Usted está aquí: domingo 20 de febrero de 2005 Economía La canasta básica, inaccesible para 35% de los campesinos mexicanos

Viento en popa la comercialización de transgénicos para trasnacionales como Monsanto

La canasta básica, inaccesible para 35% de los campesinos mexicanos

En 15 años ha aumentado la "indigencia" en el medio rural, señala reporte del Banco Mundial

ROBERTO GONZALEZ AMADOR

Mientras las grandes trasnacionales que comercializan semillas modificadas genéticamente comienzan a obtener alta rentabilidad de sus inversiones en México, 35 de cada 100 personas que viven en el campo mexicano "no perciben lo suficiente para adquirir la canasta básica de alimentos", reveló un reporte del Banco Mundial (BM) difundido esta semana. De acuerdo con el documento, en los últimos 15 años ocurrió un aumento de la "indigencia" en el medio rural, mientras que la pobreza no fue reducida.

El informe, que coincide con una serie de movilizaciones de campesinos de distintas regiones hacia la capital del país en los últimas dos semanas, establece que la proporción de residentes en el campo que no puede adquirir los alimentos básicos triplica a la de las áreas urbanas.

Al tiempo que la participación de las actividades agropecuarias en la economía del país ha disminuido constantemente, en los estados de Chiapas, Guerrero y Oaxaca, añade el reporte, el PIB per cápita ha permanecido por debajo de 30 por ciento del correspondiente al Distrito Federal durante los últimos 60 años.

Más allá de la ciudad: la contribución del campo al desarrollo, el estudio del (BM) hecho público esta semana, pone de manifiesto que la importancia económica de las actividades primarias en las economías nacionales es más relevante de la que suelen atribuir los gobiernos latinoamericanos. La proporción promedio del producto interno bruto (PIB) proveniente de la agricultura en la región se eleva a 21 por ciento, añade. Como se esperaba en los días previos a su publicación, el reporte establece que a pesar de su importancia económica el campo es todavía un gran asiento de pobreza en las naciones de la zona.

Cerca de 37 por ciento -unos 65 millones de personas- de los pobres de América Latina y el Caribe viven en áreas rurales.

En México, reporta el documento, "cerca de 35 por ciento -unos 7.3 millones de personas- de la población rural no percibe lo suficiente para adquirir la canasta básica de alimentos, cifra muy por encima del promedio de 20 por ciento nacional y 11 por ciento en áreas urbanas". Añade que 55 por ciento del ingreso disponible de los hogares rurales del país proviene de actividades no agrícolas.

De los 104 millones de mexicanos, 20 por ciento vive en el ámbito rural, de acuerdo con cifras oficiales.

El reporte del BM documenta que las tasas de pobreza e indigencia en el campo mexicano se han mantenido prácticamente inalteradas desde finales de la década de los años 80 del siglo anterior, mientras que en el ámbito urbano se han dado algunos progresos.

Indica que 57 de cada 100 mexicanos que vivían en el ámbito rural se consideraban en situación de pobreza en 1989, una proporción que ahora es de 54.7 de cada 100. En el medio urbano, la proporción varió de 42.1 por ciento en 1989 a 32.3 por ciento.

Por lo que toca a la situación de "indigencia", el BM señaló que 28 de cada 100 habitantes del medio rural mexicano se ubicaban en esta circunstancia en 1989, una cifra que ahora aumentó a 28.5 de cada 100. A manera de comparación, en el ámbito rural las proporciones variaron de 13.1 de cada 100 habitantes en 1989 a 6.6 por cada 100 actualmente.

Ganancias transgénicas

Mientras gran parte de la actividad agrícola en el país redunda en una situación de pobreza para los agricultores, en algunas regiones el uso de semillas modificadas genéticamente, producidas por cinco grandes trasnacionales de la ingeniería genética, comienza a generar grandes beneficios económicos.

Aunque el BM asegura en el estudio que los beneficios de la biotecnología en México se distribuyen entre "consumidores, productores y la industria", cita también un caso, en la Comarca Lagunera, en el que la introducción de semillas de algodón modificadas genéticamente, en una extensión reducida, generó ganancias de seis millones de dólares. Las semillas fueron producidas por Monsanto. Por la pura venta de las semillas, esa trasnacional obtuvo 1.5 millones de dólares.

 
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