Fueron 60 mil guerrerenses, no los 100 mil que planeó
Incumplieron priístas meta de asistencia al cierre de Astudillo
Madrazo, Montiel y Chuayffet, entre los presentes
Ampliar la imagen Conato de violencia entre pri�as y perredistas al encontrarse durante sendas marchas en apoyo a sus candidatos, en el puerto de Acapulco FOTO Javier Verdin
Acapulco, Gro., 2 de febrero. El priísmo guerrerense no pudo alcanzar la cifra de 100 mil asistentes que planeó en la estrategia de cierre de campaña de Héctor Astudillo Flores, su candidato a la gubernatura. Apenas rebasó los 60 mil, aunque los ánimos tricolores desbordados hablaron de 200 mil. Roberto Madrazo y Arturo Montiel aprovecharon el dilatado discurso del aspirante al Poder Ejecutivo estatal para hablar de tucomes y de la asamblea tricolor, en una noche en que el ex gobernador Rubén Figueroa Alcocer -otros tiempos- fue subido casi a rastras al templete.
La burocracia, según denunciaron trabajadores del Tribunal Superior de Justicia, fue empujada a asistir a una marcha y mitin que intentó evocar y superar a los torreblanquistas del domingo pasado. La Secretaría de Protección y Vialidad del ayuntamiento perredista calculó entre 45 y 50 mil almas. Refirieron que la movilización terminó a las 19 horas. Los alumnos de las cinco escuelas privadas de la familia Astudillo en este puerto tuvieron que marchar, obligados a suspender actividades educativas.
El aspirante priísta llegó por un lado y Roberto Madrazo por otro. El niño verde, Jorge Emilio González, se perdió por algunos minutos, aunque finalmente trepó al templete, simultáneamente a Manlio Fabio Beltrones. La ceremonia se transmitió en todas las estaciones de radio del estado.
Un helicóptero, propiedad de Jorge Kahwagi, se paseó y sobrevoló poco antes de los discursos. El legislador prefirió ver el mitin desde los aires, acompañado por algunos de sus amigos.
Mientras, el coordinador priísta en San Lázaro, Emilio Chuayffet, tuvo que enrolarse en las filas del anonimato. No alcanzó a subir al templete. Evitó a su viejo enemigo Figueroa Alcocer. Rubén Figueroa Smutny acusó el año pasado al ex gobernador mexiquense y ex secretario de Gobernación de haber preparado, junto con el ex presidente Ernesto Zedillo, la caída de la gubernatura de su padre, por la matanza de Aguas Blancas.
Esta vez no estuvo el líder senatorial Enrique Jackson, del tucom (todos unidos contra Madrazo), aunque sí el gobernador mexiquense Arturo Montiel y el candidato a sucederlo, Enrique Peña, además del diputado Roberto Campa.
El prolongado discurso de Astudillo se entreveró con los desmayados, los diálogos distantes de los ex mandatarios estatales Angel Aguirre y Rubén Figueroa y las amenazas de desplome del templete, que tuvo que ser desalojado cuando empezó a crujir.
Al referirse a sus contrincantes en esta contienda, Astudillo dijo: "no somos enemigos, sino adversarios. Busquemos la unidad", y convocó al candidato perredista, Zeferino Torreblanca, a quien llamó por su nombre, a que ninguna elección sea la excusa para confrontar a la sociedad guerrerense.
Madrazo Pintado celebró que el priísmo "sí llenó el Zócalo, a pesar de lo que dijeron nuestros adversarios". Astudillo fue cuidadoso de mencionar en el último lugar a Aguirre Rivero y Figuera Alcocer, después de las presentaciones de senadores, diputados, gobernadores, candidatos y líderes partidistas.
Resignado a no haber podido llegar al templete, Chuayffet caminó por el Zócalo cuando Madrazo, el niño verde, los Figueroa y los Astudillo ya se habían retirado.