México D.F. Jueves 28 de octubre de 2004
El ridículo en Horario Triple A
El nada discreto encanto de políticos y (algunos)
medios
Deslizándose por el hilo de una telaraña,
sobre la cartulina azul aparece... ¡Durito!
Según lo que se me indicó, yo debo estar
con una lupa y un focador en la mano, y pendiente de sus indicaciones.
No están ustedes para saberlo ni yo para contárselos,
pero todo parece indicar que el prestigiado Sistema Zapatista de Televisión
Intergaláctica (SZTI, por sus siglas) sufrió un golpe
de Estado, de esos que tanto entusiasman a la competencia (o sea a las
otras televisoras) cuando se realizan "con el amable patrocinio de nuestros
patrocinadores" (me cai que así dicen los locutores).
"No seas payaso", interrumpe Durito, "en primer lugar,
en dado caso, no sería un golpe de Estado, ya que para eso sería
necesario que hubiera Estado. Y en segundo lugar, en lenguaje neoliberal
se llamaría más bien 'compra de la mayoría de las
acciones'. En tercer lugar, en vez de estarme acusando con los respetables
televidentes, deberías agradecerme que me presente en estos estudios
para elevar el raquítico rating de tus programas."
Al
decir lo anterior, Durito ha asumido la pose de conocido locutor, de conocido
canal de televisión, cuando instruye a los telespectadores sobre
lo que es el bien y lo que es el mal (en resumen: bien lo que es bueno
para su empresa, mal lo que es malo para la ídem).
Yo, aprovechando que faltan unos minutos para que comience
la barra cómica, protesto: "Me perdonas, mi estimado escarabajo
neo-televisivo, pero el rating del Sistema Zapatista de Televisión
Intergaláctica está por las nubes. Además, me
apena informarte que, desde tu oferta aquella de un póster tuyo
con muchas X, no hemos recibido ninguna suscripción."
Durito no se amedrenta y replica: "Debe ser porque el
correo no es tan veloz como el sueño, porque estoy seguro de que
mis múltiples admiradoras mueren por ese póster."
"Pues yo creo que tus admiradoras ya murieron ya, porque
nomás nada", digo yo.
"Ya, ya. Deja tus sarcasmos para la hora de las noticias.
¿Trajiste la lupa?", pregunta Durito.
"Sí", respondo mientras saco del bolsillo del pantalón
una pequeña lupa, de esas que son tan útiles para leer la
letra pequeña de los contratos.
Y me adelanto a la siguiente pregunta con un "y también
traje el focador" (nota de la Dirección del SZTI: "focador" no es
algo que tenga que ver con las focas, sino que se refiere a una lámpara
de mano).
"Bien", dice Durito, "fíjate bien lo que debes
hacer: cuando yo diga '¡luces!, ¡cámara!, ¡acción!',
tú das unos giros con el focador y aluego lo centras en mi augusta
figura, y entonces, cuando yo diga "buenas las tengan todos ustedes" no
me voy a referir a las hermanas de los reporteros (dixit la güera
Alcaine), sino que estaré dando las buenas tardes, noches o
mañanas al respetable. Entonces acercas la lupa a mi perfil en un
movimiento que los enterados llaman 'de close up', das un giro de un cuarto
y me enfocas de frente, entonces empiezo a hablar... ¡y no quiero
que nadie me interrumpa!"
"¿Y los comerciales?", pregunto. "¡Pásalos
a otra hora!", replica Durito con un tono que recuerda el amigable y respetuoso,
para con la prensa nacional, de la coyota Fernández de Cevallos.
"Por cierto, ¿a qué hora transmite esta
televisora?", pregunta Durito mientras recibe los últimos toques
del maquillista (o sea yo mero).
"Transmitimos las 24 horas y llegamos a todos los hogares
del universo", digo mientras el floor manager (o sea Durito) me
hace señas de que nos quedan 20 segundos antes de empezar.
"¡Magnífico!", dice Durito, tratando de disimular
su evidente nerviosismo al estar frente a las cámaras de la única
televisora que transmite, por escrito, a todas las galaxias.
Es entonces cuando se escucha, todavía fuera del
"aire": "5... 4... 3... 2... 1... ¡luces!, ¡cámara!,
¡acción!"
Durito a cuadro:
"Buenas las tengan todos y todas ustedes."
(Gracioso giro del focador, el haz de luz se detiene en
Durito, la lupa lo enfoca, primero de perfil, luego de frente. Sigue lo
que sigue.)
"Estimado público, por causas ajenas al Sistema
Zapatista de Televisión Intergaláctica, en la ocasión
anterior, nuestra señal se mezcló, inexplicablemente, con
la de la clase política. Como recordarán ustedes, una de
las partes de nuestro programa científico, La Velocidad del Sueño,
apareció junto a un foro o algo así en el que la clase política
le regateaba, a los medios electrónicos, los precios para publicidad
en las campañas electorales."
Como es evidente para el televidente (la cacofonía
es un humilde homenaje a los "cultos" locutores de la competencia), la
clase política mexicana critica a los medios de comunicación
porque la exhiben.
Nosotros criticamos a los medios porque sólo
exhiben a la clase política, y no aportan elementos para analizarla.
No es lo mismo.
La clase política le reprocha a los medios de comunicación
que no aprecien que de la nota roja han pasado ya a la comedia cómica,
y que, en lugar de cobrarle por los spots publicitarios de las campañas
electorales, deberían pagarle por lo que dice y hace (la clase política,
se entiende).
"La Casa de la Risa" en la que se ha convertido el quehacer
de la clase política en México es ubicua. A veces tiene sus
locaciones en las cámaras de Diputados y Senadores, a veces en la
Suprema Corte de Justicia, a veces en las direcciones de los partidos políticos,
a veces en las casas de gobierno en los estados, a veces en Los Pinos,
y, last but not least, también en Bucareli.
O sea que cada declaración o acción de la
clase política es como "La Hora Pico"... pero sin Sabrina.
Ahí tiene usted, por ejemplo, a Arturo Montiel
(nota: es gobernador del estado de México cuando no está
despachando en un centro comercial), desempeñando con singular entusiasmo
su papel de "cerillo" en el Wall-Mart sucursal Teotihuacan.
El verdadero candidato sustituto de Doña Marta
(o sea que es el "bueno" para Fox, sorry Charrito), el señor
Montiel, demuestra que 500 años no pasan en vano: si antes se erigían
iglesias sobre los templos indígenas, hoy se levantan centros comerciales.
Reafirmando su convicción de parecerse al PRI en
todo lo que se pueda, el PRD (nota: es un partido de izquierda que se disfraza
como de derecha... ¿o es al revés?) no quiere quedarse atrás:
según reportaje del periódico mexicano La Jornada
(8-oct-04), el alcalde perredista de Teotihuacan, Guillermo Rodríguez
Céspedes, apoyó la instalación del Wall-Mart, y convenció
de lo mismo al ayuntamiento, aun antes de que la trasnacional solicitara
el permiso.
En el entretanto, Santiago Creel (nota: es secretario
de Gobernación cuando sus múltiples ocupaciones se lo permiten),
le lanza, con obscena coquetería, un pañuelo de encaje a
la jerarquía católica, invitándola a que ayude a volver
atrás la historia. Los mandamases eclesiásticos, como luego
se dice, "se calientan" y, abandonando todo recato, gritan "¡tubo!,
¡tubo!", mientras en Bucareli se sonrojan y suspiran halagados.
También tratando de robar cámara, y buscando
que el PRD (que, dicho sea de paso, pepena lo que sea) lo adopte como candidato
para "la grande", Juan Ramón de la Fuente (nota: entre los muchos
méritos que ostenta, está el de haber trasladado la rectoría
de la UNAM a un palco en el estadio México 68, en Ciudad Universitaria)
se autoproclama "vocero" de los pueblos indios del continente americano,
pretendiendo que olvidemos su complicidad criminal con la matanza de Acteal
(diciembre de 1997).
En aquellos días, el entonces secretario de Estado
(y psiquiatra de la entonces señora de Zedillo) corrió, junto
con cámaras y micrófonos de los "principales" medios de comunicación,
a Chiapas para posar junto a una niña, Zenaida, que había
sido herida en el ataque. Entonces De la Fuente declaró que se apoyaría
en todo a los agredidos y bla, bla, bla.
Eso fue hace siete años, y sigue sin haber justicia
para esos 45 indígenas, hombres, niños y mujeres, que fueron
masacrados con la complicidad del ahora rector, precandidato y pretenso
"vocero de los pueblos indios" de Latinoamérica.
Siguiendo con la comicidad a costa de los pueblos indios
de México, los principales beneficiarios del indigenismo profesional
(y de la chequera) que encabeza Xóchitl Gálvez, se lamentan
de que el autodenominado "decenio de los pueblos indios" no les haya proporcionado
más viajes al extranjero. Sí, aquellos que, como los dirigentes
de la ANIPA, no han dudado en ser parte de la nómina oficial (a
cambio del agotador trabajo de darle un toque de "folclor" al régimen
foxista), ahora se desgarran las vestiduras... y esperan un nuevo viaje
all included.
Para no quedarse atrás, y abusando del buen humor
(y supuesta desmemoria) del respetable, Cuauhtémoc Cárdenas
Solórzano declaró en Canadá (con el mismo cinismo
con el que ahora construye su candidatura a la Presidencia) su exigencia
de "que se dé cumplimiento a los acuerdos de San Andrés"
(La Jornada, 1-oct-04), olvidando que nosotros no olvidamos su actuación
y la de su hijo, el hoy gobernador de Michoacán, cuando, en la Cámara
de Senadores, se votó la contrarreforma indígena que traiciona
los acuerdos de San Andrés.
Podíamos seguir con más botones de la interminable
muestra de la comicidad (¿involuntaria?) de la clase política,
pero, honor a quien honor merece, este mes de octubre algunos medios de
comunicación electrónica (radio y tv) y de prensa escrita,
demostraron que no están dispuestos a quedarse atrás.
La reforma constitucional al artículo 122, llevada
adelante por ese matrimonio incestuoso de PRI y PAN, y un nuevo video de
la (aparentemente) interminable colección de Carlos Ahumada, convocaron
una competencia rabiosa entre la clase política y algunos medios
de comunicación electrónica por ver quién hacía
el ridículo más escandaloso.
En resumen, la reforma al 122 no es otra cosa que un despojo
elevado a rango constitucional. Millones de mexicanos, habitantes de la
ciudad de México y mayoritariamente pobres, habrán de pagar
las consecuencias de una jugarreta que no tiene más objetivo que
desgastar al jefe de Gobierno del Distrito Federal.
En su gran mayoría, medios de comunicación,
políticos y empresarios, iniciaron entonces una campaña de
"antichilanguismo" para justificar el robo. En un claro autogol (que deja
atrás aquel memorable del "supermán" Miguel Marín,
portero entonces del Cruz Azul), abrieron la caja de Pandora: "el DF es
mantenido por la provincia", dijeron; "ya es hora de que los chilangos
se rasquen con sus uñas" (textual de un locutor... chilango); "ya
estuvo bueno de cargar con los del centro" (textual de un locutor... del
centro), etcétera.
Reviviendo aquella campaña de "haga Patria, mate
un chilango", políticos y medios de comunicación parecieron
olvidar que es en la ciudad de México donde, en su gran mayoría,
ellos están, donde tienen sus empresas, sus grandes casas, sus autos
de lujo, donde viven sus hijos, donde tienen sus oficinas.
Nunca se detuvieron a reflexionar en qué sería
de ellos, los poderosos, sin la ciudad de México y, sobre todo,
en qué sería de este país sin los habitantes del Distrito
Federal que, como recordó algún columnista, en su mayoría
provienen de provincia.
Pero lo que siguió no tiene desperdicio:
De alentar el odio a los "chilangos", políticos
y medios pasaron a alentar el odio a los "nacos" y "feos" (de esos sí
habemos en todo el país y, es oficial amables televidentes, somos
la mayoría).
Frente a la reforma del 122 y en la "contraofensiva",
el PRD mandó por delante al Dueto Pimpinella (Padierna-Bejarano)
y "tomó" la tribuna de la cámara. El impoluto Beltrones (implicado
en el asesinato de Luis Donaldo Colosio en marzo de 1994) se escandalizó,
y lo mismo hizo el Periquín II (y compañero-cómplice
de De La Fuente en la matanza de Acteal), Emilio Chuayffet.
El inefable little brother Kahwagi (nota: diputado
por el Verde Ecologista y el político que mejor ha entendido el
papel de los medios electrónicos en la política actual) se
robó la agitada sesión al declarar, sin rubor alguno, que
"es una vergüenza que los diputados estén dando ese espectáculo"
(nota: se refería a los diputados perredistas, y no a su participación
en el reality show de Televisa: "Big Brother Vip no-sé-qué-versión").
Algunos medios se fueron con todo lo que tenían
(que tampoco es mucho, pero ni cuenta se dan). Ahí el primer lugar
se lo llevó Tv Azteca que, escandalizado por el "gangsterismo" de
los perredistas, tuvo mucho cuidado en no hacer el símil con la
ocasión en que, con guaruras armados, tomó las instalaciones
de CNI-Canal 40.
Pero resulta que los "asaltantes" eran, además
de nacos y nacas, feos y feas (o sea que ni comparación con Ninel
Conde, Niurka y la Campuzano), así que el respetable no se entusiasmó
mucho.
Vino entonces al rescate "el charrito montaperros" y ofreció
al gordo y al no tan flaco... ¡unas grabaciones!
Al grito de "¡atásquense que hay lodo!",
algunos medios descubrieron que... ¡había un complot! Sin
embargo, ¡oh desilusión!, López Obrador ya tiene la
patente de ese numerito, así que el respetable bostezó ostensiblemente.
El barullo de las grabaciones telefónicas no alcanzó
a opacar las fotos del festejo: la risa de Francisco Barrio Terrazas (PAN)
y el aplauso de Germán Martínez (PAN), el abrazo del primero
con Juan de Dios Castro (nota: panista que descubrió el cuarto color
en la bandera nacional), las sonrisas de Chuayffet (PRI) y Beltrones (PRI).
Nadie dice nada, pero todos recordamos la memorable "Roque
Señal" (ese movimiento tan varonil que tanto agrada a la coyota
Fernández de Cevallos que, ya lo ha aclarado, no se anda con "mariconadas")
cuando, tiempo atrás, el PRI votó el aumento al impuesto
al valor agregado (IVA).
Unos años después el PRI perdía,
primero la ciudad de México, después la Presidencia de la
República.
Después vino el video que provocó el azote
del charrito (con todo y su machete de utilería), la gloria momentánea
(ni modos, así es la telera) del Dueto Pimpinella, la "comparecencia"
de Rosario Robles ante una "comprensiva" Televisa, la zarandeada a Fox
en Chihuahua...
Y ya le apagué, porque en lugar de risa me estaba
dando coraje, y, además, yo veo la televisión como debe de
ser, es decir, leyendo libros, periódicos y revistas.
Por lo demás, no se angustien. Verán cómo
habrá más escándalos (esperan su turno los videos
de Alejandro y de Lázaro, por lo menos). Y verá usted que
los escandalizados de hoy serán los escándalos de mañana
y viceversa.
Y es que en la agenda nacional que arriba se mueve, la
sentencia que predomina es "a falta de ideas y argumentos, videos y grabaciones".
Tan, tan.
La imagen de Durito se desvanece (bueno, en realidad se
trepa por la telaraña y se va, pero se entiende que sigo con lo
televisivo). En su lugar, aparece una nueva cartulina que dice:
"Aquí termina nuestro programa cómico. Siga
con nosotros. Tendremos un programa e-x-c-e-l-e-n-t-e en nuestro canal
'recovery channel' (ojo: no es 'discovery' sino 'recovery', gracias), una
serie policiaca y ¡muchas sorpresas más! No deje de sintonizar
el Sistema Zapatista de Televisión Intergaláctica. La única
televisión que se lee (bueno, cuando se lee). No le cambie, volveremos..."
Vale. Salud y fade out momentáneo (espero).
Desde las montañas del Sureste Mexicano.
Subcomandante Insurgente Marcos.
México, octubre del 2004, 20 y 10
P.D. Gracias Capitana.
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