Reportan pérdidas por 3 mil millones al año, sólo en el ramo de la exhibición
Canacine emprende campaña contra la piratería en cine y video
México, tercer lugar en este ilícito, detrás de Rusia y China
Dirigidos por el realizador Carlos Sama, los comerciales intentan ser un momento de reflexión, informan productores
La Cámara Nacional de la Industria Cinematográfica y del Videograma (Canacine) lanzó una campaña de publicidad "para crear conciencia sobre este serio problema para México", que tiene medalla de bronce a escala mundial en este ilícito, sólo detrás de Rusia y China.
Solamente en el ramo de la exhibición "al año hay pérdidas de 3 mil millones de pesos. En 2004 se vendieron 50 millones de videogramas, entre películas, conciertos y la mitad es ilegal; es una cifra alarmante", consideró Claudio Sánchez, director de mercadotecnia de la cadena exhibidora Cinemex y miembro del comité creado por Canacine, presidida por Miguel Angel Dávila, director de Cinemex.
"Sólo en nuestro ramo dejamos de vernder entre 75 y 100 millones de boletos. Si se vendieron 25 millones de videogramas ilegales, falta considerar la venta y renta de video", aseguró Sánchez.
Luego de hacer una serie de investigaciones, Canacine concluyó que "un mecanismo poderoso de reflexión lo constituyen los hijos y el ejemplo que se les hereda hacia las conductas indebidas, por lo que se trabaja en una campaña de valores, los niños y lo que ven de sus padres".
La campaña consta de comerciales para cine y televisión dirigidos por el realizador mexicano Carlos Sama (Sin ton ni Sonia), de la productora Catatonia Films, así como por la agencia de publicidad Euro RSCG, a cargo de Pepe Beker.
"Son historias sencillas como la de cualquiera de nosotros; un instante de reflexión en los hijos, que hace pensar a los padres sobre el peso moral de sus acciones. No intentamos hacer nada preciosista, pero tampoco hacer ver a nuestros personajes malvados o viciosos. Se trata de gente normal, pero justo los vamos a ver en un momento de fragilidad. Se tata de recrear un momento verosímil, con el que la gente se identifique. Son de una narrativa sencilla sostenida por el peso de las actuaciones. Dos filmes de situaciones actorales, con tiempo para dejar vivir los tiempos histriónicos. Escenas que subliman la realidad sólo para emitir un juicio de verdad", comentan los productores.
"La campaña parte del punto de reflexión que son los niños y el ejemplo que pueden observar de sus padres. Las historias son sencillas, uno se identifica con los personajes. Se tata de concienciar a los padres. Ahora, la palabra pirata es el despectivo de esas copias y ya no hace tanto daño, es más aceptada. Ya no se ve mal comprar una cinta pirata. Esta palabra se ha malinterpretado, porque no se conscientiza de que es un delito", asegura Sánchez.
Dijo que Canacine sigue impugnando porque la piratería se persiga de oficio. "Ahora sólo se persigue si existe un acusador y se levanta un acta. Queremos que la ley se aplique más de fondo. Podría preguntarse ¿por qué la industria no baja los precios de las entradas o de renta o venta de videogramas? Y les respondemos que basta de justificar a los malos, de decir compro piratas, porque venden caro o las entradas son caras. Nuestras empresas están legalmente constituidas y pagan impuestos. Ahora los vendedores ilegales entran a una condición de mártires. La industria de video ha ajustado precios, la venta a precios reducidos".
Explicó que es una campaña planeada para dos o tres meses, "mientras haya recursos de Canacine".