En esta administración su déficit asciende a casi 29 mil millones de pesos

Acumula Pemex Petroquímica pérdidas equivalentes a 60% de sus activos

Subutilización de la capacidad instalada, obsolescencia de las plantas, entre las causas

ISRAEL RODRIGUEZ

Pemex Petroquímica, organismo subsidiario de Petróleos Mexicanos (Pemex), registra pérdidas en lo que va de la administración del presidente Vicente Fox, que ascienden a casi 29 mil millones de pesos, equivalentes a 2 mil 600 millones de dólares, ocasionadas por la subutilización de la capacidad instalada, la obsolescencia de la planta industrial y el equipo por falta de inversión en la modernización, así como la falta de certidumbre en el abasto de algunos insumos como el gas etano.

Así, las pérdidas acumuladas de Pemex Petroquímica (28 mil 826.2 millones de pesos al primer trimestre de este año) representan 60 por ciento del activo total del organismo, que a marzo de 2004 ascendió a 48 mil 164 millones de pesos.

Para revertir esta situación, Pemex Petroquímica espera concretar el próximo viernes una alianza estratégica con alguna empresa privada nacional o extranjera, en la que la paraestatal tendrá una participación minoritaria, para la construcción de un nuevo complejo petroquímico denominado El Fénix, que se localizará en Tamaulipas o Coatzacoalcos, Veracruz, o en ambas entidades.

Pemex Petroquímica ha ido debilitándose paulatinamente desde el sexenio del entonces presidente Carlos Salinas, cuando se reclasificaron diversos productos en petroquímica básica y secundaria con el propósito de estimular la participación privada en la elaboración de petroquímicos.

Sin embargo, el resultado no fue el esperado, por lo que en un nuevo intento por privatizar esta industria durante el sexenio de Ernesto Zedillo, en enero de 1997, Pemex Petroquímica inició su escisión en siete empresas filiales, para lo cual se desincorporaron del régimen de dominio público de la federación los inmuebles que constituían los complejos de Tula, Escolín, Camargo, Cosoleacaque, Cangrejera, Morelos y Pajaritos.

Las condiciones del decreto establecían la conservación de 51 por ciento del capital y el control de estos complejos por parte de Pemex Petroquímica, reservándose a Petróleos Mexicanos la propiedad de los ductos y sus equipos e instalaciones. Esta propuesta tampoco fue atractiva para el sector privado.

Esta situación, creada para fomentar la participación privada nacional o extranjera, propició que las filiales de Pemex Petroquímica cuenten con autonomía de gestión, pero con estructuras muy rígidas que no les permiten operar eficientemente, y su capacidad de tomar decisiones técnicas no necesariamente producen valor ni beneficios al organismo. Además se desempeña en un marco normativo dual, como entidades públicas y como sociedades mercantiles, situación que entorpece su desempeño, revela un amplio diagnóstico elaborado por la paraestatal.

La alternativa ha sido nuevamente la fusión de los siete complejos petroquímicos y el impulso al desarrollo de un proyecto denominado Fénix, el cual abarca la construcción de dos grandes centros petroquímicos en asociación con líderes nacionales e internacionales, y con la participación de Pemex en forma minoritaria.

La primera fase comprende la construcción de una planta con una capacidad de producción de un millón de toneladas de etileno y 1.9 millones de toneladas de derivados, con una inversión de mil 800 millones de dólares, que permitirían la sustitución de mil 500 millones de dólares en importaciones. Las compañías que pretenden realizar una alianza con Pemex son Basel, Nova, Sabic de Arabia, Alfa, Idesa y Primex.

La segunda fase establece la creación de una planta de aromáticos, con capacidad de producción de un millón de toneladas de estos productos. La inversión es de 800 millones de dólares para sustituir 750 millones de dólares anuales en importaciones. De esta manera, el costo total de construcción de ambos crakers es el equivalente a las pérdidas acumuladas en Pemex Petroquímica durante la presente administración pública.