Además de ser reconocido como miembro activo, recibirá más de 246 mil pesos
Gana Mario Arturo Ramos juicio a la sociedad de autores de música
El compositor afirma que el hecho marca la culminación de la lucha por democratizar la SACM y por la defensa de los derechos autorales
Espera la asamblea de junio para hacer oír su voz, dice
En un hecho que considera histórico para su gremio, el compositor Mario Arturo Ramos Muñoz ganó el juicio civil que mantenía desde hace siete años contra la Sociedad de Autores y Compositores de Música (SACM), que preside Roberto Cantoral.
La resolución dictada en última instancia por el juez sexto en Materia Civil del Distrito Federal, Ricardo Pedro Guinea Nieto, reconoce los derechos de Ramos Muñoz como miembro activo de la SACM y declara nulas las asambleas en las que el demandante había sido expulsado de la agrupación gremial.
El dictamen -emitido el 28 de enero- también obliga a los demandados a pagar 246 mil 181 pesos con 93 centavos al resultar "procedente el incidente de liquidación de gastos y costos" promovido por el autor de Hasta que vuelvas.
El pago correspondiente fue hecho el pasado 2 de febrero. La habilitación del autor como socio de la SACM deberá concretarse en la próxima asamblea ordinaria, en junio próximo.
La resolución también deja sin efecto todos los acuerdos tomados en las asambleas anuladas.
Para Mario Arturo Ramos el hecho marca la culminación de una etapa en su lucha por la democratización de la SACM y por la defensa de los derechos autorales.
Señala que la principal ganancia es probar "que se puede combatir y ganar al autoritarismo. Al nepotismo, a la pésima administración" imperante en esa sociedad autoral. Aunque pequeño -valora- "es un paso más en la lucha por la democratización de la SACM, en la que sólo se beneficia a un selecto grupo de incondicionales de Cantoral".
En la agrupación desde 1972
Mario Arturo Ramos se afilió a la SACM en diciembre de 1972. Le tocó participar en la lucha por destituir a Carlos Gómez Barrera, quien se mantuvo 28 años como presidente del consejo directivo de la agrupación.
El movimiento concluyó en enero de 1983 con la destitución de Gómez Barrera: "Fue un momento muy importante, en el cual parecía que los compositores mexicanos podían recuperar todo lo que habían perdido: principalmente la posibilidad de comer de su trabajo".
Se acordó que el autor de El reloj y La barca, Roberto Cantoral García, supliera a Gómez Barrera como presidente del consejo directivo.
Se aceptó el nombramiento "porque su imagen televisiva le daba proyección y porque se pensaba que era un hombre comprometido con el quehacer y los derechos del compositor, porque lo vivía". Han pasado 23 años desde entonces.
Mario Arturo Ramos formó parte del consejo directivo que presidía Roberto Cantoral. Se percató de cómo "Cantoral empieza a apoderarse de la SACM y lo primero que hace es nombrar a uno de sus hijos jefe de cobranzas; después nombra a otro jefe de distribución. No hubo quien lo cuestionara. Lo dejamos pasar pensando que con la destitución se solucionaba el problema".
Hay que considerar que entonces "se vivía un momento de auge de la industria, de grandes ventas, y todo mundo andaba más preocupado por ver quien le grababa su cancioncita que por arreglar el problema interno de la Sociedad".
Hacia 1991 para Ramos ya era evidente que no había manera de defender desde el consejo directivo los derechos de los autores, cuyo presidente estaba más interesado en otras cosas que los derechos autorales.
El primero de octubre de 1991 "dirijo una carta al consejo directivo, en la que digo que me reintegro a las filas de la SACM para pelear por el ejercicio de la ley, por los derechos de los compositores y porque entiendo que éticamente ya no es posible continuar en el consejo".
Ramos se disponía a manifestar sus opiniones y desacuerdos en la asamblea ordinaria de diciembre de aquel año: no se le permitió la entrada. No volvería a estar presente en una asamblea.
Comenzó un proceso jurídico largo y fatigoso, "en el que señalo que la SACM es una entidad de interés público, no de la familia Cantoral". Al ser una organización autoral, "no puede funcionar como una empresa con fines económicos familiares".
Comenzó la pugna: "Una sociedad autoral que no permite la libre expresión ni la discusión de las ideas, niega su propio origen. Por expresarme libremente fui castigado, excluido, golpeado económicamente. Viví momentos de acoso, incluso de violencia, amenazas de muerte. ¿Cómo va a hacer un creador su trabajo si no puede expresarse con libertad?"
Entre 1991 y 1997 el consejo directivo que preside Roberto Cantoral se abroga el derecho de excluir a Ramos de la SACM. Mediante recursos legales, el disidente echa para atrás dichas exclusiones.
La modificación de la Ley General del Derecho de Autor de 1997 abrió la posibilidad para que en asamblea, Ramos finalmente fuera expulsado de la SACM.
Tras siete años
El afectado interpuso un juicio civil en el que demostró la invalidez legal de la asamblea que lo expulsó y, a pesar del poderío económico y las influencias políticas de Cantoral, después de siete años de lucha, la ley le da la razón.
Mario Arturo Ramos espera la asamblea ordinaria de junio para hacer oír su voz: "Que los compositores determinen si quieren seguir en un mundo autoritario, de corrupción y negligencia familiar, o escuchan a alguien que plantea otras opciones. Puedo ser derrotado, pero seré escuchado. Fuera de eso, no me preocupa nada".