La plaga afectaría 104 especies del país, con efectos devastadores a la biodiversidad
Biólogos alertan sobre amenaza a México de la palomilla del nopal
Investigadores de la UAM, la UNAM, del FCN y de Nopalvida hablan de la importancia de la cactácea en el ecosistema
El voraz insecto, capaz de consumir millones de hectáreas
Ampliar la imagen Fases de desarrollo de la larva y nopales destruidos por el insecto FOTO Ignacio Baez/ fao-Iaea/ tomada del calendario cactoblastis cactorum 2005
Su nombre científico es Cactoblastis cactorum, pero es más conocida como palomilla del nopal. Es un insecto voraz que se alimenta de esta cactácea hasta ocasionarle la muerte. Su capacidad de destrucción en plantaciones y poblaciones silvestres la ubica como el principal depredador de especies nativas y endémicas en toda América del Norte. Se estima que esta plaga puede consumir millones de hectáreas de nopal en menos de una década, pues una sola palomilla hembra puede generar una población capaz de devorar una penca por día.
A pesar de que su origen es suramericano, desde 1989 se reporta su presencia en el sur de Florida, de donde se expandió a Georgia, Alabama y Carolina del Sur en Estados Unidos. Si bien aún no se reporta su presencia en México, científicos y organizaciones no gubernamentales han dado la voz de alarma sobre la "amenaza inminente" de que esta plaga llegue a territorio nacional y afecte a las 104 especies mexicanas de nopal, lo que supondría un efecto "devastador" para la biodiversidad y el equilibrio ambiental de las zonas áridas y semiáridas del país.
Considerada "serio peligro" para todas las especies de nopal (opuntia) nativas o cultivadas en el mundo, la palomilla del nopal fue catalogada en las primeras décadas del siglo XX como el mejor agente de control biológico en Australia y, posteriormente, en Sudáfrica, Hawai y otras regiones donde este depredador, originario del norte de Argentina, se utilizó para acciones de control y erradicación de especies invasoras de Opuntia.
Sin embargo, tras su introducción en las islas del Caribe en 1950 como agente de control biológico de especies exóticas, también atacó especies nativas al migrar de forma progresiva hasta alcanzar la costa este de Estados Unidos hace 15 años, lo que facilitó que se extendiera por el litoral del Atlántico y el Golfo de México.
Jordan Golubov, especialista e investigador de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM) Xochimilco, señaló que las investigaciones más recientes confirmaron que la palomilla del nopal, presente en la Florida, causó la extinción de una de las seis especies endémicas de la región, denominada Opuntia spinossissima, y afectó seriamente a dos especies más, lo que indica el riesgo a que se verán expuestas las grandes extensiones nopaleras del sur de Estados Unidos y México.
El riesgo más importante, aseguró, es que no se pueda controlar y detener la plaga de Cactoblastis cactorum en el sur de Florida e ingrese a México por Texas, desde donde podría invadir el norte del país y afectar toda la biodiversidad de opuntias nativas y cultivadas, especies que pertenecen a la familia de las cactáceas, lo que no sólo tendrá un serio impacto biológico, sino económico y cultural, debido a la importancia de esta planta en la historia del país.
Señaló que las investigaciones más recientes indican que hasta septiembre de 2004 la plaga avanzaba a 120 kilómetros por año en promedio, "lo que potencia el riesgo en un país donde todos los estados tienen por lo menos una especie nativa de nopal". A ello, agregó, se suma toda la riqueza cultural y económica asociada a esta cactácea, que puede ser destruida "si no se toman las medidas de prevención y control adecuadas en todo el país, y no sólo en los estados de mayor riesgo, debido a su diversidad biológica, pues de ingresar a México la plaga puede encontrar especies huéspedes en todo el territorio nacional".
Plantas suculentas
Al respecto, María del Carmen Mandujano, investigadora del Instituto de Ecología de la UNAM, señaló que nuestro país es reconocido en el mundo como importante centro de biodiversidad de plantas suculentas, es decir, aquellas que acumulan grandes cantidades de agua en sus hojas, tallos o raíces, como las cactáceas, familia a la que pertenecen las más de 300 especies conocidas de nopal, todas originarias del continente americano, donde México ocupa un lugar "privilegiado por la enorme variedad que existe en su territorio y por el número de especies endémicas".
Las plantas suculentas más comunes en nuestro país son las agaváceas, familia a la que pertenecen el agave y el maguey; crasuláceas, orquídeas y cactáceas, de la cual "somos el principal centro de diversidad, al concentrar 85 por ciento de todas las variedades del mundo". Agregó que en territorio nacional existen 669 especies diferentes de cactáceas, de las cuales 70 por ciento son endémicas, "pues muchas se encuentran en lugares remotos del país y en poblaciones muy pequeñas".
Por lo que respecta a la subfamilia de las opuntias o nopales, destacó que, de acuerdo con registros herbolarios de todo el mundo, en México existen 83 especies silvestres, aunque se estima que hay 104 especies distintas, de las cuales 66 por ciento son endémicas.
Se caracterizan por tener tallos planos o pencas en forma de raqueta, cubiertos de pequeños pelos rígidos llamados gloquidios y pequeñas espinas. Habitan en climas secos, semisecos y templados, aunque su crecimiento óptimo se desarrollan en zonas áridas y semiáridas, donde son un importante factor para la conservación de la tierra y los ecosistemas.
La investigadora del departamento de Ecología Evolutiva de la UNAM señaló que la presencia de la polilla del nopal en México tendría un efecto "devastador" para el equilibrio biológico y la subsistencia de las opuntias, pues su pérdida no se limitaría a las plantas; "también causaría graves efectos en los ecosistemas donde se desarrolla, pues tanto en el desierto como en la selva representan importante fuente de recursos tanto para el hombre como para los animales".
Agregó que a pesar de que todas las especies de nopal son comestibles, el impacto de su destrucción afectaría también a insectos como escarabajos, mariposas, abejas, hormigas, aves y pequeños mamíferos que utilizan las pencas de nopal para alimentarse, anidar o evitar la depredación, "además de que el consumo humano y su uso como forraje para el ganado lo convirtieron en una importante fuente de recursos".
Prevención, tarea binacional
Mayra Pérez-Sandi, principal promotora de la campaña de prevención contra el Cactoblastis cactorum en México e integrante de la organización del Fondo Mexicano para la Conservación de la Naturaleza, señaló que Helmuth Zimmermann, entomólogo e investigador del Instituto de Investigación para la Protección de Plantas de Pretroria, Suráfrica, fue el primer científico en alertar a México, en 1999, sobre los riesgos que representa la palomilla del nopal para la biodiversidad del país.
Una de sus investigaciones más recientes Biología, historia, amenaza, monitoreo y control de la palomilla del nopal, Cactoblastis cactorum, publicada en 2004 por la Organización para la Agricultura y la Alimentación de Naciones Unidas (FAO) y el Organismo Internacional de Energía Atómica (IAEA, por sus siglas en inglés), y en la que participaron diversos investigadores, señala la importancia de aplicar acciones de prevención en el "punto de origen" de la plaga invasora y la necesidad de establecer mecanismos de control y erradicación, como la técnica del insecto estéril (TIE) y el diseño de una feromona sexual de la palomilla del nopal como herramienta de monitoreo.
Pérez-Sandi agregó que fue en septiembre de 2000 cuando se realizó la primera reunión binacional de autoridades y especialistas para llegar a acuerdos entre ambos países e impulsar una campaña de difusión y prevención con el objetivo de establecer mecanismos adecuados de protección a la diversidad biológica, económica y cultural que representan las distintas especies de opuntia en el sur de Estados Unidos y México.
No obstante, reconoció que el esfuerzo binacional por contener la plaga de Cactoblastis cactorum está en una primera etapa, pues aún no se autoriza la aplicación de un fondo binacional de 5 millones de dólares para continuar con las investigaciones que permitan utilizar la energía nuclear para obtener insectos estériles y liberarlos en la población que se desea erradicar y evitar así su reproducción.
Acciones en México
Por su parte Héctor Sánchez Anguiano, director de protección fitosanitaria de la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación (Sagarpa), señaló que en México la campaña oficial de prevención contra la palomilla del nopal comenzó en septiembre de 2002 con el objetivo capacitar al personal técnico responsable de la inspección tanto de plantaciones como de áreas silvestres donde habita la opuntia.
Actualmente se aplica en 18 entidades del país -Sonora, Baja California Sur, Coahuila, Chihuahua, Nuevo León, Zacatecas, San Luis Potosí, Guanajuato, Jalisco, Querétaro, Hidalgo, Puebla, Distrito Federal, estado de México, Yucatán, Campeche, Quintana Roo y Oaxaca- con una inversión de 18 millones de pesos, en la que participan los gobiernos federal y estatales, así como productores.
De acuerdo con reportes presentados en octubre pasado, se han revisado más de 26 mil hectáreas de cultivo de nopal y cerca de seis mil 500 puntos silvestres en todo el país, con la finalidad de "verificar que la palomilla del nopal no haya ingresado a México".
Mayra Pérez-Sandi agregó que la intención es diversificar la campaña de prevención y difundir mensajes radiofónicos en diversas lenguas indígenas con el propósito de "alertar a la población sobre el peligro de la palomilla del nopal, así como impulsar la producción de material impreso con fotografías de alta calidad para que los productores puedan detectar la plaga y avisar a los comités estatales de sanidad vegetal que operan en todo el país".
Para los más de 20 mil productores de nopal en México, el Cactoblastis cactorum se ha convertido en una amenaza al acecho que puede destruir la inversión de muchos años y toda una forma de vida para las comunidades del país que viven de la producción comercial de esta cactácea, que en promedio genera, sólo en los cultivos del centro del país, 396 mil toneladas al año.
Alvaro Urreta Fernández, ex director de Nopalvida, sociedad cooperativa especializada en la producción de nopal verdura para su exportación a Estados Unidos, señaló que el nopal no sólo representa una importante fuente de ingresos para las comunidades productoras y exportadoras, con promedio nacional mil 500 millones de pesos anuales:
"También genera una enorme demanda de mano de obra, en especial de comunidades indígenas del centro del país, que se dedican a cosechar el nopal y que requerimos cada año para obtener un producto fresco y de buena calidad."
Destacó que el nopal ha diversificado su demanda en el mercado, pues además de la producción del tipo verdura, destinado al consumo humano, "existe una amplia demanda como forraje para ganado en el norte del país, además de que es reconocido como alimento altamente nutritivo e inclusive con propiedades que ayudan a mitigar algunos padecimientos crónicos, como la diabetes".