Brunson McKinley señala la creciente importancia de las remesas en todo el mundo
Es imposible detener la migración indocumentada con rejas: experto
La migración indocumentada no es algo que se pueda resolver con rejas: es imposible cerrar una frontera de más de 3 mil kilómetros como es la existente entre México y Estados Unidos. Por ello, la alternativa es diseñar políticas que favorezcan condiciones adecuadas de cruce y estancia laboral en el país del norte, consideró el director de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), Brunson McKinley.
Por otro lado, durante una conferencia que ofreció ayer McKinley señaló que el incremento constante de los flujos migratorios ha provocado que la importancia de las remesas a los países de origen aumente también de manera sustancial.
Dio a conocer que en la actualidad se estima que a escala mundial se movilizan alrededor de 72 mil millones de dólares anualmente por este concepto; México es el segundo país que más recursos recibe por esta vía.
El especialista se encuentra en la capital de la República para inaugurar las nuevas oficinas de ese organismo y tratar de alcanzar acuerdos en temas como la repatriación asistida o la asistencia técnica para hacer posible el voto de los mexicanos en el extranjero, según dio a conocer el secretario de Gobernación, Santiago Creel Miranda, tras el encuentro privado que sostuvieron en Bucareli.
McKinley señaló que la construcción de muros o políticas similares no es precisamente un gesto político simbólico en la relación de ambos países. "Sé que hay algunas protestas para poder extender lo que son las barreras físicas en la frontera México-Estados Unidos, pero eso no funciona bien", expresó el especialista.
Subrayó que este tipo de acciones son mas bien gestos políticos internos ante demandas para controlar mejor la migración indocumentada, pero no se trata de ninguna manera de soluciones reales.
"La cuestión no es ampliar la frontera o mejorar la vigilancia para evitar que los mexicanos entren, sino darles condiciones adecuadas, reglas para que puedan llegar, vivir y trabajar", subrayó.
En el fondo, añadió, es un asunto de naturaleza "económica y social" cuya solución será a largo plazo, no en lo inmediato. Por ello, las respuestas que se han dado son insuficientes para contener la migración indocumentada, insistió.
A pregunta expresa sobre la viabilidad de un acuerdo migratorio entre México y Estados Unidos, Creel Miranda consideró que la intención de concretarlo era la más correcto hace cuatro años, cuando se planteó originalmente, y de la misma forma lo es en la actualidad. Regularizar a los migrantes debería verse como el paso correcto para disminuir la presión de los llamados indocumentados, añadió.
Para McKinley la prioridad que tiene Estados Unidos en materia de seguridad interior no se contrapone con ello, porque "los trabajadores mexicanos en Estados Unidos no son una amenaza a la seguridad". Consideró que el presidente George W. Bush puede retomar el tema toda vez que se acaba de relegir y ya no tendrá el problema de buscar ocupar de nuevo la Casa Blanca.
El director de la OIM consideró que es viable que en 2006 pueda materializarse el voto de los mexicanos residentes en el extranjero. Técnicamente no es muy complicado cuando sólo se trata de elecciones para la Presidencia de la República, no así si se pretendiera que también participaran en las relativas al Congreso u otras, puntualizó.
Por su parte, Creel Miranda señaló que México promovió convenios con la OIM para lograr la repatriación voluntaria asistida en aquellos casos en los cuales los migrantes no son de este continente. Esto permitirá ahorrar al país alrededor de 500 mil dólares anuales.
Asimismo, mencionó que se buscará un sistema de videoconferencias con la asistencia de la OIM para lograr contactos con consulados de países que no tienen representación aquí.