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El afecto
entre varones
La estigmatización de
la ternura masculina
Por Russell Bush
Contrario a lo que sucede hoy, en la Inglaterra
y los Estados Unidos del siglo XIX, el amor entre varones por lo general
se expresaba de manera física, aunque no necesariamente sexual.
Los hombres caminaban tomados del brazo y se abrazaban libremente. Hablaban
y se escribían de modo romántico unos a otros. Bailaban juntos
en lo que se conocía como "danzas del toro". Dormían juntos.
Abraham Lincoln tenía un amigo con quien compartió un lecho
por casi cuatro años. Thomas Edison eligió la imagen de dos
hombres bailando como un tema adecuado para uno de sus primeros experimentos
cinematográficos. ¿Quién podría decir cuáles
de estos hombres afectuosos eran amantes sexuales? Quién podría
estar seguro incluso acerca de Walt Whitman, a pesar de haber inmortalizado
el "tierno amor de camaradas" en Hojas de hierba, con líneas
como las siguientes:
Historiadores de los tiempos futuros,
Venid, os mostraré lo que se oculta bajo esta
apariencia impasible, os confiaré lo que debéis decir de
mí,
Publicad mi nombre y colgad mi retrato como el del
amante más tierno,
El retrato del amigo, del amante, a quien su amigo,
su amante, quería más,
Que no se enorgullecía de sus cantos, sino
del insondable océano de amor que había en él y que
prodigaba sin tasa,
Que emprendía solitarias caminatas pensando
en sus queridos amigos, en sus amantes,
Que, pensativo, lejos de aquel a quien amaba, no podía
dormir en toda la noche, desventurado,
Que conocía bien, demasiado bien, el temor
de que el amado sintiera indiferencia por él,
Cuyos días más felices fueron los que
pasó en los campos, en los bosques, en las colinas, él y
el otro caminando tomados de la mano alejados los dos de los otros hombres,
Que solía andar por las calles rodeando con
el brazo el cuello del amigo, mientras el brazo de su amigo descansa sobre
él.
Incluso hoy algunos historiadores literarios argumentan
que aunque Whitman escribió explícitamente acerca de sus
sentimientos de amor por una variedad de hombres, no dejó registro
alguno de haber realmente consumado sexualmente estos sentimientos.
A finales del siglo, cuando Oscar Wilde fue encarcelado
por "el amor que no se atreve a decir su nombre", no fue de hecho la voz
del amor lo que se estaba silenciando, sino la voz de la sexualidad. De
ahí en adelante, el amor entre varones y el sexo entre varones serían
igualmente ofensivos a los ojos de la sociedad.
Como resultado de este cambio de actitud, a lo largo del
siglo XX muchos hombres que amaban a otros hombres vivieron existencias
canceladas, escondiéndose tras la fachada de la esposa y de los
hijos. Fueron obligados a vivir mentiras a fin de evitar el aislamiento
social. Pero muchos otros se rebelaron, se desplazaron a las grandes urbes,
y fueron en pos de lo que llegó a conocerse como la vida gay. Estos
rebeldes ostentaron su amor y su sexualidad y comenzaron a ser de nuevo
visibles. Comenzaron a integrarse ellos mismos a un mundo que gradualmente
se está reconciliando con su necesidad de aceptación.
Algunos de los hombres que dejaron registro fotográfico
de este afecto pudieron haber sido lo que hoy consideramos gay; otros seguramente
no. En los albores del siglo XXI, el amor de un hombre por su camarada
empieza a revalorarse. Tal vez la etiqueta homosexual quedará
descartada como obsoleta, tal vez el término gay significará
de nuevo solamente alegre, y el "amor de camaradas" de Whitman prevalecerá
independientemente de la sexualidad que elija un hombre.
Tomado de Affectionate Men. A photographic History
of a Century of Males Couples (1850's to 1950's). St. Martin's Press.
New York, 1998.
Traducción: Carlos Bonfil. |