El libro Un mundo sin miedo empeora la relación entre los magistrados
Querella del jefe de la Fiscalía General de España contra Garzón
El fiscal Fungairiño se inconforma por comentarios del juez sobre el 11-M
Ampliar la imagen El juez Baltasar Garz�urante la presentaci�e su libro en Madrid FOTO Reuters
Madrid, 3 de febrero. Un pasaje del libro de memorias del juez español Baltasar Garzón, Un mundo sin miedo, es motivo del nuevo desencuentro entre el magistrado y el titular de la Fiscalía General de la Audiencia Nacional, Eduardo Fungairiño, quien decidió presentar una querella contra su colega por "revelación de secretos".
Las deterioradas relaciones entre el ultraconservador Fungairiño y Garzón empeoraron con la presentación este jueves del libro autobiográfico, en el que el juez habla sobre la lucha contra la impunidad en América Latina y la "falta de independencia de los jueces" de esa región, así como de las investigaciones sobre el grupo armado vasco ETA y el terrorismo islámico, entre otros asuntos.
Uno de los hechos citados es el atentado del pasado 11 de marzo en Madrid, en la estación de Atocha. El entonces gobernante Partido Popular (PP-derecha), al que Fungairiño es cercano, se empleó a fondo para señalar desde el primer momento a ETA como autora de los atentados y presentó como uno de los principales argumentos el hecho de que la organización había intentado anteriormente introducir en Madrid material explosivo. Más tarde, tuvo que reconocer que el grupo no era responsable.
Garzón afirma en sus memorias que en diciembre de 2003, cuando el grupo armado vasco quiso realizar un atentado en la estación de trenes de Chamartín, "no buscó una carnicería en el día de Nochebuena, ya que la intención de los terroristas, según consta en los informes policiales, era hacer estallar el explosivo cuando el tren estuviera fuera de servicio".
El juez, conocido a nivel mundial desde que buscó llevar a proceso al ex dictador chileno Augusto Pinochet, también sostiene que el supuesto plan para atentar en una estación de esquí del norte de España y la detención de una camioneta-bomba cuando se dirigía a Madrid "no sirven para argumentar que ETA hubiera cometido la matanza del 11-M, como defendía el PP, entonces en el gobierno".
Garzón añade que "también era incierto que la organización terrorista quisiera cometer una matanza en la capital con los explosivos que iba a colocar a primeros de marzo, ya que iban a hacerlos explotar de madrugada, cuando los edificios industriales estuvieran desalojados".
La reacción de Fungairiño fue inmediata, incluso antes de que el libro llegue a las librerías, al presentar una denuncia "a los efectos oportunos" ante el presidente de la Sala de lo Penal, Javier Gómez Bermúdez, quien a su vez decidió remitirla al presidente de la institución judicial, Carlos Divar.
Según Fungairiño -quien se ha opuesto a todos los procesos abiertos por Garzón a represores latinoamericanos-, "un juez no se puede pronunciar sobre un caso que está subjudice y dar opiniones sobre ese juicio. El juez instruye y debe permanecer callado".
El fiscal jefe añadió que en la actuación de Garzón "ha podido haber una revelación de secretos y que puede existir responsabilidad y nosotros no podemos permanecer callados ante una revelación de este tipo".
Garzón confesó su sorpresa al conocer la denuncia presentada por quien es su jefe, al considerar que "es bastante demencial viniendo de un profesional como el fiscal jefe de la Audiencia Nacional, por eso no alcanzo a comprender la finalidad de la misma y no entiendo el modo en que se ha producido".
El magistrado -quien dirige el juzgado de instrucción número cinco de la Audiencia Nacional- añadió que "es un absoluto despropósito, máxime sin haber leído el libro, a lo mejor me denuncian por otra cosa, por eso voy a investigar el recorrido seguido por la denuncia y tomaré las medidas que en mi derecho correspondan, ya que a lo mejor sorprende quién la ha preparado. Y no me voy a callar" .