencia económica del proceso
completo de suministro", señala el BID.
El PPP ha sido el "paraguas" para agilizar el Siepac,
conformado por tres subproyectos (cada uno con sus propios "tiempos y autonomía",
pero con un desarrollo simultáneo) para la creación del MER:
La interconexión del istmo centroamericano, que
está en operación desde 1976 entre Costa Rica, El Salvador,
Guatemala, Honduras, Nicaragua y Panamá, al igual que las correspondientes
a Guatemala-México y Guatemala-Belice. Se evalúa también
el proyecto de otra nueva línea, con un costo de 200 millones de
dólares, entre Panamá y Colombia.
El ex jefe de la unidad coordinadora del PPP de México,
Herbert Taylor, admitió que la iniciativa tiene más de 25
años en desarrollo. Con el lanzamiento del plan se "retomó"
y se incluyó en los acuerdos de éste.
A partir de 2001, comenta, se empezó a trabajar
en su "figura jurídica". En palabras del BID: "la creación
y consolidación" del MER, con la constitución de dos instituciones
regionales "supranacionales": la Comisión Reguladora Regional de
Interconexión Eléctrica (CRIE) y el Ente Operador Regional
(EOR). Además, añade Taylor, se creó la Empresa Propietaria
de la Red Eléctrica (EPR).
El entramado jurídico e institucional se acordó
en 20 meses, precisa; actualmente se han creado "mesas para estudiar la
homologación, en lo general, de las normas comunes, algunas de las
cuales pasan por leyes y otras por reglamentos".
En ese contexto, los gobiernos de Guatemala y México
acordaron en 2003 la interconexión energética con la que
el país se suma al Siepac.
Según datos del informe ejecutivo, esa interconexión
añade a la red cien kilómetros que amplían dos subestaciones
ya existentes: Tapachula, Chiapas, en México, y Los Brillantes,
en Guatemala. La línea tendrá una capacidad de 400 kilovatios.
Para su construcción se tiene un financiamiento
de 44.5 millones de dólares, de los cuales 11.4 millones serán
aportados por el erario federal mexicano y 33.1 millones del lado guatemalteco,
con un crédito del BID y otros organismos. "Se estima la puesta
en operación de este proyecto para mediados de 2005", según
el informe ejecutivo.
La red total del Siepac estará lista en 2007, señala
Taylor, y advierte: la conexión entre México y Guatemala
"sólo da la posibilidad, que quede claro, de que en algún
momento, bajo alguna circunstancia, las autoridades definan si hay intercambio
de energía de un lugar a otro.
"No estamos obligados a transmitir nada ni a recibir nada,
pero estás conectado para lo que el tiempo encoje (sic) y,
en su momento, se definirá qué se hace con esa conexión
que, dicho sea de paso, la tenemos en otros lugares: en la frontera con
Guatemala -en varios poblados de ese país México provee energía
eléctrica-, y en el caso de Estados Unidos nuestro país está
interconectado a la red estadunidense. Eso no nos obliga ni a comprar ni
a vender; sólo a estar conectados y, en su momento, a tomar determinaciones".
La concreción del MER ocurre cuando, según
datos de la Cepal y de InterAction, más de 50 por ciento de la generación
eléctrica estatal en América Central ya ha sido transferida
a las transnacionales, principalmente estadunidenses (AES Corp., Costal
de El Paso, Constellation, Duke Energy, PP&L, Ormant); de España
(Iberdrola y Unión Fenosa), y de Canadá (HydroQuebec).
El entramado
El antecedente del Siepac data de 1976, cuando se concretan
las interconexiones en los países del istmo centroamericano. En
aquel año entró en servicio el enlace Honduras-Nicaragua,
con una línea de 230 kilovatios; en 1982, la interconexión
Costa Rica-Nicaragua, y en 1986 tanto la Costa Rica-Panamá como
la El Salvador-Guatemala. El proyecto fue financiado y asesorado "técnicamente"
por el BID y la trasnacional española Endesa.
Tras las interconexiones, los países centroamericanas
crearon, junto con Endesa, un consorcio con "capitales privados y públicos"
mediante el cual constituyeron, en 1998, la Empresa Propietaria de la Red
(EPR).
Información de la también denominada Empresa
Propietaria de la Línea de Transmisión Eléctrica,
SA -con sede en Panamá y oficinas gerenciales en San José,
Costa Rica- señala que la EPR "se rige por el derecho privado" y
jurídicamente se sustenta en el Tratado Marco del Mercado Eléctrico
de América Central, suscrito en 1996 y ratificado en 1998 por los
poderes legislativos de los seis países.
Según Taylor, los siete socios tienen la misma
proporción del capital accionario. Datos de la EPR revelan que ninguno
de ellos posee más de 15 por ciento del capital social. Los integrantes
son: Instituto Nacional de Electrificación, de Guatemala; Comisión
Ejecutiva Hidroeléctrica del Río Lempa, de El Salvador; Empresa
Nacional de Energía Eléctrica, de Honduras; Empresa Nicaragüense
de Electricidad, de Nicaragua; Instituto Costarricense de Electricidad
de Costa Rica; Empresa de Transmisión Eléctrica Sociedad
Anónima de Panamá, y Endesa.
Esta última se ubicaba en 2001 como la empresa
generadora de electricidad más importante del mundo, con un valor
total en sus activos de 16 mil millones de dólares y un control
de 10 por ciento de la generación en América Latina, según
datos de InterAction, agrupación civil con sede en Washington que
monitorea el desarrollo del PPP y las actividades del BID.
Conforme al tratado y su protocolo, cada gobierno socio
de la EPR "otorga el respectivo permiso, autorización o concesión,
según corresponda, para la construcción y explotación"
del sistema regional.
Taylor puntualiza que en el segundo semestre de este año
se lanzaron las licitaciones para la construcción de la red: "De
hecho, el 6 y 7 de octubre tenemos una reunión en Costa Rica con
el director del Siepac, quien hará una presentación al PPP
de los trabajos que ya se realizan".
El tratado "abre los mercados nacionales al regional,
tanto en el acceso abierto a la transmisión eléctrica como
en las oportunidades de comprar y vender electricidad entre participantes
de los diferentes países"; además promueve la creación
de "mercados regionales o supranacionales".
Para ello se creó el CRIE, que "se atiene a una
ley supranacional que regulará únicamente los mercados internacionales
de electricidad, pero tendrá acceso a todos los datos de los mercados
nacionales", subraya InterAction.
El BID consigna que "el principal desafío de la
CRIE es el de mantener la independencia que como ente regional le otorga
el tratado, al constituirla como entidad regional con personalidad jurídica
propia y capacidad de derecho público internacional, con independencia
financiera mediante un cargo por regulación que deberán cubrir
los agentes del mercado".
Además, tendrá el reto de "hacer cumplir
la regulación regional (que actualmente se diseña) en coherencia
con las leyes nacionales -que en años recientes sufrieron reformas
en materia energética; la última fue la Constitución
de El Salvador- y de mantener una estrecha coordinación y cooperación
con los reguladores nacionales para facilitar la implantación de
la normativa regional". La CRIE es formada por uno de los miembros de cada
país.
A su vez, el EOR será el "organismo responsable
de asegurar que la operación y el despacho regional de energía
sea realizado con criterio económico".
El financiamiento para la construcción del Siepac,
que se inició el año pasado, está conformado de la
siguiente manera: un préstamo del BID -aprobado en 1997- por 240
millones de dólares, de los cuales 170 millones provienen de su
capital ordinario y 70 por ciento de los fondos de una fundación
del gobierno de España, administrados por el BID; 35 millones de
dólares aportados por los sectores públicos energéticos
de los seis países miembros de la EPR, y 20 por ciento de Endesa.

|