En la agenda política sobre AL refrenda su compromiso para conformar el ALCA
Promover la democracia en Venezuela, Cuba y Bolivia, prioridad para EU
Ampliar la imagen George W. Bush durante el juramento de Michael Chertoff al cargo de secretario de Seguridad Interior, en una ceremonia celebrada en la Suprema Corte de Justicia estadunidense FOTO Reuters
Nueva York, 3 de marzo. Entre las prioridades estadunidenses en América Latina están asegurar la estabilidad política y promover la democracia en Venezuela, Cuba, Bolivia y Haití, así como mantener la asistencia a Colombia y países andinos en la lucha contra el narcotráfico, e impulsar el libre comercio hemisférico empezando con Centroamérica, ennumeró hoy Roger Noriega, secretario Asistente de Estado para Asuntos del Hemisferio Occidental.
En una audiencia ante el Comité de Relaciones Exteriores del Senado, Noriega señaló que la política estadunidense para la región descansa en cuatro "pilares" interdependientes: fortalecer la democracia, promover la prosperidad, invertir en la gente y reforzar la seguridad. Todo esto, señaló, como parte de la meta general de la política exterior pronunciada por el presidente George W. Bush: "la expansión de la libertad".
Bajo el rubro del "fortalecimiento de la democracia", Noriega indicó que en Venezuela "estamos preocupados de que la agenda muy personal del presidente Hugo Chávez podría minar las instituciones democráticas en su país y entre sus vecinos". Agregó que "a pesar de nuestros esfuerzos para establecer una relación de trabajo normal con su gobierno, Hugo Chávez continúa definiéndose en oposición a Estados Unidos. Sus esfuerzos para concentrar el poder en casa, sus sospechosas relaciones con fuerzas desestabilizadoras en la región, y sus planes de compra de armamentos son causa de mayor preocupación para el gobierno de Bush".
Por lo tanto, señaló Noriega en su declaración preparada sometida al Senado, "apoyaremos los elementos democráticos en Venezuela para que puedan continuar manteniendo el espacio político al cual tienen derecho, e incrementaremos la conciencia entre los vecinos de Venezuela de los actos de desestabilización de Chávez con la expectativa de que su unirán con nosotros en la defensa de la estabilidad, seguridad y prosperidad regional".
En el intercambio con los senadores, Noriega elaboró sobre la compra de armas por Venezuela, señalando que la preocupación estadunidense por el momento no son los aviones, sino las armas pequeñas. "Primero, estamos preocupados por la aparente corrupción en la adquisición de estas armas... y si estos recursos estatales adicionales se están desviando para apoyar ciertas actividades ilícitas.... Estamos preocupados por las armas desplazadas por esta nueva compra, estas decenas de miles de rifles potencialmente acabando -no necesariamente en Estados Unidos-, pero en las selvas... en manos de guerrillas como las FARC, el ELN, en manos de grupos radicales con los cuales el gobierno venezolano mantiene cierto contacto íntimo..."
En cuanto a Cuba, Noriega informó que están aplicando las recomendaciones de la Comisión Presidencial de Asistencia a una Cuba Libre "diseñadas para agilizar una transición democrática, y se está presionando al régimen como nunca antes". Agregó: "continuaremos preparándonos para apoyar una transición rápida y pacífica a la democracia. Y apoyaremos a la oposición democrática de Cuba y a la sociedad civil al buscar organizarse para la transición venidera".
Noriega también manifestó que la política estadunidense en la región continuará apoyando la transición política en Haití y las elecciones en Nicaragua, así como también en fortalecer las instituciones democráticas en riesgo en Bolivia.
En el rubro de política económica, reiteró la agenda de "reforma" para abrir más las economías, promover la inversión y ampliar el libre comercio, enfatizando en particular la aprobación del Tratado de Libre Comercio con Centroamérica y República Dominicana. De ahí, reafirmó el compromiso para promover el Acuerdo de Libre Comercio de las Américas, y destacó en particular la cooperación con Brasil para este y otros esfuerzos. "La relación personal entre los presidentes Bush y Lula ha resultado en las relaciones más abiertas y positivas con Brasil en la memoria reciente", indicó.
A la vez, Noriega reconoció que en el ámbito económico, a pesar del crecimiento y la ampliación de comercio internacional, "la distribución del ingreso en el hemisferio continúa entre los más desiguales en el mundo". Por lo tanto, advirtió, "algunos ciudadanos están perdiendo fe en los beneficios de la democracia".
Así, Estados Unidos instará a la región a remover impedimentos a los negocios, mejorar el acceso al capital, fortalecer los derechos de propiedad privada y reformar las leyes laborales con el propósito de generar oportunidades y reducir la pobreza.
Además de describir iniciativas de salud y apoyar la lucha contra la corrupción, Noriega subrayó que mejorar la seguridad es otro rubro clave para la asistencia estadunidense al hemisferio. Destacó que el enfoque es sobre mejoramiento de las capacidades de interdicción de países en las rutas de acceso sureño a Estados Unidos y modernizar las fuerzas de defensa para que puedan participar en operaciones de mantenimiento de paz, coaliciones y de contraterrorismo. Aquí subrayó los esfuerzos de cooperación fronteriza con México.
Recordó que habrá dos eventos hemisféricos programados para este año: la Asamblea General de la OEA en Florida en junio y la cuarta Cumbre de las Américas en Argentina en noviembre.
El presidente del subcomité sobre el hemisferio occidental, el senador Norm Coleman, y el novato senador de Florida Mel Martínez expresaron su preocupación particular con Venezuela y Cuba. Pero también Coleman señaló que la desigualdad de ingreso en América Latina está produciendo "líderes cada vez más populistas" en la región. En este contexto indicó que más de la mitad de los latinoamericanos "dicen en un sondeo reciente que optarían por un líder autoritario sobre uno democrático si eso resolviera sus problemas económicos".
Alertó también que las relaciones estadunidenses con América Latina no han sido tan buenas como podrían ser, en parte por la distracción de la guerra contra el "terror", y reconoció que "la retórica y sentimientos antiestadunidenses desafortunadamente son evidentes en muchas partes de América Latina".
Concluyó que la asistencia exterior estadunidense es "una manera para ganarnos los corazones y las mentes alrededor del mundo", y es un ejercicio de lo que llamó "poder suave".