Podrán ser visitados por el público, previa cita
Explican in situ la restauración de los murales de Montenegro
Para realizar la restauración de La fiesta de la Santa Cruz, de Roberto Montenegro, se retiraron dos secciones del mural y de nuevo fueron instaladas sobre una base impermeable; el resto de la obra se limpió y conservó in situ.
Rosa María Ramírez, del Centro Nacional de Conservación y Registro del Patrimonio Artístico Mueble (CNCRPAM), del Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA), explicó que la obra de Montenegro sufrió muchos daños por la humedad.
El conjunto de murales de Montenegro, que el artista realizó entre 1924 y 1933, está situado en el antiguo convento del Colegio Máximo de San Pedro y Pablo.
''Se hizo labor de mantenimiento de los edificios y de los techos para eliminar la humedad, inclusive algunas partes del mural fueron estrapadas: se retiraron de la pared para conservarlas", indicó Ramírez.
La especialista comentó que ante la necesidad extrema de conservación de los frescos, se realizaron varios procesos para que las partes retiradas quedaran adheridas a un soporte y en caso de requerirse pudieran transportarse.
Sobre el proceso de restauración, Walter Boelsterly, director del CNCRPAM, señaló que el trabajo realizado por el grupo especializado de ese centro duró dos años debido a problemas estructurales por un sismo y el descubrimiento del sótano.
Boelsterly consideró que el salvamento ''es de vital importancia para la historia del muralismo y para la presencia de Roberto Montenegro en el ámbito internacional".
La restauración de La fiesta de la Santa Cruz se hizo con apoyo económico del Fondo de Monumentos Mundiales, con sede en Nueva York, y el INBA. Los murales del pintor mexicano podrán ser visitados por el público con previa cita.