Venezuela "no es santuario de terroristas"; Colombia sí, afirma José Vicente Rangel
Hospitalizado, Alvaro Uribe; aplazan para hoy el encuentro con Hugo Chávez
Entrega Washington a Bogotá una base militar cercana a la frontera colombo-venezolana
Caracas, 3 de febrero. El encuentro de este jueves entre los presidentes de Venezuela, Hugo Chávez, y de Colombia, Alvaro Uribe, en torno a la crisis diplomática bilateral, quedó aplazado para este viernes al mediodía debido a una intoxicación estomacal del mandatario colombiano, dieron a conocer en forma simultánea ambos gobiernos.
Un comunicado de la Casa de Nariño (se-de presidencial colombiana) señaló en Bogotá que "el equipo médico que atiende al presidente recomendó su traslado al Hospital Naval de Cartagena para practicarle exámenes y revisar el diagnóstico".
El equipo médico informó que Uribe "sufre de un cuadro viral que le afectó el oído, denominado 'laberintitis', lo que a su vez desencadenó síntomas gastrointestinales", y agregó la nota que "pasará la noche en las instalaciones del Hospital Naval para recibir atención médica".
Previo a este contratiempo, el presidente Chávez pronunció un discurso desde el balcón del palacio de Miraflores ante miles de partidarios, en que expresó que Uribe era esperado "con afecto y cariño de hermano para aclarar situaciones y luchar por la integración con el pueblo colombiano".
Inclusive llamó a sus seguidores a aplaudir al pueblo colombiano en señal de que el impasse diplomático ha sido superado, co-mo acordaron las partes el viernes pasado en relación a la captura en territorio venezolano de Rodrigo Granda, dirigente de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Co-lombia (FARC), gracias a una recompensa pagada por Bogotá.
En contraste con el tono amigable de Chávez, el vicepresidente venezolano, José Vicente Rangel, aseveró -también antes de la cancelación de la cita presidencial- que Venezuela "no es santuario de terroristas", sino que ese santuario en la región está en Colombia por la presencia allí de narcotraficantes, paramilitares y guerrilleros, y que su país es víctima de la violencia generada por el conflicto interno colombiano.
Más aún, Rangel afirmó que "en Colombia hay terroristas venezolanos", pero "no-sotros nos ajustamos a los procedimientos legales y eso es lo que queremos que haga Colombia", en alusión al caso del "secuestro" de Granda el 13 de diciembre pasado, que llevó a la crisis diplomática.
Asimismo, aseveró que en Venezuela no hay ningún guerrillero de la lista de 10 que a raíz de esa crisis le presentó el gobierno de Bogotá, la cual calificó como "lista virtual" porque fue examinada en forma rigurosa, "como tampoco existen campamentos de la guerrilla que el gobierno colombiano señalaba están en Venezuela".
No obstante, Rangel reafirmó que en la superación de la crisis diplomática quedó "definido" el respeto a la soberanía nacional y que cualquier acción contra personas involucradas en terrorismo debe ser tramitada acorde con las leyes internacionales y de Venezuela.
En tanto, la embajada estadunidense en Santafé de Bogotá informó que Estados Unidos "entregó" este día a Colombia una base militar en el municipio de Saravena, fronterizo con Venezuela, que albergará 10 helicópteros y servirá para proteger el oleoducto Caño Limón-Coveñas, que suele ser blanco de las guerrillas.
Además, dijo, en dos semanas se hará entrega de tres cuarteles más para 120 soldados y contratistas, de acuerdo con un convenio binacional de apoyo del gobierno estadunidense al ejército colombiano en su lucha contra las guerrillas en la región, rica en petróleo y recientemente en cultivos de hoja de coca y amapola.
Mientras, el enviado de la Organización de Estados Americanos, Sergio Caramagna, pidió en Cartagena a la comunidad internacional apoyo para el proceso de paz que Colombia lleva a cabo con los paramilitares de extrema derecha, que requiere de ayuda financiera para desmovilizar a alrededor de 20 mil escuadroneros.
Pero organizaciones no gubernamentales reclamaron una investigación imparcial respecto de las violaciones contra los derechos humanos cometidas por esos grupos.
El gobierno de Colombia admitió la "difícil" situación al respecto, y seis legisladores estadunidenses exigieron que los líderes paramilitares confiesen sus abusos contra los derechos humanos.