Usted está aquí: martes 15 de febrero de 2005 Espectáculos Waterwall, sin significado ni historia, pero sí es un espectáculo con trascendencia

Del italiano Iván Mazoni, llega al Teatro de la Ciudad este miércoles

Waterwall, sin significado ni historia, pero sí es un espectáculo con trascendencia

ARTURO CRUZ BARCENAS

Ampliar la imagen En Italia el agua ha sido reutilizada en el campo, explica el core�fo FOTO Cortes�Integrus

Waterwall es un espectáculo que utiliza agua, máquinas y cuerpos en una coreografía que oscila de la fuerza a lo relajante. "El agua es ahora el elemento que utilizo, por primera vez, pero antes he usado el aire; no he hecho nada con el fuego y la tierra", expuso el italiano Iván Mazoni, director artístico de la compañía Materiali Resistente Dance Factory, que se presentará del 16 al 27 de febrero, en el Teatro de la Ciudad, producido por Integrus.

El agua, según Manzoni, es un símbolo básico de la experiencia humana; salta, fluye y ruge hasta convertirse en veloz cascada, en pared sólida. El elemento se enmarca por el acero de una gran estructura mecánica. Agua de ritmo vital y aéreo; de carácter sutil, poderoso e inigualable.

Los cuerpos escalan, oscilan y reptan por estructuras metálicas. Los cuerpos sorprenden con gracia y belleza; muestran su habilidad como efecto máximo, protegidos tan sólo por la fuerza de sus músculos.

En entrevista telefónica desde Italia, Manzoni expuso que lo que presentará tiene un principio, un desarrollo y un fin, "pero en realidad no tiene ningún significado; no tiene una historia, pero sí una trascendencia. Dejará en el espectador emociones y sentimientos".

El agua ha mostrado su poder en el tsunami de Asia; tiene un poder que evidencia la fragilidad del ser humano. En Waterwall la luz golpea y la cascada respira. La agilidad de los bailarines y la sensación de peligro que tejen alrededor de la estructura es algo que hipnotiza.

Nueva dimensión del movimiento

Es un espectáculo acerca del juego con el agua, para disfrutar su fuerza oculta. Para ello existe un impresionante marco de acero, lugar abierto al sueño y fábrica de ideas, lienzo líquido en el que se dibujan, por ejemplo, hombres de traje y corbata yendo a la oficina, habitantes inesperados de un tiempo diferente para el que se requieren ligas y cuerdas elásticas, estructuras que los enfrenten y estimulen en una nueva dimensión de movimiento.

Se trata de una cascada continua de 16 mil litros de agua, de una estructura de acero con cuatro metros de altura y 10 de ancho; todo unido por un trabajo coreográfico, musical y de iluminación surcado por el viaje del cuerpo y del ser humano.

La coreografía es de Iván Manzoni, quien precisó que se muestra el poder del agua, pero hay fragmentos en los que se refleja la tranquilidad. "El espectáculo es muy caro, muy caro; el montaje es complejo. Es para un público variado, desde niños".

Manzoni recibió su preparación y entrenamiento como bailarín de maestros afamados internacionalmente. En 1999 comenzó a trabajar en su proyecto más ambicioso: superar en el escenario las barreras lingüísticas y arquitectónicas tradicionales de la danza, remplazando la composición dramática con el poderoso encuentro entre la energía del agua y el movimiento.

Así, bailarines y acróbatas se liberan de las constricciones tradicionales hallando nuevos lugares y significados, construyendo emociones capaces de absorber a una audiencia cautivada intensamente. Para ello, luces y sombras multiplican las dimensiones del espacio en una atmósfera de sorpresas continuas, todo sobre enormes cantidades de agua, que caen formando una enorme y hermosa pared líquida.

Desde el inicio de su carrera, el coreógrafo ha estado fascinado por la idea de la relación entre el agua y la danza. Luego de años de estudios e investigaciones preparatorias tuvo éxito en llevar a la práctica lo que hasta ese momento sólo había soñado.

"Waterwall no tiene ningún sentido político o social; sólo hace imaginar, emocionarse. Por medio de la dinámica agua-máquina-cuerpo se atrae a la gente al teatro, sobre todo a la que usualmente no asiste."

-¿Ha llevado su espectáculo a países donde hay carencia de agua, como los de Oriente?

-No. Lo he llevado a muchos lugares en Italia. Procuro que el agua que se utiliza sea reciclada. Usamos agua tibia. En Italia, la que utilizamos se aprovecha en el campo. No se desperdicia, para nada.

Waterwall, Teatro de la Ciudad, del 16 al 27 de febrero. Boletos en taquillas del teatro y en el sistema Ticketmaster.

 
Compartir la nota:

Puede compartir la nota con otros lectores usando los servicios de del.icio.us, Fresqui y menéame, o puede conocer si existe algún blog que esté haciendo referencia a la misma a través de Technorati.