Reconocimiento
a nuestros voluntarios
Mario Reyes
¿Qué haría una organización
civil sin el valioso apoyo de sus voluntarios y voluntarias? En los diez
años transcurridos desde la aparición del primer número
del suplemento Letra S, numerosas personas han participado de manera
voluntaria en su proceso de elaboración y distribución. En
particular destaca el laborioso trabajo de desencarte realizado mes con
mes por un grupo de voluntarios para rescatar los suplementos de la devolución
de ejemplares del periódico.
Carlos Angulo es profesor de filosofía a nivel
bachillerato y desde hace dos décadas participa en la lucha contra
el sida. Ha formado parte del comité organizador de las caminatas
nocturnas en las que se recuerda a las personas fallecidas a causa de la
pandemia. Preocupado e indignado por el trato estigmatizante que el VIH
recibía en varios medios de comunicación, el docente decidió
apoyar la tarea de difusión de Letra S. En 1996 se ofreció
como voluntario para acudir a los talleres de La Jornada y ayudar en el
desencarte. De esta manera, sus alumnos tuvieron oportunidad de conocer
el suplemento y discutir su contenido en clase.
A esta cita mensual también acude desde 1997 Gabriel
Matadama, empleado de una tienda de autoservicio y quien en sus ratos libres
imparte talleres de sexualidad en diversas instituciones El joven promotor
de la salud sexual se incorporó a este equipo de voluntarios motivado
por los problemas que a nivel familiar y social le había ocasionado
su orientación sexual. Gabriel comenta que Letra S le ayudó
a comprender su sexualidad e incluso lo animó a organizar círculos
de lectura sobre el tema en la secundaria en.
Esta labor también ha sido impulsada por Jorge
Sosa, reverendo de la Iglesia de la Comunidad Metropolitana, quien animaba
a los parroquianos a apoyar a Letra S en la labor de desencarte.
Después encomendó la tarea a Pedro, integrante del grupo
de autoapoyo de personas que viven con VIH y quien cada mes reparte ejemplares
entre los feligreses del templo.
Los voluntarios invierten un promedio de cinco horas de
su tiempo y están bajo la coordinación de Armando Guzmán
Ocejo, encargado de esta tarea por parte de Letra S.
Al final de la jornada se logran rescatar miles de ejemplares
para ser repartidos en sitios de encuentro gays, hospitales, grupos de
autoapoyo, centros educativos, instituciones públicas, organizaciones
civiles y en ferias y eventos masivos.
Carlos, Gabriel, Pedro y Armando coinciden en destacar
que la información objetiva y científica es vital para derrotar
al virus, por lo que extienden la invitación a otros jóvenes
para que se integren a estas labores.
Sirva este espacio para agradecer a los más de
30 voluntarios que en diferentes momentos durante los diez años
de permanencia de nuestro suplemento han colaborado en esta labor. |