México D.F. Martes 26 de octubre de 2004
Sería la antesala de la derrota derechista en AL, según el legislador colombiano
Navarro Wolf: aun en la cárcel López Obrador ganaría los comicios en 2006
VICTOR BALLINAS Y ANDREA BECERRIL
Aun sin estar presente, ya que decidió no asistir, el jefe de Gobierno del Distrito Federal, Andrés Manuel López Obrador, acaparó la atención en el coloquio internacional Consolidación de la democracia en América Latina, en el cual el ex guerrillero y actualmente legislador de Colombia Antonio Navarro Wolf deseó que el gobernante capitalino "llegue al poder presidencial en 2006" y cumpla así con las expectativas de "millones de mexicanos".
El ex combatiente en las filas del M-19 hizo notar que ni en Colombia se hubiera pensado en vetar a alguien en un recinto del Congreso. También el senador perredista Jesús Ortega, al inaugurar el coloquio en las instalaciones de su bancada en la Torre de El Caballito, aludió a posiciones "intolerantes y fundamentalistas" de conservadores que, "desde las miserias que los desnudan", pusieron obstáculos para que ese foro se llevara a cabo en el patio central de Xicoténcatl.
Hubo también desilusión y voces que formularon críticas veladas a López Obrador por no estar presente, entre ellas Beatriz Paredes, quien dijo que ella estaría "adonde se hubiera trasladado el evento, porque hay cosas prioritarias para el país".
Asistir al coloquio habría implicado aceptar el veto: Jesús Zambrano
Jesús Zambrano, asesor y enlace de López Obrador con partidos políticos, explicó que si el jefe de Gobierno hubiera aceptado ir a una sede alterna implicaría aceptar también el veto impuesto por Diego Fernández de Cevallos y sentar un precedente que permitiera al panista impedir también que el gobernante de la ciudad sea recibido en el Senado para la discusión de la reforma al artículo 122 constitucional.
En ese foro, representantes de México y de varias naciones del continente centraron la discusión en la necesidad de acotar el presidencialismo y en las posibilidades electorales de la izquierda.
Rolando Araya, vicepresidente de la Internacional Socialista para América Latina y el Caribe, planteó que la izquierda en América Latina no tiene proyecto. "Tiene, a causa del no para todo, un no gigantesco", expresó.
En su turno, Navarro Wolf lo refutó e hizo notar que tanto en Colombia como en otros países del continente, entre ellos Brasil, Argentina, Uruguay y la propia Colombia, hay una búsqueda "de un nuevo camino para todos".
De entrada, el ex guerrillero que por 16 años combatió en las filas del M-19, y luego de la amnistía de 1990 ha sido ministro y varias veces legislador, aludió de manera directa a la situación política en México, "con el riesgo de opinar sobre asuntos internos de otro país", y expresó su deseo de que López Obrador gane en 2006.
"Tal vez con lo que va a pasar en México podríamos estar en la antesala de la derrota de los proyectos de derecha de los principales países de América Latina", manifestó.
Para terminar de nuevo en el terreno de los riesgos, añadió, "confío en que aquí, en México, el ausente jefe de Gobierno cumpla las expectativas de millones de mexicanos y llegue al poder presidencial".
En entrevista posterior Navarro Wolf señaló que aún en el peor de los escenarios, si López Obrador es encarcelado, ganaría la elección.
-Pero hay intereses muy poderosos, entre ellos de un ex presidente, que no quieren que López Obrador llegue a la contienda? -se le planteó.
-No hay nada más poderoso que la voluntad de un pueblo. Es lo que yo siento en las calles; falta tiempo todavía, pero si lo que hay hoy se mantiene, es inevitable esa victoria de López Obrador -respondió.
Antes dijo que le parece increíble que ese coloquio no se hubiera realizado en el sitio original que se pensó: "Ni siquiera en mi país, Colombia, hubiera sido pensable que el recinto del Senado se cerrara para alguien".
Recordó que en el Congreso de Colombia se permitió incluso la presencia de quienes están fuera de la ley, como fue el caso de los paramilitares que pudieron reunirse en la Cámara de Representantes.
Durante la mañana, además de Navarro Wolf y Araya, participaron la presidenta de la Fundación Colosio, Beatriz Paredes; el ex embajador de México ante la ONU, Adolfo Aguilar Zinser, y el subsecretario de Gobernación, Ricardo García Cervantes.
Aguilar Zinser, quien fue uno de los impulsores de la candidatura de Vicente Fox, se integró al gabinete en 2000 como consejero de seguridad nacional y fue después embajador ante la ONU; advirtió que una clave para la democracia en América Latina es regular el gasto de las campañas políticas. Es aberrante, dijo, que en el país un candidao a gobernador gaste de 50 a 60 millones de dólares.
Agregó que hay que preguntarse a cambio de qué compromisos algunos sectores económicos aportan esas sumas, "que muchas veces atan de entrada a los candidatos mucho más allá de sus limitaciones, y que se trata de autolimitaciones inconfesables"
Integrante del equipo de campaña cercano a Fox, indicó: "no sabemos los pactos que se hayan hecho para que un grupo empresarial le entregue a la Presidencia de la República 3 o 4 millones de dólares. Aquí en México, como decimos los mexicanos, no se da paso sin huarache, así que cuando al paso o a las botas le ponen dinero quiere decir que tras de ello hay compromisos inconfesables, de los cuales los ciudadanos nos damos cuenta hasta que vemos cómo se despliegan las políticas públicas".
Por su parte, el senador Jesús Ortega advirtió que uno de los retos actuales es el de legitimar a la democracia como forma de vida y como sistema político que garantice el pleno ejercicio de todas las libertades, tarea que no es fácil, ya que tanto en México como en América Latina hay una descalificación de la política y de los políticos.
Particularmente en México, insistió, "hay grupos e intereses que desde todos los frentes están febrilmente interesados en colocar a la política en el nivel de la barandilla, con el propósito de que quede atrapada en un nuevo capítulo de cualquier código de procedimientos penales".
Los trabajos de este coloquio continúan hoy, pero en el Palacio de Minería.
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