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México D.F. Sábado 11 de diciembre de 2004 |
Salarios mínimos, en caída libre
El
Banco de México (BdeM) recién informó que la inflación
experimentó un repunte de 0.85 por ciento en el mes de noviembre,
con lo que el Indice Nacional de Precios al Consumidor (INPC), el indicador
que mide la inflación, alcanzó 4.97 por ciento en los primeros
11 meses del año, ello sin contar con el mes de diciembre, cuando
los precios registran incrementos significativos. Así, el promedio
anual de la inflación fue de 5.43 por ciento, es decir, casi el
doble de la meta fijada por el BdeM para 2004, alrededor de 3 por ciento.
Lo dramático de esta situación es que este índice
rebasa en casi 50 por ciento la propuesta de los patrones y de las autoridades
para aumentar el salario mínimo en 3 por ciento para 2005. Estos
datos auguran malos tiempos para los trabajadores, las principales víctimas
de las políticas económicas del gobierno federal, que insiste
en contrarrestar el alza inflacionaria mediante un rígido control
de los salarios.
En un comunicado emitido el jueves pasado, el gobernador
del BdeM, Guillermo Ortiz, sostuvo que el incremento de la inflación
es "coyuntural" y "temporal", y que esa tendencia se revertirá en
el primer trimestre del año próximo. Según el funcionario,
el alza se debe a incrementos en los precios de electricidad, jitomate,
gas doméstico, petróleo, cárnicos, leche pasteurizada
y fresca, productos todo ellos indispensables para la vida cotidiana, y
cuyo aumento afecta fuertemente el bolsillo de los trabajadores. Lo más
grave del caso es que la economía de las personas que perciben menos
de tres salarios mínimos (58 por ciento de la fuerza laboral, lo
que equivale a unos 24.6 millones) se verá aún más
perjudicada en 2005. Al respecto, hay que mencionar que el ingreso actual
promedio de las tres zonas salariales del país es de 43.3 pesos
diarios.
Con las cifras de la inflación en mano, Guillermo
Ortiz instruyó a los líderes del Congreso del Trabajo para
que "se lleven las negociaciones para fijar el aumento a los salarios mínimos".
Esta línea del BdeM choca frontalmente con la postura del secretario
del Trabajo y Previsión Social, Carlos Abascal Carranza, quien aseguró
que trabajadores, patrones y gobierno tienen plena libertad para negociar
el aumento al salario mínimo, pues éste no tiene incidencia
en la inflación, contradiciendo de esta manera a Guillermo Ortiz:
"No necesita dispararse la inflación, todo el mundo ha sido responsable
y hasta este momento el Banco de México ha reconocido en sus informes
que el salario no ha sido factor para el incremento inflacionario". Por
tanto, cabe preguntarse por qué si las cosas son así, no
se alivia, aunque sea un poco, la deteriorada economía de los trabajadores.
Y es que con la propuesta gubernamental y patronal de aumentar los sueldos
en 3 por ciento, 4 por ciento en el mejor de los casos, el raquítico
incremento sería de 1.73 pesos por jornada. Aun si la Comisión
Nacional de los Salarios Mínimos aceptara la propuesta de los líderes
obreros de un 10 por ciento, el alza también sería insuficiente:
4.33 pesos diarios. Esta cantidad ni siquiera alcanza para cubrir los gastos
de transporte. Ello sin contar con el incremento de precios que tradicionalmente
se registra en enero, lo que anularía estos aumentos.
Si el banco central señala que el alza en la inflación
es coyuntural, entonces por qué Guillermo Ortiz justifica su propuesta
de un incremento salarial ridículo con base en esos datos, que ponen
en evidencia que el aumento en el INPC no incide en las negociaciones de
la Comisión Nacional de los Salarios Mínimos. En ese sentido,
las autoridades tendrían que tener en mente mecanismos para mantener
a raya a la inflación sin castigar los sueldos de los trabajadores.
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