|
Editorial
El número cien de Letra S en La
Jornada, coincide con los diez años de existencia de nuestra
organización. En noviembre de 1994, un grupo de periodistas, activistas
y médicos elaboramos el primer número de Letra S en
el periódico El Nacional, dando seguimiento al esfuerzo periodístico
de nuestro querido Francisco Galván. Desde entonces, nos hemos esforzado
por mantener una línea de reflexión crítica entorno
a los impactos clínicos, sociales y políticos de la pandemia
del VIH/sida. Con esta idea en mente, abrimos nuestras páginas a
los más diversos protagonistas de esta lucha, en particular a las
personas directamente afectadas por este padecimiento para que, a través
de su propia voz, recuperen su verdadero rostro distorsionado por el estigma
y el prejuicio.
Sin embargo, muy pronto comprendimos que el combate a
la epidemia del VIH/sida no podía librarse aislado de un contexto
más amplio que abarca la promoción de una cultura de la salud
sexual y la defensa de los derechos humanos asociados al ejercicio de la
sexualidad. Decidimos entonces dar cabida también a temas como la
construcción del género, los derechos sexuales y reproductivos,
la sexualidad adolescente, el aborto, las políticas y los presupuestos
públicos, etcétera, con especial énfasis en la crítica
de la intolerancia conservadora y religiosa, y sus afanes de exclusión.
Un tema que ha ocupado un lugar destacado en nuestra cobertura
periodística es la diversidad sexual y la defensa de los derechos
humanos de las personas con identidades sexuales y genéricas que
escapan a la norma. En parte porque la población más afectada
por la epidemia del VIH/sida continúa siendo la de los hombres con
prácticas homosexuales.
El interés por mantener la calidad y el nivel de
los contenidos en beneficio de nuestro público lector es lo que
ha animado nuestro trabajo. No nos toca a nosotros decidir si logramos
ser consecuentes con ese propósito, esa tarea la cedemos con gusto
a las y los lectores de Letra S. |