México D.F. Martes 26 de octubre de 2004
La izquierda del país dejó de
ser sólo urbana, celebra el ex tupamaro José Mujica
Nuestra prioridad, la situación social, afirma
el Frente Amplio de Uruguay
STELLA CALLONI ENVIADA
Montevideo, 25 de octubre. A sólo seis días
de las elecciones en Uruguay, y a pesar de la campaña del ex presidente
Julio María Sanguinetti, del Partido Colorado, para causar miedo
acerca de la capacidad de gobierno de Encuentro Progresista-Frente Amplio-Nueva
Mayoría (EP-FA-NM), esta coalición sigue muy adelante en
los sondeos.
Pero
también, y demostrando que agitar fantasmas del pasado no ha servido
para desacreditar a los ex militantes de la organización Tupamaros
(guerrilla de los años 70), uno de aquellos hombres, José
Pepe Mujica, ahora senador por el Movimiento de Participación
Popular (MPP), en la coalición frenteamplista, se mantiene como
uno de los políticos más populares de Uruguay.
Humilde, divertido, en extremo sencillo y trasgresor,
El Pepe Mujica, como todos lo nombran, es ya "parte de la vida cotidiana
del Uruguay", afirman en los barrios de Montevideo.
Como el candidato presidencial Tabaré Vázquez,
está convencido de que el incumplimiento de promesas y el abandono
de la población por los partidos tradicionales (Colorado y Blanco),
que se han turnado el poder, llevaron al crecimiento "indetenible" de una
izquierda que "también ha madurado", sostiene en entrevista.
"A pesar de que la mayoría de las encuestas nos
dan como triunfadores, queremos mantener la humildad, esperar y trabajar
activamente para lograr el triunfo."
Su corriente, el MPP, conforma una mayoría en el
FA. "Es la primera vez que se dice que podemos ganar en primera vuelta,
porque ganar, hemos ganado... Tabaré Vázquez salió
primero en las últimas elecciones, pero como existe ese acomodamiento
(la ley de lemas) de los dos partidos tradicionales, se fue a segunda vuelta
y ellos se juntaron para impedir que el FA triunfara. Lo cierto es que
ahora el Frente Amplio es por lejos la mayor fuerza política del
Uruguay".
Le preguntamos sobre lo que se espera hallar en el gobierno
si ellos triunfan el próximo 31 de octubre. "Vamos a encontrar un
país muy destruido, con gran pobreza e indigencia, y conocemos el
nivel de endeudamiento que el Uruguay tiene y el sometimiento que esto
significa. Además existe una desindustrialización nunca vista
y sabemos que todo lo que hemos planeado y nuestra capacidad de hacer estará
limitada. Aunque sabemos también los límites, hemos definido
que la situación social es nuestra prioridad".
Para Mujica la unidad lograda "tiene que ver con la ética.
Es nuestra posición ética ante la política lo que
nos permite mantener esta unidad, a pesar de las diferencias. Y ése
es uno de nuestros mayores caudales. Otra actitud es que nos hemos equivocado,
hemos metido la pata, lo hemos admitido y corregido también. A nivel
popular esto se reconoce, tanto como nuestra coherencia en lo ético.
No estamos mintiendo a la gente. Vivimos siempre de la misma manera. Han
intentado atacarnos, buscarnos flancos débiles, pero nuestra actitud
ha sido clara, transparente".
-La guerra sucia no los roza
-Han agitado muchos fantasmas, pero se olvidaron de que
el país es pequeño, la gente sabe, conoce y reconoce que
hemos actuado con diversas modalidades en la política, pero sin
transigir en lo ético. Con nosotros se intentó todo, atacarnos
o ganarnos y, como he dicho en otras ocasiones, hasta domesticarnos. No
fue posible y, a lo largo de estos años, como diputados o senadores
cobramos menos, nos arreglamos con una cantidad determinada, aportamos
lo que sea necesario y vivimos muy austeramente. El hecho de que seamos
coherentes entre lo que decimos y pensamos y lo que hacemos es muy importante
para la gente cuando no cree ya en las mentiras, en las promesas falsas.
Creo que por eso nos ven como el cambio de verdad.
Mujica desde muy joven militó en el movimiento
estudiantil de izquierda; probó caminos tanto en el Partido Socialista
como en el ala progresista del Nacional (Blanco), del que se alejó
en los 60 para integrarse a Tupamaros. Vivió en la clandestinidad.
Pasó casi 15 años en prisión, 10 de ellos incomunicado
en distintos cuarteles, con otros nueve dirigentes de ese movimiento.
En Uruguay todos saben que ellos fueron rehenes de la
dictadura y que se había pautado esa condición y la de ser
ejecutados en caso de que su organización retomara las acciones
armadas. También se habla sobre las condiciones infrahumanas en
que vivieron y de las fugas que protagonizaron y los convirtieron en héroes
en su momento. "Es raro lo que diré. Nosotros que estuvimos aislados
quedamos fuera de toda pelea y eso, en medio de aquello que pasamos, nos
preservó afuera de los debates y enfrentamientos y al salir no estábamos
cuestionados por nadie".
Cuando Mujica salió de la cárcel lo esperaban
miles de uruguayos. Nunca lo olvidará. Salieron a dar lucha política,
como lo decidió en su momento el dirigente máximo Raúl
Sendic (ya fallecido), y allí están desde entonces.
Desde su punto de vista hay un camino largo. "No creo
que una sociedad pobre, intelectualmente sometida y sin una alta capacitación
pueda plantearse la construcción de una sociedad superior", reflexiona.
Ahora otro de sus sueños está andando. El
EP-FA-NM ya está en el interior del país. No es sólo
una "izquierda urbana", lo cual ha sido fruto de un trabajo constante y
profundo. Mujica considera éste el gran paso. Por fin el FA salió
de las ciudades y encontró los oídos receptivos que necesitaba.
"Sólo eso indica una ida sin regreso y es el gran cambio que el
Uruguay necesita y que se ha producido en estos tiempos".
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