Pese a estar diabético desafió la vida para estar en el podio de los vencedores
El ex nadador Gary Hall, ganador de nueve medallas olímpicas, viene a México
Participó en las justas veraniegas de Atlanta 96, Sydney 2000 y Atenas 2004
El multimedallista olímpico estadunidense Gary Hall, considerado el hombre más rápido del mundo en el agua y recientemente retirado de la natación, llegará la próxima semana a México para inaugurar el nuevo concepto Nelson Vargas Acuática & Family Fitness, en la ciudad de Querétaro.
Ganador de nueve medallas olímpicas, cinco de oro, tres de plata y una de bronce, obtenidas en sus tres participaciones en los Juegos de Atlanta 96, Sydney 2000 y Atenas 2004, el ex nadador cumplió el sueño realizado por su padre del mismo nombre, quien también intervino en tres citas veraniegas, mostrando en todas su gran capacidad y nivel.
Más allá de la alta competencia, hambre de triunfo y constante éxito que lo llevó a la cima de vencedores, la vida de este extraordinario atleta es poco conocida frente a la diaria batalla que enfrenta con la diabetes, enfermedad que padece desde 1999 cuando tenía 25 años, justo antes de su participación en la justa australiana.
El golpe sicológico que recibió con la noticia fue muy fuerte y mas aún cuando se enteró que tenía diabetes tipo uno. Los médicos le recomendaron no nadar más, muchos menos al nivel que lo hacía y de manera competitiva.
Lejos de perder la autoestima, Gary Hall enfrentó el reto para no declinar cuando tenía en puerta el compromiso de Sydney. Y desafió todo. Vinieron los juegos y el nadador escribió una de las páginas más memorables de su historia:
Ganó cuatro medallas de oro, una en 50 metros libres, con 21.98 segundos, y otra en el relevo 4x100 combinado, con 3:33.73 minutos. Una de plata, en el relevo libre 4x100, con 3:13.86, y un bronce en 100 metros libre, con tiempo de 48.73 segundos.
A partir de esa fecha Hall lleva un estricto control para mantener su nivel de azúcar en la sangre, por lo que requiere hacerse mediciones entre seis y ocho veces al día, y 12 o 15 cuando debe competir.
Previo a Atenas entrenaba seis horas diarias y para asombro de muchos repitió el sabor del triunfo al obtener el título en 50 metros libres, con 21.93 segundos, más rápido que en Australia y con cuatro años más de su padecimiento.
Recientemente anunció su retiro del deporte, pero su lucha y todo aquello que tenga que ver con la diabetes continúa.
Ofrece pláticas, estudia y realiza una labor altruista con aquellas personas que, como él, tienen que vivir y enfrentar la vida con esta enfermedad.