Usted está aquí: martes 15 de febrero de 2005 Opinión Tamayo: catálogo razonado

Teresa del Conde/ II y última

Tamayo: catálogo razonado

Los catálogos razonados tienen una función primordial. Guardan el pedigrí de las obras allí registradas. Su inclusión supone, por parte de quienes realizan el trabajo de armar el catálogo, muchas horas de consulta, confirmaciones, búsqueda en archivos, cotejos, etcétera. Son investigaciones arduas, llevadas a cabo por un equipo coordinado, dirigido y revisado por el curador en jefe del trabajo, que en este caso es Juan Carlos Pereda. El libro que comento pretende ser un fiel registro de las ediciones gráficas de Rufino Tamayo.

Quizá los lectores se pregunten: ¿Y por qué un catálogo de gráfica y no de pintura? La respuesta no es sencilla, pero sí entendible. La gráfica de Tamayo, por tratarse de originales múltiples, está más a la mano que la pintura, en tanto supone pasos por talleres de impresión plenamente identificables, cuando las carpetas o las obras ''sueltas" no se tienen a la mano o no se encuentran en galerías y museos.

Sólo parte reducida de la gráfica de Tamayo está en el museo que lleva su nombre, un contingente más pertenece a sus herederos, que han cooperado abiertamente con ésta y otras publicaciones sobre el artista oaxaqueño, manifestando anuencia a facilitar obras cuantas veces se les ha solicitado.

Pudiera creerse que la gráfica de Tamayo no ha sido falsificada, como lo ha sido, en múltiples ocasiones, su pintura. Pues bien, quien tenga esa creencia está en un craso error. Me he topado con falsas obras gráficas de Tamayo en varias ocasiones y resultan ser falsificaciones aún más obvias que las que a veces deparan las pinturas.

Además, como hablamos de obras múltiples, las redes de falsificación se amplían en proporción geométrica de acuerdo con el tiraje.

La última vez que vi gráfica de Tamayo falsificada, casualmente compartí mi experiencia con Cristina Gálvez, quien fue directora del Museo Tamayo por más de 13 años. Fue bajo sus auspicios que se inició la elaboración del catálogo razonado de gráfica procurándose asimismo el de pintura, que sigue en proceso. Eso no es privativo de la situación que supone este maestro, hay otros de primera línea en el mismo caso.

Su abanico vital fue muy amplio y gracias a su férrea disciplina, su producción nutridísima felizmente circula por varias capitales del mundo, cosa siempre positiva para la historia del arte nacional y la cultura de México. De todas formas, salvo casos rarísimos, ningún catálogo de pintura o de dibujo e inclusive de gráfica puede tener carácter exhaustivo. Los casos rarísimos se refieren a un margen productivo reducido por parte del artista, como lo fue, por ejemplo, el de Frida Kahlo dada su corta vida, sus padecimientos y los periodos reducidos que la pintura le ocupó. El catálogo razonado de Frida: Frida Kahlo. Das Gesamtwerk, publicado en Alemania por la Verlag Neue Kritik (Editorial Nueva Crítica) no es exhaustivo, como el mismo título: ''Gesamtwerk" indica, pero es utilísimo para identificar falsos fridas que pululan entre coleccionistas y dealers.

Otro ejemplo notable, debido a Walter Gruen y al desaparecido Ricardo Ovalle Mont, es el catálogo razonado de Remedios Varo que va en su tercera edición y que bastaría para comprobar que el legado que los esposos Gruen realizaron al INBA, por conducto del Museo de Arte Moderno, echa por tierra la suposición de pretensiones hereditarias por parte de cualquier persona, ya que las obras de Remedios constituidas en legado provienen todas de colecciones particulares, fueron vendidas en vida de la artista y luego adquiridas por Walter Gruen.

El nuevo ''Tamayo" es muy atractivo, entrega los principales hitos de la trayectoria tamayesca, sus modos de componer, sus opciones gráficas, sus virajes y su iconografía, que sigue muy de cerca y a veces anticipa lo que ocurre en su pintura.

Intenta ser exhaustivo, pero ni aún éste puede serlo totalmente, dado lo cual, andando el tiempo, probablemente se necesitarán nuevas ediciones que incluyan ejemplares todavía no registrados. El método de registrar una obra de Tamayo es sencillo y como lo saben quienes han llevado obras a registro, éste se lleva a cabo en el propio Museo Tamayo.

La obra se somete a análisis (aquí sí exhaustivo) y si resulta auténtica e inédita, se incorpora. Las impresiones a color del volumen que comento, buenas en una gran mayoría, fueron hechas en España.

 
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