El gobierno del presidente boliviano Carlos Mesa, cercado por los alteños
Bloqueos paralizan la ciudad de El Alto, a 20 años de su fundación
Rumores de golpe de Estado y de renuncia del mandatario por la situación de rebelión popular
Amenaza la Federación de Juntas Vecinales con marchar hacia La Paz y tomar el Parlamento
El Alto, 4 de marzo. Varias horas antes de comenzar el tercer día de paro general, los vecinos de El Alto salieron a las calles a reunirse, cuadra por cuadra, para acatar las decisiones de la Federación de Juntas Vecinales (Fejuve) y masificar la protesta.
Al amanecer, en las principales avenidas alteñas comenzaron a aparecer los bloqueos: en la Juan Pablo II, que cruza la zona norte de este a oeste, los vecinos de los distritos 5 y 6 cerraron los principales cruces y las salidas de la ciudad al lago Titicaca y al norte del departamento de La Paz.
A las 8 no circulaba ya ningún automóvil, y a la sede de la Fejuve comenzaron a llegar distintos contingentes de trabajadores con un solo objetivo: expulsar a la policía de la zona de La Ceja.
Ahí, en la avenida 6 de Marzo, que desemboca en la autopista que lleva a La Paz, se reunieron por lo menos 15 mil alteños. Y comenzaron su ofensiva.
"Fuera Aguas del Ilimani"
Entre la sede de la Fejuve y la caseta de cobro de la autopista hay cinco puentes, dos para peatones y tres para autómoviles: 200 metros de avenida en los que la mañana de este viernes los representantes de los nueve distritos, al grito de "¡Fuera, perros, fuera aguas del Illimani!", comenzaron a avanzar.
Los uniformados, fuertemente pertrechados pero muy inferiores en número, comenzaron a retroceder apuntando con sus armas.
A las 10:30 de la mañana sólo un pequeño puente separaba a los alteños de la caseta de cobro; por debajo se apretujaba un centenar de uniformados que trataba de resistir el oleaje de los miles de alteños que avanzaban hacia ellos blandiendo estacas, estandartes y banderas bolivianas.
Arriba, en cada extremo del puente, grupos similares de la policía resguardaban la posición con las armas en apronte y esperando la orden de los dos coroneles al mando.
Uno de esos oficiales, desesperado, pretendió abrir fuego contra la multitud. El otro propuso negociar con Abel Mamani, presidente de la Fejuve, quien encabezaba el contingente.
Al sur, bajo uno de los últimos soles del verano austral, La Paz y la cordillera de los Andes eran el telón de fondo. Durante varios minutos nadie se movió.
Hasta que detrás de los dos grupos de policías sobre el puente aparecieron más marchas de protesta, más alteños, que cercaron definitivamente a los coroneles.
Cuarenta días sin agua
Pero las huestes de la Fejuve no se detuvieron ahí. Siguieron avanzando hacia el puente mientras la policía pretendía amedrentarlos en franca posición de tiro.
De la autopista, por atrás de los policías antimotines, llegó finalmente la marcha del distrito 6, que había dado un rodeo.
La Ceja estaba tomada. La fuerza policial, cansada y aturdida por los gritos, comenzó a retirarse "de uno en fondo, por la derecha (...) sin hacer nada", como ordenó uno de los coroneles.
"Como tortuguita parecía la gente rodeando a la polícia", comentó a La Jornada uno de los jóvenes que participó en esa operación Pinza Civil. "Míralos, ayer parecían Robocop (...) pero hoy se han asustado".
Y luego de celebrar el éxito, la Fejuve dio paso al cabildo abierto convocado para decidir lo que habrá de seguir.
"Si no nos escuchan -dijo Abel Mamani a las más de 20 mil personas reunidas- vamos a hacer que en La Paz sufran como nosotros, que nos quedamos hasta 40 días sin agua (...) vamos a bajar a La Paz y a tomar el Parlamento, para que de una vez por todas los legisladores defiendan los intereses del pueblo".
Mamani, todavía debilitado pero sonriente, también ratificó que el alcalde alteño, José Luis Paredes, fue declarado enemigo de la ciudad rebelde.
Al término de su discurso, el presidente de la Fejuve recibió un chicote, símbolo tradicional de mando en el mundo andino, como garantía de que esta vez sí, y para siempre, harán respetar las decisiones de los alteños.
Preparan salida de Suez
Por la tarde, toda la ciudad permaneció desierta, y los principales bloqueos en avenidas y plazas se mantuvieron hasta casi entrado el anochecer.
"Vamos a intentar mantener esta dinámica todo el fin de semana", explicó Tony Condori, miembro de la dirigencia de la Fejuve y presidente del distrito 3, "para luego bajar el lunes a La Paz".
Agregó: "Mañana (este sábado) vamos a convocar a otro ampliado de presidentes de las juntas de vecinos, porque tampoco nos podemos quedar así si el gobierno no nos responde".
De hecho, la dirigencia vecinal alteña ha roto todo diálogo con las autoridades, y exigió que de ahora en adelante las reuniones sean públicas y en El Alto.
Mientras, en La Paz se han vuelto a desatar los rumores de golpe de Estado y de renuncia del presidente Carlos Mesa.
Un cable de la agencia española Efe, proveniente de París, afirmó que la transnacional francesa Suez, encargada de administrar la empresa Aguas del Illimani, estaría iniciando acciones para terminar su contrato con el gobierno boliviano a causa del descontento.
Consultado al respecto, Condori sólo respondió: "Hechos, hermano. Veremos (...) por ahora seguimos en paro general, y vamos a derrotar al gobierno".
Este viernes, también, debieron comenzar los festejos por el vigésimo aniversario de la fundación de la ciudad de El Alto, pero fueron suspendidos.
"¿Qué mejor festejo que una victoria?", aseguró una señora del barrio Yunguyo, poco antes de irse de La Ceja.