México D.F. Martes 19 de octubre de 2004
Elecciones en Estados Unidos
En el modelo de democracia de EU no hay dónde
denunciar o resolver quejas de fraude
Demócratas y republicanos juegan sucio, a dos
semanas de la elección
Los partidos van de la intimidación sutil a la
alteración de los registros sin que nadie los detenga
JIM CASON Y DAVID BROOKS CORRESPONSALES
Washington y Nueva York, 18 de octubre. ¿Se
prepara el fraude en Estados Unidos?
A dos semanas de las elecciones republicanos y demócratas
están resucitando las técnicas sucias y en algunos casos
ilegales para ganar votos en favor de sus candidatos y desalentar el sufragio
para sus contrincantes, según informes de varios estados claves
en los comicios nacionales.
El Partido Demócrata ya ha presentado una demanda
legal en Florida acusando a autoridades estatales de intentar negar el
derecho al voto a simpatizantes de su partido empleando trabas técnicas
en el proceso de empadronamiento.
Pero las acusaciones no están limitadas a unos
cuantos estados o funcionarios. Autoridades electorales han intentado anular
el registro de votantes opositores empleando pretextos técnicos
en por lo menos otros cuatro estados, y hay pruebas de esfuerzos de intimidación
de votantes al generar angustia por un posible atentado terrorista el día
de las elecciones, o de difundir información falsa sobre posibles
penas legales si uno no presenta ciertas credenciales. Además, hay
investigaciones en curso en por lo menos tres estados sobre grupos que
han promovido el empadronamiento de nuevos votantes y que han destruido
registros para aquellos que no favorecen a su candidato.
Ambos
partidos han contratado equipos de abogados en los 50 estados de la unión
para responder a toda queja de fraude, y el Demócrata ha difundido
un manual de 66 páginas a sus representantes en cada estado, en
el cual indica cómo detectar un fraude de los republicanos y recomienda
maneras de publicitar maniobras electorales sucias de sus contrincantes.
"Si aún no se han revelado señales de técnicas
de intimidación, lancen un ataque preventivo", aconseja el manual
que recomienda a los oficiales del partido denunciar fraude aun si no cuentan
con pruebas.
En Nevada y Oregon, la empresa contratada por el Partido
Republicano para empadronar votantes ha recaudado datos de miles de individuos
que buscaban registrarse y destruyó sistemáticamente las
solicitudes de empadronamiento de cualquiera que se identificaba como demócrata.
Dos senadores federales han solicitando al Departamento de Justicia investigar
acusaciones de que "miles" de solicitudes oficiales de empadronamiento
ya han sido destruidas en este proceso.
No está claro si es ilegal
Pero no son sólo los republicanos. En Florida,
una organización comunitaria que simpatiza con los demócratas
recaudó más de 100 mil solicitudes de empadronamiento y destruyó
aquellas de quienes se identificaban como republicanos. El Departamento
de Justicia ya investiga estas acusaciones. En ambos casos, votantes que
pensaban que ya estaban empadronados descubrirán que no estarán
registrados al acudir a las casillas el día de las elecciones y
no podrán participar en la elección.
Aún más sorprendente es que a pesar de que
fiscales están investigando estas maniobras, no está claro
en la ley si lo que estos grupos hicieron es técnicamente ilegal.
Otra táctica común este año es la
de autoridades encargadas del proceso electoral a nivel estatal o de condado,
las cuales suelen ser partidarias de uno de los dos partidos principales,
descalificando a los recién empadronados del otro partido.
Por ejemplo, el secretario de estado de Ohio, un republicano,
empleó una anticuada regla para argumentar que miles de registros
de nuevos votantes demócratas son nulos por el papel utilizado para
imprimir los formularios. Un juez finalmente determinó que esto
era ilegal, pero el New York Times reporta que los republicanos
están usando tácticas similares en Florida y Wisconsin.
Tal vez no sea sorprendente que el mayor número
de denuncias sobre tácticas de intimidación o supresión
del voto y otros "trucos sucios" provienen de Florida, donde el presidente
George W. Bush ganó la última elección sólo
después de la intervención de la Suprema Corte que constató
su margen de triunfo de 537 votos. Cuatro años después nadie
sabe cuál fue el conteo final preciso en Florida, como en muchos
estados mas. Sí se sabe que cientos, tal vez miles de votos no fueron
contados, que a mucha gente que deseaba participar no se le permitió
hacerlo, y que otros votaron más de una vez.
El Daily News de Nueva York reportó este
lunes que ha comprobado que cuatro profesionistas que residen en esta ciudad
después de mudarse de Florida hace años, votaron en Nueva
York y en Florida en la elección de 2000. Tres de ellos confirmaron
que votaron en la elección nacional en Nueva York, comprobaron que
no habían estado en Florida durante esa elección, que no
sabían cómo había ocurrido eso, ni que su registro
para votar aún estaba vigente en Florida.
Sospechan que es resultado del conteo impreciso en Florida,
pero tal vez que alguien cometió fraude en su nombre. Votar más
de una vez es delito federal, pero como indica el Daily News, es
un crimen que el sistema electoral no hace nada para impedir (no hay un
padrón federal, cada estado está encargado de mantener y
administrar un padrón estatal en las elecciones nacionales). Nadie
sabe cuántos casos más de estos existen.
Pero Florida no es el único lugar donde ocurre
esto.
Janet Ryder, contratada por la central obrera AFL-CIO
para el esfuerzo de movilización del voto, reporta las maniobras
electorales de los republicanos en uno de los estados claves: "Hay una
historia de intimidación sutil y no tan sutil en Pennsylvania, especialmente
en Filadelfia, pero también en otras partes donde residen las poblaciones
africanas, americanas y latinas", declaró recientemente. "El año
pasado hombres blancos vestidos con traje oscuro, a bordo de vehículos
negros de apariencia oficial dieron vueltas por estas áreas de minorías
durante la elección para alcalde. Estos falsos "oficiales" pidieron
identificación a varias personas e hicieron declaraciones falsas
e intimidatorias como si uno debía pagos para apoyo de sus hijos,
o infracciones de tránsito, o si había 'cualquier cosa mala
con tus documentos', podría acabar detenido si intentaba votar".
Este año, cuando votantes acudieron a una elección
especial en la reserva indígena de Pine Ridge, en Dakota del Sur,
se encontraron con anuncios en las casillas informando que "sin identificación,
no puede votar". Jacqueline Johnson, directora ejecutiva del Consejo Nacional
de Americanos Nativos, dice que cientos de personas simplemente dieron
la vuelta y se fueron al ver los anuncios, a pesar de que por ley un votante
puede hacerlo sin presentar identificación siempre y cuando firme
un documento legal que certifique su identidad.
Los individuos investigados por el fiscal estatal por
estas tácticas han renunciado sus puestos en el Partido Republicano
de Dakota del Sur, pero un periódico local reporta que ahora han
sido contratados por el mismo partido en Ohio para promover el voto.
Maniobras de ambos bandos
Los republicanos, vale repetir, no tienen el monopolio
de estas maniobras electorales. Mientras que el partido de Bush intenta
suprimir el voto en barrios y zonas pobres donde la tendencia favorece
a los demócratas, el partido del candidato John Kerry intenta alentar
la participación electoral al ofrecer a pastores religiosos y otros
líderes comunitarios fondos para promover el voto en sus barrios.
En la última elección, medios locales reportaron
que a pastores de algunas iglesias negras grandes en Nueva Jersey los demócratas
les ofrecieron hasta 10 mil dólares para ayudar en los esfuerzos
de llevar a votantes a las casillas el día de las elecciones.
Los votantes negros, según encuestas, sufragarán
abrumadoramente por Kerry y la tasa de participación de esa comunidad
será particularmente importante en Nueva Jersey, donde los sondeos
más recientes indican que los dos candidatos están empatados.
Lo más notable de todo esto es que estas maniobras
son consideradas parte "normal" del proceso electoral estadunidense, y
donde los responsables gozan de una impunidad impresionante (con algunas
excepciones). Por ejemplo, un periódico de New Hampshire reportó
que James Tobin, el hasta ahora coordinador de la campaña de relección
de Bush en Nueva Inglaterra, figura en documentos judiciales como co-conspirador
con dos otros individuos, quienes ya se han confesado culpables de atascar
las líneas telefónicas del Partido Demócrata el día
de las elecciones de 2000 para incapacitar el esfuerzo de promoción
del voto en esa región.
Aunque se conocía la participación de Tobin
en esta maniobra desde hace meses, renunció el viernes pasado sólo
después que los medios presentaron los hechos a la luz pública.
Con todas estas actividades para manipular el proceso
electoral, una nueva investigación de la Oficina de Contabilidad
Gubernamental (GAO) del Congreso encontró que el Departamento de
Justicia no ha establecido ningún mecanismo para documentar las
irregularidades electorales o casos de intimidación de votantes.
A un par de semanas de la elección, no hay dónde
denunciar, y menos resolver, quejas de los fraudes que se preparan aquí,
en el modelo de la democracia para el mundo.
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