Presenta en la sex shop Joy, en la Condesa, una muestra de su trabajo de gran formato
Maritza López lleva la fotografía erótica al baño y al colchón
La artista incursiona en la impresión de desnudos en sábanas y cortinas para baño
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En el dormitorio de un departamento, encima del colchón, se tiende el cuerpo de una pareja cubierta con sábanas, que hace surgir la alternativa de cobijarse con otros cuerpos. En el baño, un hombre contempla la luz traslúcida colándose a través de cuerpos fantasma, siluetas desnudas que a su vez le contemplan... Delirios íntimos en los que la casa se convierte en galería, la galería en casa y el arte erótico llega hasta el baño o el colchón, en una propuesta fotográfica de Maritza López con la que pretende trasladar el desnudo a objetos de uso cotidiano.
-¿De dónde surge la necesidad de incorporar el arte a la vida diaria?
-Trasladar las imágenes al diseño y las ideas artísticas al uso cotidiano no es una cuestión nueva. La Escuela Inglesa, el Art Deco y Nouveau y la Bauhaus (movimiento surgido en Alemania en 1919, que incorpora la transformación experimental de formas de construcción artísticas, en la producción industrial de bienes de consumo) lo trabajaron, claro, con sus debidas proporciones; en el caso propiamente de la fotografía, trasladar el desnudo a sábanas y cortinas de baño me gustó porque era la posibilidad de tener una galería en casa semana a semana o mes a mes y cambiarla usando los textos de diferentes autores.
-¿Cómo surge la idea de imprimir en otras superficies y cuál ha sido el reto de hacer esto?
-Imprimir en tela surgió hace dos años aproximadamente, cuando llegaron a México las máquinas que imprimían en lonas. Al ver fotos impresas en grandes superficies pensé en trasladarlo a sábanas y posteriormente, como tengo amigos escritores, surgió la idea de agregar textos a las fundas.
Buscando las sábanas
La fotógrafa tuvo que pasar del onirismo de su propuesta a la realidad, recorrer el centro de la ciudad con el caos vial del primer cuadro, oír cláxones y chupar smog, ser ninguneada por los proveedores que venden mayoreo.
"Cuando les dices que quieres un pedido de 50 sábanas te ven por debajo del hombro, ¡imagínate!, ellos surten pedidos de mil sábanas para arriba; después de echar a perder varios metros de plástico y sábanas, el reto fue encontrar las mezclas, buscar sábanas lavables, una mezcla de porcentajes de algodón y poliéster. Fue un divertimento saber de hilos, calidades, materiales, buscar proveedores y solucionar la impresión de la imagen en grandes formatos", dice López.
-¿Por qué trasladar el desnudo a objetos de uso cotidiano con el riesgo que implica la impresión en grandes formatos?
-Tenía curiosidad de hacerlo ahora que la imagen tiene salidas a superficies de vidrio, lona, madera y acrílico, aunque hubo dos antecedentes: primero, en Muy cerca del cielo, trabajo que monté en 1994 en la Galería de Estela Shapiro, hice grandes formatos de 1.80 y 1.90 metros, pero siempre sobre papel de fibra, papel fotográfico y, aunque se montaron como telas, seguían siendo superficies fotográficas. El segundo fue el seguimiento de un performance efectuado en cuerpos sobre tela en betabel, con Elizabeth Romero y Oliverio Hinojosa, en Xipeme, exposición que estuvo en la Galería Massmédula, en la de Arte Moderno de Jalapa y en la Casa Borda de Cuernavaca. A partir de ahí, me di a la tarea de investigar cómo realizar la impresión fotográfica en grandes formatos y desde ahí me quedé con la tentación de trabajar en otras superficies.
Enfrentar la censura
Maritza López también tuvo que lidiar con la problemática que usualmente enfrenta el arte erótico: la censura. "Estaba tan divertida e inmersa en la producción de los artículos, me preocupaba qué imágenes podían producirse sin conflicto, que no reparaba en la parte de la comercialización y venta del producto. Una cosa es producir y otra, comercializar un producto con fotografía erótica, en este sistema en el que quieren que vivamos en la Edad Media. A veces, las tiendas más sofisticadas cuidan mucho su perfil familiar y no se arriesgan a exhibir desnudos en sus aparadores.
"Ya resuelta la parte técnica y de producción, siguió la interrogante de dónde colocarlo, y confirmé que la marginalidad llama a la marginalidad. Una tarde, curioseando por la Condesa, me encontré con un lugar muy interesante.
''Joy. Es un proyecto novedoso para México, una curiosísima sex shop ubicada en la calle Iztaccíhuatl, por el Parque México, en la Condesa, que convoca a artistas visuales y sexólogos para dar forma a un nuevo concepto, que incluye erotismo, arte e información. Ahí, entre dildos de materiales y colores múltiples, iridiscentes anillos para el amor, tangas con electro-estimuladores integrados, y decenas de curiosidades eróticas más, entraron con gran regocijo las sábanas y las cortinas para baño, porque su local está dividido en secciones de lencería, librería, juguetería, arte-objeto y galería de arte erótico, donde, por cierto, se inauguró el pasado jueves la exposición de la pintora Rigel Herrera, Oda a las nalgas".
-¿Existe el proyecto de exponer en sábanas y cortinas para el baño?
-Existe una invitación al extranjero donde instalaremos in situ colchones y baños que iluminaremos adecuadamente para invitar a la gente a un acto performático, en el que podrán bañarse a contra luz tras las cortinas con siluetas traslúcidas y dormir o hacer lo que quieran cobijados por otros cuerpos bajo las sábanas.
-¿Sin censura?
-Claro, sin censura.
La sex shop Joy se ubica en la calle Iztaccíhuatl, entre Amsterdam y el Parque México, colonia Condesa. Teléfono 5584-4794. Correo electrónico: [email protected].