Rinde informe anual ante el Congreso; apenas menciona el tema migratorio
Anuncia Bush su proyecto para privatizar el sistema de pensiones
Insiste en que el esquema de la Seguridad Social estadunidense se encamina a la bancarrota
Evita señalar la posibilidad de un calendario para la salida del ejército de EU de Irak
Ampliar la imagen George W. Bush, en la sede del Congreso estadunidense, al momento de iniciar su informe anual. Al fondo, el vicepresidente Dick Cheney (izquierda), y el presidente de la C�ra de Representantes, Dennis Hastert FOTO AFP
Washington, 2 de febrero. El presidente estadunidense George W. Bush recalcó esta noche su intención de luchar por el avance de la libertad "especialmente en Medio Oriente", en su discurso sobre el estado de la Unión ante el Congreso de este país. En el plano doméstico prácticamente anunció la futura privatización del sistema de pensiones de su país, lo que ocasionó los pocos abucheos que se escucharon durante el acto.
El tono del discurso quedó ilustrado desde que se difundió la lista de invitados especiales al discurso. Figuraron en ella desde una mujer afgana y una iraquí, quienes fueron a votar en los comicios de sus respectivos países, hasta varios altos mandos militares y los padres de un soldado muerto en Irak, además de diversos trabajadores en proyectos humanitarios y comunitarios, y una pareja que hizo un donativo para las víctimas del tsunami en el sur de Asia, entre otros.
Al final del acto, la electora iraquí y la madre del marine muerto en Irak se abrazaron, capturando las miradas de todos los presentes y de las cámaras de televisión. Los medios de comunicación reseñaron ampliamente el momento.
Al abrir el discurso Bush festejó su relección: "Todos los que nos encontramos en las ramas electas del gobierno compartimos un gran privilegio: haber sido elegidos por los votos de las personas a las que servimos. Esta noche compartimos dicho privilegio con los líderes recientemente electos de Afganistán, los territorios palestinos, Ucrania y el nuevo Irak, libre y soberano".
De esta forma, Bush se cuidó de no hablar de Palestina identificándola como un país, si bien más adelante, prometió que pedirá al Congreso 350 millones de dólares "para apoyar las reformas políticas, económicas y de seguridad de los palestinos". En su anterior mandato, Bush fue criticado dentro y fuera de su país por olvidarse del proceso de paz israelí-palestino.
Haciendo pausas durante el discurso que permitían que el público aplaudiera y se pusiera de pie, se refirió en primer lugar a "la creciente economía estadunidense" que ha permitido la creación de 2.3 millones de empleos, ha abierto mercados, perseguido a los criminales corporativos y permitido que cada vez más estadunidenses tengan casa propia.
Aseguró que para lograr una economía aún más fuerte y competitiva, Estados Unidos debe "recompensar, y no castigar, los esfuerzos y sueños de gente emprendedora", sobre todo en el caso de la pequeña empresa que, agregó, "debe ser liberada de regulaciones innecesarias, y proteger a quienes crean empleos de demandas basura".
Bush, quien ha sido criticado por su falta de interés en la conservación del ambiente por haber abandonado el Protocolo de Kyoto, que compromete a las naciones a regular su emisión de gases industriales, sostuvo que la economía también depende de "fuentes confiables, baratas y ambientalmente responsables de energía".
Afirmó haber enviado desde hace cuatro años una estrategia para modernizar la producción doméstica de energía limpia, llamada Legislación Mis Cielos Limpios, que incluye la propuesta de leyes para financiar tecnología de punta para fabricar "desde autos impulsados con hidrógeno hasta carbón limpio, o recursos renovables como el etanol". Bush indicó que la aprobación de esta ley hará que Estados Unidos sea "más seguro y menos dependiente de la energía extranjera".
En su única mención a la política migratoria, Bush repitió conceptos ya conocidos. "No nos conformaremos con leyes que castigan a la gente trabajadora que sólo quiere prever a sus familias, ni negarle hacer negocios a trabajadores dispuestos, ni invitar al caos a nuestras fronteras.
"Es tiempo de que la política migratoria permita a trabajadores huéspedes y temporales desempeñar los trabajos que los estadunidenses no quieren, que rechace la amnistía, que nos diga quién entra y quién sale del país, y que le cierre la frontera a narcotraficantes y terroristas.
"Nuestro sistema de Seguridad Social fue un gran éxito moral del siglo XX. Debemos honrarlo en este nuevos siglo. Sin embargo, el sistema, en su actual camino, se dirige a la bancarrota", vaticinó Bush al defender su proyecto de reformas para privatizar ese esquema.
Aseguró que para toda persona mayor de 55 años, el sistema de pensiones permanecerá intacto, pero los más jóvenes se enfrentan a una seguridad cada vez menor hasta que el sistema quede totalmente exhausto en el año 2042, aun suponiendo que el gobierno le inyecte fondos multimillonarios.
Aquí, los abucheos se mezclaron con los aplausos, al tiempo que el mandatario elogiaba las posibilidades de un sistema de cuentas personales voluntarias para el retiro, al afirmar que éstas se encontrarán en planes que serían "una mezcla conservadora de bonos y acciones", que ganarían más intereses, dándole autonomía a los ahorradores.
"Lo mejor de todo es que el dinero de la cuenta será suyo", dijo Bush al trabajador estadunidense. "El gobierno nunca podrá quitárselo".
Posteriormente, repitió consignas exitosas de su primera y segunda campañas electorales. Reiteró que el matrimonio es una "institución sagrada" y que "por el bien de las familias, los niños y la sociedad", está dispuesto a enmendar la Constitución, en alusión a sus planes de hacer esto mismo para prohibir el matrimonio entre parejas del mismo sexo.
De la misma forma reafirmó que garantizará que "no se crearán embriones humanos para la experimentación o el aprovechamiento de órganos".
Como pronosticaron observadores y críticos, Bush se contentó con celebrar las elecciones en Irak y evitó mencionar un posible calendario de retirada de las tropas. Afirmó que "el mundo entero sabe ahora que un pequeño grupo de extremistas no va a socavar la voluntad del pueblo iraquí", por lo que es importante que Estados Unidos y la "coalición" conserven su papel de apoyo.
"Estamos en Irak para lograr un resultado: un país que sea democrático y representativo de su pueblo, en paz con sus vecinos y capaz de defenderse. Cuando ese resultado se consiga, nuestros hombres y mujeres en servicio en Irak regresarán a casa con los honores que les corresponden", aseguró.
Combatir el terror "con mis amigos" de Medio Oriente
Sobre Medio Oriente, Bush aseguró que su país busca combatir, junto con sus "amigos de la región", la amenaza común del terror. Mencionó a Irán y Siria como países que permiten que sus territorios, y partes de Líbano sean usadas por "terroristas" que buscan armas nucleares, así como "destruir las oportunidades para la paz".
Si bien Bush omitió hablar nuevamente de las "armas de destrucción masiva" que justificaron, a su juicio, la invasión a Irak, la CIA está publicando una serie de informes clasificados que reconocen errores en la información según la cual el derrocado presidente, Saddam Hussein, poseía dicho argumento.
Fuentes del espionaje estadunidense indicaron que uno de estos informes, publicado el pasado 18 de enero se titula "Irak: no hubo esfuerzos por fabricar armas químicas en gran escala desde el comienzo de la década de los 90".