México D.F. Jueves 28 de octubre de 2004
Desde balcones, azoteas y ventanas, la gente
no se perdió la movida en el cielo
La Luna robó cámara, pese al cielo nublado
KARINA AVILES
Aunque con un poco de incertidumbre por un cielo nublado
que parecía frustrar la visibilidad del gran espectáculo,
ayer los mexicanos salieron a los balcones, subieron a las azoteas, se
asomaron a las ventanas -también hubo quien ni se enteró-
para mirar la gran "movida" entre las estrellas: el avance de la Luna en
la sombra de la Tierra.
Muchos estuvieron puntuales a la hora de la cita en sus
"butacas" ubicadas en distintos puntos de la Tierra, pues el eclipse lunar
tiene la ventaja, a diferencia del de Sol, que se puede observar al mismo
tiempo en todos los países donde es de noche.
Así, los chinos, los australianos, los japoneses,
los hindúes, una parte de los rusos y la mayoría de los asiáticos
no tuvieron boleto para entrar de gratis -como sí lo tuvieron los
mexicanos- al gran teatro de la naturaleza, cuya obra empezó en
punto de las 19:05 horas para llegar a su clímax a las 21:23, momento
en que en la escena apareció una gran sombra que se hizo más
grande y más grande hasta comerse a la Luna.
Este eclipse de luna total, dice el experto de la Universidad
Nacional Autónoma de México (UNAM) Sergio de Régules,
coloca al cielo como el espacio de un espectáculo, porque normalmente
no pasan muchas cosas en él, salvo que se vea una estrella fugaz.
En otras palabras, "la danza del cielo es lenta y se pone movida cuando
hay un eclipse" como el de ayer.
La luna, añade, empieza a entrar en la sombra de
la Tierra en un espectáculo natural que ocurre en promedio dos veces
al año. El especialista recuerda que ya desde épocas antiguas
estos eventos eran muy importantes.
Las referencias indican que en la cultura azteca las mujeres
embarazadas tenían miedo cuando había eclipse, porque creían
que su hijo podría nacer con deformidades, y para evitarlo se ponían
en la boca y en el vientre un itztli, comenta.
Sin embargo, recuerda que "todos nosotros hemos nacido
bajo un eclipse -porque éstos se presentan dos o tres veces al año
y la etapa de gestación dura nueve meses- y no ha pasado nada".
Por ello, insiste, estos eventos no representan ningún peligro para
el ser humano y por tal razón pueden ser observados sin protección.
En cuanto a la investigación científica
sobre los eclipses lunares, indica que "ya no hay investigación
que hacer", porque están lo suficientemente descritos. Pero aunque
sea un fenómeno de la naturaleza bien entendido desde hace mucho
tiempo, "sigue siendo un evento que toca las emociones".
En efecto, la emociones fueron múltiples, pues
el espectáculo se realizó en diferentes actos. La primera
mordida de la Luna se dio a las 20:15 horas, de ahí en adelante
la sombra avanzó poco a poco sobre esa gran superficie blanca hasta
que se la comió por completo. Para entonces eran las 21:23
y en el cielo se alcanzaba a ver una círculo con tonos rojizos.
Cuando la Luna decidió salir por completo
de la sombra de la Tierra, muchos de los espectadores ya habían
abandonado sus lugares.
A las 19:05 comenzó el gran espectáculo:
una gran sombra apareció y empezó a comerse a la luna.
El clímax del fenómeno natural ocurrió a las 21:23
FOTO AFP
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