El magnate tiene inversiones en las dos empresas más grandes del mundo
Gana Slim posición estratégica en EU por la reconfiguración de telecomunicaciones
Posee acciones en SBC y Verizon; desde hace 12 años mantiene relación con la primera
En la concentración del mercado de telecomunicaciones de Estados Unidos de sólo cinco grandes corporativos, el mexicano Carlos Slim Helú batea en dos campos, los mayores de ese país: mantiene fuertes inversiones en las poderosas empresas SBC, que recién compró el ex monopolio AT&T, y en MCI, que será adquirida por Verizon.
Por medio de inversiones personales a las que destina una parte de su fortuna calculada en más de 14 mil millones de dólares, el presidente vitalicio de Teléfonos de México (Telmex) participa como accionista en las dos más fuertes compañías de telecomunicaciones del mundo, otrora férreas opositoras a que el magnate ingresara al mercado estadunidense, AT&T, ahora en SBC, y en MCI, antes WorldCom, que también fuera propietaria de la telefónica mexicana Avantel.
Ambas forman parte del selecto grupo de poderosas empresas que actualmente ya controlan el mercado estadunidense de telecomunicaciones, Verizon, SBC, Sprint, Qwest Communiations y BellSouth. Todas ellas resultaron fortalecidas del avance tecnológico que, a su vez, hizo de los servicios telefónicos de larga distancia un comodytie, es decir, sólo una parte de las funcionalidades que se pueden obtener de las telecomunicaciones.
Con esa visión, Slim Helú inició una serie de alianzas e inversiones en empresas estadunidenses. Hace 12 años comenzó una estrecha relación con SBC y Sprint, a las que integró en el grupo de inversionistas para obtener la concesión de Telmex en su proceso de privatización. Como parte de estrategias individuales, en mayo de 2002 SBC redujo su participación en la telefónica mexicana a 7.5 por ciento, en tanto que la segunda decidió vender su parte.
En SBC, a título personal, Slim Helú es propietario de 13 millones 217 mil acciones, equivalentes a más de 290 millones de dólares, mientras que en MCI su participación llega a 13.8 por ciento, tanto por sus inversiones personales como por las de sus hijos y sus empresas Telmex (8.1 por ciento de MCI) e Inbursa (5.7 por ciento).
Con la absorción de MCI por parte de Verizon, tanto Slim Helú como su familia y sus empresas no han determinado el futuro de esa inversión mientras no se cierre la operación, que podría llevar un año.
Respecto de las inversiones del empresario en SBC, llegan a 13 millones 217 mil títulos como inversión personal, pero con la reciente compra de AT&T hace dos semanas, se incluyen 100 millones de dólares en bonos de deuda de su subsidiaria Alestra, otra telefónica de larga distancia que opera en el mercado mexicano.
Nueva configuración del mercado
El mercado de telecomunicaciones en Estados Unidos no había estado tan ajetreado desde hace por lo menos 20 años, cuando una corte federal ordenó la división del monopolio AT&T en varios segmentos de telefonía local y un segmento de larga distancia. Esa decisión provocó una fuerte competencia en el mercado de larga distancia, mientras permitía la consolidación y crecimiento de las llamadas baby bells, empresas resultantes del proceso.
Ahora, en menos de tres meses, se definió la nueva configuración del mercado estadunidense de las telecomunicaciones. Los cambios iniciaron en diciembre de 2004, cuando Sprint anunció la compra de Nextel, una operación por alrededor de 35 mil millones de dólares.
En enero de 2005, SBC anunció la compra de AT&T, por una cantidad en torno de los 16 mil millones de dólares y, finalmente, el pasado lunes Verizon anunció la adquisición de MCI por cerca de 6 mil 800 millones de dólares.
Dentro de este panorama las ex baby bells, Qwest y BellSouth, aún no han asumido una clara estrategia, pero según analistas, ambas no se quedarán conformes con su nueva participación de mercado.