El libro Diálogo en la oscuridad recrea la exposición homónima de Heinecke
Reúnen textos e imágenes alrededor de la ceguera
Con la idea central de que ''los videntes están ciegos y los ciegos son videntes" y la claridad borgeana de que la palabra es refugio esencial ante la ceguera, la noche del martes se presentó en la sala Manuel M. Ponce del Palacio de Bellas Artes el libro Diálogo en la oscuridad.
Con textos poéticos, narrativos y ensayísticos del autor de El Aleph y de escritores como Neruda, Alberti, Celan o Baudelaire, e imágenes de los fotógrafos ciegos Evgen Bavcar y Gerardo Nigenda, el volumen recrea la exposición del mismo título montada el año pasado en el Museo del Palacio de Bellas Artes.
Durante la presentación del volumen, editado por el Fondo de Cultura Económica, se recordó el éxito de la exposición Diálogo en la oscuridad, que de julio a noviembre sumó más de 25 mil visitantes.
Creada por el investigador alemán Andreas Heinecke, la muestra ha itinerado durante 15 años por varios países, en los cuales ha sido visitada por más de 3 millones de personas.
En la versión mexicana, que podría reinaugurarse en septiembre próximo y que Heinecke intentará que, con sus 50 empleos para invidentes, se quede de manera definitiva, el espectador recorre sonidos, olores y texturas en la oscuridad total, ayudado sólo por un bastón y un guía invidente.
"Normalidad" rota
Durante la presentación del libro, Heinecke no profundizó ni en la exposición ni en el volumen, en cambió compartió con humor y acidez su experiencia con ambos proyectos en México, ''país demencial y maravilloso" donde trastocó su concepto de lo ''normalmente" aceptado, palabra que utilizó unas 20 veces. Por ejemplo:
"Normalmente, el catálogo de una exposición suele publicarse cuando se inaugura y no ocho semanas después de clausurada."
De manera normal, Heinecke no suele ir por las calles asombrado, preguntándose cómo es que una ciudad logre sobrevivir. ''Normalmente -agregó-, por las noche suelo dormir y no estoy tan excitado por lo que tengo que hacer al día siguiente".
Benjamín Mayer, coordinador del libro y quien prefiere utilizar el término ''normovisuales", dijo que éstos, a diferencia de los invidentes, son inconscientes de su ceguera y cuestionó por qué los ciegos no participan de las artes visuales. No tienen acceso a lo visible, pero sí a lo visual, agregó.
Alfredo Flores Vidales, sicoanalista, invidente y quien en Diálogo en la oscuridad colabora con el texto ''La ceguera, fuente de imágenes", consideró el discurso del volumen presentado como ''transgresivo e impugnador".
Recordó que los sueños, que se producen en la noche, en la oscuridad, generan a su vez imágenes. Dijo que la palabra es luz y criticó que la cultura ha ''enceguecido a los ciegos".